* Los
traslados médicos se hacen con apenas una ambulancia y los medicamentos son
pocos para quienes viajan hasta tres horas.
Zongolica, Ver. | 15 marzo de 2017
Tribuna Libre.- En la Sierra de Zongolica los habitantes
enfrentan una emergencia de salud por la carencia de infraestructura
hospitalaria, falta de personal capacitado, escasez de insumos y hasta
discriminación por parte del personal médico.
En los municipios y comunidades eminentemente
indígenas de la zona, enfermarse después de las 4 de la tarde y en fines de
semana está prohibido; los traslados médicos se hacen con apenas una ambulancia
y los medicamentos son pocos para quienes viajan hasta tres horas para llegar a
la clínica.
Una vez ahí, o bien tienen la suerte de
llegar antes de la 1 de la tarde –después el médico realiza el papeleo de
pacientes y ya no atiende—o se les pide que vuelvan al día siguiente; las
mujeres embarazadas son maltratadas por los médicos y enfermeras, quienes han
llegado a llamarlas “sucias” solo por su estado de gravidez.
El fundador del Centro de Servicios
Municipales “Heriberto Jara Corona” AC (Cesem), Alfonso Osegueda, narró que en
las 30 comunidades del municipio de Atlahuilco diariamente se repite la misma
historia: pobreza, carencia, discriminación, enfermedad y muerte.
Por ejemplo, en la comunidad Zihuateo la
clínica no se había puesto en marcha porque las anteriores autoridades nunca la
inauguraron y mientras, todo el equipamiento se dañó y el medicamento caducó
sin ver nunca a los pacientes.
Alfonso Osegueda dijo que lo mismo ocurre en
las clínicas de salud de otros municipios como en la comunidad de Tolapa en
Tequila.
MORTALIDAD MATERNO-INFANTIL, EL LEGADO
Los objetivos del milenio en materia de salud
pública que firmó México no se pudieron cumplir; la meta de lograr disminuir la
muerte materna o infantil, tampoco. Y en esta zona cada año hay mujeres que
mueren en el parto o puerperio por mala atención médica, porque no tienen
atención o porque no llegan a tiempo; y sus hijos mueren antes de los cinco
años, sin razón aparente.
Según las cifras oficiales de la Secretaría
de Salud, de 2008 a la fecha en esta zona se han registrado cinco casos de
muertes de mujeres que son atribuidos al embarazo, parto o puerperio.
La cifra, dijo el activista, no refleja la
realidad de lo que ahí ocurre pues cada semana muere una mujer por estas
causas.
“Los objetivos del milenio relacionados con
la salud materno-infantil no se cumplieron por México y se establecieron nuevos
objetivos, pero los Gobierno estatales, municipales y el Gobierno federal no lo
están tomando como una de las prioridades”.
En la sierra,
en medio de la belleza exuberante de la naturaleza, las mujeres ven con
gravedad que sus hijos se mueren.
“Lo que es grave es la mortalidad de menores
que van de cero a un año; ha habido 11 niños muertos en los últimos cinco años
y tal vez existan más niños que hayan fallecido en ese lapso de tiempo”,
lamentó.
Y es que en esta zona, en donde la población
es mayoritariamente indígena, la Secretaría de Salud no contabiliza qué ocurre
en los primeros cinco años de vida.
TRATO QUE DUELE
La pobreza, la marginación y la enfermedad no
son lo único que enferma a los pobladores de la Sierra de Zongolica y
municipios aledaños. Ahí es la discriminación, el desprecio y hasta el racismo
lo que mata.
El fundador del Centro de Servicios
Municipales "Heriberto Jara Corona" AC (Cesem), Alfonso
Osegueda reprochó que hasta el momento existe una discriminación
institucionalizada.
“Ojalá que se acabe la violencia
institucional en contra de mujeres que llegan a atenderse, sobre todo cuando
están embarazadas o en situación de parto o postparto; aquí se han presentado
escenas dramáticas de maltrato, de discriminación, les dicen sucias”.
Reprochó que aunque las mujeres tienen acceso
a la consulta en español, su idioma es el náhuatl y por tanto no entienden lo
que les dicen los doctores y enfermeras.
“Es fundamental que existan promotoras
interculturales y bilingües que estén dentro de la consulta. Si hay
incomprensión del diagnóstico, la receta y los cuidados van a estar en otro
sentido y la gente no va a entender cuáles son”.
SIN INFRAESTRUCTURA
En la Sierra de Zongolica existe un problema
gravísimo por falta de infraestructura hospitalaria, pocas clínicas y sin
especialistas es el “pan de cada día”.
En Atlahuilco la clínica sobrevive sin un
radiólogo, pues aunque cuentan con un equipo no hay quien lo opere.
Si se reporta alguna emergencia, tampoco hay
unidades suficientes para atender los llamados pues hay solo una ambulancia,
por lo que el traslado desde las comunidades cuando hay una situación de emergencia
es complejo.
Los pacientes deben hacer uso de trocas o
unidades que no son las más recomendables para trasladar a los enfermos y quien
desea costear un traslado debe tener por lo menos 3 mil pesos para hacerlo,
dependiendo la distancia del viaje.
Y en la clínica los horarios de atención son
de las 8 de la mañana a las 3:30 de la tarde, y en fin de semana no se puede
enfermar la gente porque la clínica está cerrada.
En días laborales, a partir de la 1 de la
tarde los médicos deben llenar una serie de papeleo, y lo deben hacer en
horarios de trabajo, lo cual reduce el horario de atención.
“Hay gente que se desplaza dos o tres horas
para llegar a la clínica y cuando llega ya no es atendida porque ya cerró”.
PERSONAL TRABAJA SIN COBRAR
En esta región el apoyo ciudadano se hace
notar, aunque esto represente trabajar sin cobrar una remuneración.
Alfonso Osegueda relató que durante el 2016 a
las promotoras de salud el Gobierno del ahora prófugo Javier Duarte de Ochoa no
les pagó sus gratificaciones y que a estas alturas aún se les debe el pago a
las auxiliares.
Dijo que las mujeres que son enlace entre las
comunidades y el centro de salud actualmente trabajan en forma voluntaria y
poniendo de sus propios recursos para ir a las comunidades más alejadas.
“Hay una situación de emergencia que puede
deteriorarse aún más por el aumento a los transportes y porque la presión
económica para la migración es cada vez más fuerte; los jóvenes en edad laboral
se van de migrantes a Estados Unidos y muchas mujeres se enfrentan estos problemas
solas”.
Dijo que hay una emergencia médica en la
Sierra de Zongolica y hasta ahora no se ven cambios en la política del Estado.
SOCIEDAD ACTÚA
Ante este panorama, hay asociaciones que
deciden dar un paso adelante y buscar la forma de disminuir las carencias a los
que se enfrentan los pobladores de esta zona.
El Centro de Servicios Municipales “Heriberto
Jara Corona” AC (Cesem) ha decidido abrir la clínica en Atlahuilco y mantener
una red de cuidadores en nueve clínicas de comunidades cercanas.
En estos trabajos participan las auxiliares
de salud, autoridades municipales y sociedad civil; se organizan y actualmente
se creó un Comité municipal de Salud y Comité Municipal de traslados para
apoyar a los enfermos.
El Ayuntamiento de Atlahuilco puso a disposición
una ambulancia que permite dar servicio a la cabecera municipal y 9
comunidades, pero aún hay otras 21 que necesitas ayuda.
“Queremos replicar nuestros trabajos en
cuatro clínicas del municipio e incluso de la Sierra de Zongolica”, narró el
fundador de esta asociación.
Ahora, aunque mínimo hay un abasto de
medicamentos y ante el anuncio de inversión en infraestructura de salud en
Tlaquilpa y Soledad Atzompa por parte del gobernador Miguel Ángel Yunes
Linares, solicitaron para que con ello se haga también un cambio en la política
pública.
Esto, para lograr que se manifieste en una
mejora en la calidad de la atención y que se garantice un abasto eficiente de
medicamento, para que lo que se surta esté en relación con lo que el personal
médico solicita a la institución.
“A veces ocurre que lo que se solicita no es
lo que se entrega o hay un problema en las bodegas porque llega medicina pero
no llega a la sierra de Zongolica”.