* Mancha, ridiculizado
* Las nachas mandan * Ni a Fidel
le hubiera salido tan bien * Pánuco:
repudian al títere de García Guzmán * Ni
un municipio clave al PRI * Morena: los
pecados del candidato * Cinco denuncias
contra Mario Díaz * Caballero y el
“matacoyotes” * Meter la mano en predio
ajeno
Mussio Cárdenas Arellano| 29 marzo de 2017
Tribuna Libre.- Grotesco, el panismo
increpa, se mofa, se reta, repudiando el atraco y la imposición de candidatos a
las alcaldías de Veracruz, la traición de Mancha, su líder formal, quemando su
imagen, dominado por el “abuso de poder”.
Hacen de José de Jesús
Mancha Alarcón un show burlesco, santo carnaval azul, denostado el dirigente
por sucumbir al capricho de los Yunes, a la entrega del puerto de Veracruz.
Yunes, Mancha, Cambranis,
Julen, y quienes los secundan y les operan, son la “mafia en el poder del PAN”,
categorizados así por la militancia herida, los que se dicen traicionados y
burlados, los que se vieron regidores y se quedaron con las manos vacías.
Sus reclamos son airados,
procaces, envalentonados porque en el norte y el sur, la playa y la montaña, la
reacción del panista es igual, radical, creyendo que al gober Yunes Linares lo
van quebrar.
Si no fueran azules, seguro
militarían en el PRD o en Morena. Se increpan con sorna, evidenciados su líder
estatal, José de Jesús Mancha Alarcón, y el secretario general, Carlos
Valenzuela, cuyas figuras son denostadas y tratadas con desprecio.
De ambos hay piñata, la que
llevan los panistas a la sede del comité municipal en el puerto de Veracruz.
Las muestran, las ventean, provocando la burla y el insulto.
Luego viene el discurso.
Acusan Leopoldo Pimentel y Agustín Andrade Murga que es rechazo y repudio a las
imposiciones de candidatos, a la decisión que desdeña a la militancia, al
dedazo que le abre la puerta de la alcaldía al senador con licencia Fernando
Yunes Márquez, hijo del gobernador.
Y sigue el show. Le prenden
fuego a las piñatas de Mancha y Valenzuela, consumiéndose por las llamas,
celebrando los panistas inconformes que el repudio sea un carnaval.
“Esto es algo simbólico
—acusa Leopoldo Pimentel—. No nos estamos quemando a nosotros, eso lo decimos
todos. Con la decisión que tuvieron se quemaron solos, quemaron su prestigio,
quemaron el prestigio de Acción Nacional. ¿Por qué?, porque tuvieron en sus
manos, como líderes del partido, como líderes del consejo, tuvieron en sus
manos la oportunidad de armar planillas fuertes en todo el estado y no lo
hicieron. ¿Por qué?, porque los dominó el abuso de poder”.
Luego apuntan:
“Les dominó el gusanito de
decir: voy a poner solamente a mis amigos y desecharon a todos los militantes
que de alguna manera creyeron de buena fe que la decisión iba a estar apegada a
la institucionalidad y no fue así”.
Pimentel no es el Peje pero
parece. Advierte que “la mafia del poder del PAN” impuso candidatos, que los
jefatura Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador, que lo secundaron Pepe
Mancha, el diputado Enrique Cambranis y el secretario del Infraestructura del gobierno
de Veracruz, Julen Rementería del Puerto.
Su conflicto es por Fernando
Yunes y la planilla que conformó, excluyente, integrada sólo por los cuatro
grupos que detentan el poder en el PAN.
“Ellos cuatro tienen gente
dentro del consejo que tomó la decisión y de manera arbitraria atropellaron los
derechos de todos los militantes que de buena fe se registraron como
aspirantes, pero que fuimos ignorados”.
Otras piñatas de Mancha se
quemaron en Xalapa. Resumen el conflicto por los espacios en las planillas que
contienden por la alcaldías. Y así se convulsiona el PAN.
Sigue álgido el conflicto en
Pánuco donde el “contralor tapadera”, Ricardo García Guzmán, maquillista del
saqueo de Javier Duarte, y antes de Miguel Alemán, pasó de impuesto a
marrullero.
Retirado de la
precandidatura con un centralazo, ideó —y urdió— impulsar a Fernando Molina
Hernández para contender por la presidencia municipal. O sea, gobernar con un
títere.
Provocó así la repulsa del
panismo. En carta al PAN nacional, dirigentes y ex precandidatos acusan que
Molina Hernández aparte de títere es priista, incondicional de Ricardo García
Guzmán. Y de nuevo la imputación contra Jesús Mancha.
“No se vale este tipo de
acciones —enfatizan— que usted mismo ha reprochado en sus discursos y declaraciones
a nivel nacional, que violan de forma flagrante los Estatutos y Lineamientos
del Partido Acción Nacional. Estamos inconformes con este tipo de acciones que
está realizando el Comité Directivo Estatal”.
Molina Hernández no cumplió
con los requisitos de la convocatoria. Es un invento de García Guzmán. El 23 de
marzo apareció como el cuarto aspirante a alcalde. En un video se le ve junto
con su esposa promoviendo al ex contralor tapadera para la presidencia
municipal de Pánuco.
Pepe Mancha es de piel
débil. Y de mente peor. Lo domina el yunismo azul, al que se debe y se doblega.
A Mancha y sus operadores los embrujan las palabras de mujer, una mirada
cálida, una sonrisa de ángel, como debe ser, a lo que nadie que se diga varón
puede resistir.
Sábese de candidatas que
están ahí por el cariño y el trato amable, el roce de la carne con la carne, un
guiño de ojo, una charla amena, horas de trabajo extra, días de comisión.
Ni en los días de Fidel
Herrera la nacha tenía tanto poder. De bellos rostros, cuerpos de tentación,
llenó el gobernador el harem de Xalapa.
Jóvenes egresadas de
escuelas y colegios, de pasarelas de belleza y talento, alcanzaron proyección
en el fidelismo frívolo, cuando ellas y ellos gozaban de la “plenitud del
pinche poder”.
Hoy son “nachas azules”.
Llegan al gobierno de Veracruz cuando la estrechez financiera obliga a pregonar
a Miyuli que no hay espacio para sus aliados, ni forma de compensar a quienes
en campaña operaron para desterrar al PRI, para expulsar al duartismo, para corretear
a Javier Duarte, para imaginar que la alternancia se podía dar.
Para otros no hay un cargo
ni empleo en el gobierno pero para las “nachas azules” sí, que logran los
espacios de poder o recomiendan a familiares y amigos en las planillas que
serán gobierno municipal en 2018.
La nacha se usa. La nacha
complace. La nacha cobra. Las nachas mandan.
En Coatzacoalcos sigue la
efervescencia. Los doctrinarios rechazan imposiciones y reclaman que en la
planilla azul vayan panistas que repiten en cada elección, los Patiño, las
hijas de Mancha, los protegidos de los Yunes, la gente de Julen.
Quedan fuera los panistas de
abolengo, que apenas trabajan, que no operan pero que nadie les puede regatear
su calidad de activos.
Quedan al margen quienes
fueron impulsados por los precandidatos a la alcaldía, de origen priista. No
alcanzaron posición ni el ex líder de la Canaco, José Antonio Wilburn; ni el
periodista Luis Suárez, ni Ángela Crisanto. O los que provienen del mismo PAN:
el ex consejero nacional, Fernando Nieto Ramón.
Está firme, por ejemplo,
Blanca Cuevas en la regiduría segunda, cuya hija, Blanca Guadalupe López
Cuevas, es cercana a Pepe Mancha, cuasi reina del carnaval de Coatzacoalcos,
agraciada, instructora de baile, especialista en salsa, con certificación en
Puerto Rico y directora de la Academia Salsarte Dance Studio, incluso
participando con el célebre Óscar de León.
Nadie mueve, por ejemplo, a
Martín Juvenal Patiño, del círculo del ex alcalde priista Marcelo Montiel, que
ya fue regidor y es el mayor exponente del PAN rojo.
De ahí el repudio de los
doctrinarios, que desconocen la planilla y que acusan que sólo es una
imposición.
Show grotesco, por un lado,
con la quema de la “piñata Mancha” y el poder de la nacha es tal que impone
candidatos a alcaldes y regidores en Veracruz.
Santo carnaval azul.
Archivo muerto
Al garete, el priismo de
Veracruz no da una. Les imponen candidatos, les toman el pelo, sabiendo que no
hay municipio grande en que puedan ganar. Acusan pues, que Xalapa, Veracruz,
Coatzacoalcos, Boca del Río, Minatitlán, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Martínez
de la Torre, Tuxpan y muchos más están perdidos. Denuncian también que la
asignación de candidaturas fue vendimia y engaño, que fue compraventa en las
sombras y que el PRI de hoy es un poquito peor que el de ayer. Ocurre en Poza
Rica, en Río Blanco, en Emiliano Zapata, en Minatitlán, en Tlacojalpan, en Alto
Lucero, en Orizaba. Revelan que algunos priista varones pagaron cuota de 25 mil
pesos por registrar su precandidatura y al final por acuerdo de género la
designación favorece a una mujer, o que la designación de mujer se vino abajo y
el candidato será hombre. No sólo cargan con el efecto Duarte, con el
descrédito del ex gobernador de Veracruz al que todos vieron robar y callaron, o
lo ayudaron a saquear. Cargan con su propio estigma, el de la corrupción, el de
la impunidad, el del atropello a la ley, el de la pobreza para sumar votos,
agraviando a la sociedad. Nada ganarán en la elección de alcaldes, si acaso
municipios de bajo presupuesto y escasa inversión. El resto, donde se concentra
la riqueza de Veracruz, será para Morena y la alianza PAN-PRD… Impresentable,
el candidato de Morena en Cosoleacaque. Le llueven a Mario Díaz Zúñiga un
rosario de denuncias, cinco por ahora, desde pederastia e incumplimiento en
suministro de alimentos a sus hijos, hasta actos equiparables al fraude y
juicios civiles. Circulan los documentos en las redes sociales, otros
suministrados por priistas y panistas, que sirven para el linchamiento del
candidato morenista a la alcaldía de Cosoleacaque donde el partido del Peje
López Obrador ya saboreaba la victoria. Díaz Zúñiga enfrentará al ex alcalde
Cirilo Vázquez Parissi, que del PAN saltó al PRI, que se mueve como el padre y
las medias hermanas, succionando aquí, succionando allá. Con todo a favor, Díaz
Zúñiga sufre un descontón mayor, demoledor, pues no es fácil diluir un pasado
judicial tan oscuro, y peor, la imputación de pederastia con la que tanto se
dan gusto los morenistas para denostar al hoy gobernador de Veracruz, Miguel
Ángel Yunes Linares… ¿Sabrá el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol que tomar
acciones sobre un terreno que no es bien público, que tiene dueño, que no es
Alfredo Ramón de Diego, que está en litigio y aún no es caso concluido, es equiparable
a abuso de autoridad y despojo? Si no lo sabe, que se entere. En corto, acordó
con Ramón de Diego y un grupo de presuntos ambientalistas que en el predio
aledaño al hotel Fiesta Inn, entre el malecón y la Universidad Veracruzana, se
proteja el área en que habita una manada de coyotes y en cuatro hectáreas más,
las que colindan con el bulevar playero, se destruyan las dunas y se reforeste.
Seguro se tragó el embuste del abogado “matacoyotes” Alfredo Ramón de Diego de
que el predio es suyo en copropiedad con los hermanos González Anaya —José
Antonio es director de Pemex—, sin indagar si el juicio interpuesto por
Inocente Armas, legítimo propietario, es asunto concluido. El caso llegó a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, luego que indebidamente la ex ministra
Olga Sánchez Cordero ejerciera la facultad de atracción, contraviniendo incluso
una tesis suya. El asunto lo resolvió la Segunda Sala de la SCJN donde el tufo
a salinismo es insoportable. Ramón de Diego imaginó que el atropello se había
consumado, pero una cosa es la Segunda Sala y otra el pleno de la SCJN, y el
pleno no juzgó —uta pa’ ignorancia del abogado—. Hoy embarca al alcalde de
Coatzacoalcos, Joaquín Caballero, a quien la parte agraviada ya le teje la
denuncia que habrá de enfrentar incluso cuando deje el cargo y ya sin fuero
pise los tribunales y quizá la cárcel. Todo por sucumbir al canto de un
“matacoyotes”…