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Ricardo Monlui, asesinado en Yanga * 20
comunicadores ultimados en seis años *
Coatza: Morena 38%, PRI 23.4%, PAN-PRD 14.4%
* Sigue la resistencia en el PAN
* Los priistas traicionan * Nora
Cortázar se entromete en Morena *
Fernando Guízar por el PES * El político,
las gasolineras y el lavado
Mussio Cárdenas Arellano |
21 marzo de
2017
Tribuna Libre.- Se tiñe de sangre el yunismo, el bienio del
PAN en el poder, sacudido con el crimen de Ricardo Monlui Cabrera, el
periodista al que la muerte lo asedió y cazó, le dio tiempo y lo supo esperar.
Crujen las estructuras políticas del panismo,
del yunismo, del antipriismo, al saber que en el día 109 del reinado de Miguel
Ángel Yunes Linares el estigma de su antecesor, Javier Duarte, el de la
violencia contra periodistas, comienza a marcar su destino.
Salía Ricardo Monlui de una fonda, ubicada en
la esquina de Avenida Dos y Calle Uno, en Yanga, en la zona serrana del
occidente veracruzano, cuando el sicario que lo acechaba cumplió su misión.
Lo abatió de tres disparos, todos en la
cabeza, dejando el veterano periodista su vida ahí, en shock su esposa, su
hijo, testigos de la tragedia, impotentes ante la acción del que mata con
frialdad brutal.
A eso de las 10 de la mañana, a las puertas
de la fonda, el sujeto se le acercó. Lo había esperado casi junto al vehículo
del comunicador. Al verlo se acercó, sacó el arma de entre sus ropas y vació su
descarga. Ricardo Monlui cayó fulminado.
Huyó el sicario. Impactada su esposa, se
desplomó. Sufría un shock demoledor. Moría el autor de la columna Crisol, el
director del impreso El Político, amigo de líderes cañeros y campesinos,
acreditado por sus exclusivas, por el dato inédito, por su facilidad para ser
el depositario de la confianza de los hombres de poder.
Ricardo Monlui —57 años, una vida en el
periodismo, 35 años en medios, reporteando y dirigiendo, enviando notas y
opinando— pasó por el Mundo de Córdoba, se fue a Matehuala, San Luis Potosí,
regresó al Sol del Centro, hoy Sol de Córdoba, fundó Momento y luego la revista
Opinión, fue director de El Sol de la Cuenca, director de El Demócrata de
Córdoba y corresponsal de Telever.
Fue corresponsal de Análisis Político y en
2014 fundó el impreso y el portal electrónico El Político, amén de difundir su
columna Crisol en Diario de Xalapa y los periódicos miembros de la cadena
Organización Editorial Mexicana.
Otra de sus facetas fueron las relaciones
públicas. Fue jefe de prensa de la Unión Nacional de Productores de Caña, la
Confederación Nacional de Productores Rurales y la CNC de Veracruz. En todas
tenía compadres: Daniel Pérez Valdés, Ángel Gómez Tapia y Juan Carlos Molina
Palacios.
Se movía entre los hombres de poder, en los
que descansa la producción, en los que tienen su parcela en el PRI. Uno de
ellos, Juan Carlos Molina, es compadre del senador y frustrado candidato al
gobierno de Veracruz, el priista Héctor Yunes Landa.
Juan Carlos Molina aparece también en aquella
transcripción de una llamada telefónica entre el narcoempresario Francisco
“Pancho” Colorado Cessa, condenado a 20 años de prisión por lavar dinero de Los
Zetas, vía compra de caballos. Su misión era operar “putazos” en medios para
aflojar a quienes le complicaban la asignación de contratos en Pemex.
A Ricardo Monlui lo asediaba la muerte, lo
seguía, lo aterraba. Le tocó en lo más sensible: su hijo. Y casi lo devastó.
Un día, una madrugada, la del 19 de diciembre
de 2010, cuando Ricardo Cristian Monlui Ríos andaba con sus amigos en Orizaba,
en un antro, llegó la noticia brutal: presuntos policías del gobierno de
Veracruz lo levantaron, lo balearon en el rostro y lo arrojaron en un paraje de
Ixtaczoquitlán, municipio conurbado.
Milagrosamente el hijo del periodista salvó
la vida. Lo vio en la Cruz Roja aferrarse, luchar por sobrevivir.
Minutos después hablaban con Ricardo Monlui
María Gina Domínguez Colío, la vocera del duartismo, y el subsecretario de
Gobierno, Erick Lagos. Luego le llamaría Javier Duarte, consternado e
indignado, y ofreció que su procurador, Reinaldo Escobar Pérez, se haría cargo
de la situación.
Reynaldo Escobar llegó días después pero sólo
para dejar que el tiempo. “Reynaldo Escobar vino a Córdoba, saludó a mi hijo,
platico conmigo y con mi esposa, pero nunca hubo el compromiso de investigar a
fondo los hechos”, escribió dos años después Ricardo Monlui Cabrera.
Nunca fueron hallados los responsables del
atentado a su hijo Cristian. Nunca se le hizo justicia.
Muerto Ricardo Monlui Cabrera, violentamente
asesinado, se convulsiona el yunismo. Lo que tanto disminuyó a Javier Duarte,
es lo que conduce al gobierno de Miguel Ángel Yunes al fracaso.
Desatada la violencia, fallida la promesa de
resolver el tema de seguridad en 60 días, como ofreció, el gobernador se
precipita en un tobogán de credibilidad perdida.
Sábese que el duartismo opera la violencia,
que el Cártel de Duarte está herido y se lanza a matar, que dos de sus piezas
recluidas en prisión, el falso general Arturo Bermúdez Zurita y el ex
gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, provocan reacciones airadas y
violencia sin freno.
Sábese que la guerra entre cárteles se
inscribe el Veracruz violento con que el antiguo régimen mancha al yunismo, lo
destiñe y lo precipita al abismo. Y teniendo la lectura clara, el que presume
de mover la inteligencia como sólo unos cuantos políticos en el país, ni
siquiera insinúa que las ejecuciones forman parte de una estrategia para
desplomar al PAN en el poder.
Es la sangre de Ricardo Monlui la primera de
un periodista en el yunismo azul, la que marca y sella al gobierno que no
termina de cuajar.
Es el crimen de Ricardo Monlui el número 20
en seis años, los 19 que se perpetraron en el sexenio de Javier Duarte y lo que
va del de Miguel Ángel Yunes.
Antes fueron Noel López Olguín, de Noticias
de Acayucan; Milo Vela —Miguel Ángel lópez Velasco—, Misael López Solana,
Yolanda Ordaz y Gabriel Huge, de Notiver; Guillermo Luna Varela, de Veracruz
News; Esteban Rodriguez, de AZ; Regina Martínez, de Proceso; Víctor Manuel Báez
Chino, de Milenio y Reporteros Policíacos; Gregorio Jiménez de la Cruz, de
Notisur y Liberal del Sur; Moisés Sánchez Cerezo, director de La Unión en
Medellín; Juan Mendoza, de El Dictamen; Armando Saldaña, locutor de la Ke
Buena, en Tierra Blanca; Octavio Rojas Hernández, El Buen Tono; Juan Santos
Cabrera, quien fuera corresponsal de Televisa en Orizaba; Manuel Torres
Hernández, de Noticias MT, de Poza Rica, Anabel Flores Salazar, quien colaboró
en El Buen Tono y El Sol de Orizaba; Rubén Espinosa Becerril, colaborador de
Proceso, Claroscuro y AVC, y Pedro Tamayo Rosas, reportero de Al Calor
Político.
Este domingo 19, Ricardo Monlui Cabrera se
convierte en el periodista número 20 en ser asesinado en los últimos seis años
y el primero en el régimen yunista.
Dice el gobernador azul que se hará justicia.
Cuenta que se seguirán todos los móviles, incluido su trabajo periodístico.
Refiere que el crimen no quedará impune. Lo mismo solía decir Javier Duarte.
Sábese que tras el crimen de Ricardo Monlui
habrá otro más, que la prensa es el punto sensible de Yunes, que sus enemigos
sabrán donde golpear, que si no hay una acción mayor Veracruz se podría
incendiar.
Pasará Yunes azul a la historia si el crimen
de Ricardo Monlui se convierte en el inicio de una escalada de violencia contra
el gremio periodístico, como algunas fuentes en Seguridad Pública estiman que
habrá de ocurrir.
Hosco, agrio, Javier Duarte no ocultaba ni
matizaba su repudio a la prensa. Les llamó "manzanas podridas", les
dijo que se portaran bien o caerían. “Todos sabemos quiénes tienen vínculos y
quiénes están metidos con el hampa”. ¿Todos?
Así atizaba el fuego el entonces gobernador,
desdeñando a un gremio —los críticos porque los serviles nada tenían que
temer—, generando el ambiente para que la violencia los devorara.
Hoy bufan los textoservidores, disfrutan el
festín de sangre, alzando la voz por Ricardo Monlui como no lo hicieron por los
19 periodistas asesinados en el sexenio duartista. Reclaman justicia con la
misma intensidad que antes los marcó su complicidad.
Yunes es hostil a su manera. A la prensa la
vapulea en el flanco débil, en el dinero de los convenios de publicidad en el
chayote. Que aplaudan pero no hay pago, les dice. Y los termina de irritar.
Yunes los confronta en ruedas de prensa.
Evade temas. Encara y exhibe, cuestiona datos, niega cifras, informa a medias,
a tercios o a cuatros de la verdad.
Enfrenta su gobierno el primer crimen contra
periodistas. Javier Duarte no aplicaba la justicia, dejaba que la impunidad lo
consumiera. A Yunes se le exige aplicar la ley, y hacerlo ya.
Mientras, hay sangre de periodista en el
régimen yunista.
Archivo muerto
Sólo un milagro podría revertir la debacle
del PAN-PRD y su seguro tercer lugar en la elección de Coatzacoalcos. Si hoy
fueran los comicios, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) obtendría
el 38 por ciento de la votación; PRI, 23.4; PAN-PRD, 14.4; otro tanto se
distribuye entre los que lo harían por otra fuerza política, los que no
votarían por ninguno y los que no saben. Morena, por sí solo, tiene más del 50
por ciento de la intención de voto, pero la escasa exposición mediática de su
candidato, Víctor Manuel Carranza Rosaldo, le baja más de 12 puntos. Según la encuesta
que circula en altos niveles del tricolor, el PRI tiene una mejor intención de
voto que el panismo gracias a su ya inminente candidato, el líder cetemista
Carlos Manuel Vasconcelos Guevara, por su penetración en estratos bajos, a
quienes les otorga ayuda social y médica gratuita. El PAN-PRD se hunde aún si
el candidato fuera Jesús Moreno Delgado, pero sería peor con algún otro de los
aspirantes. A Jesús Moreno le iría mejor si abandona la aventura y suma lo que
trae al proyecto Vasconcelos. Aún así, sus porcentajes no les dan para derrotar
a Morena, el pejepartido. Eso es al día de hoy. Si ocurriera un descalabro en
Morena, alguna historia de corrupción, algún escándalo subido de tono, es
posible que caiga en la preferencia electoral. Y aún así, difícilmente perdería
la elección a la alcaldía de Coatzacoalcos… Sigue la resistencia en el PAN. Se
resisten los doctrinarios a que su candidato a la alcaldía de Coatzacoalcos sea
de origen priista. Lo expone Miguel Ángel Brito Molina, ex presidente del comité
municipal: “Las razones que me hacen apoyar como precandidato a un miembro de
mi partido, PAN, son en base a la experiencia y la historia reciente.
Mencionaré sólo unos casos como muestra: Renato Tronco ganó la presidencia de
las Choapas impulsado por el PAN, y hoy cuéntenme que ha pasado con él. Cirilo
Vázquez ganó la presidencia municipal de Cosoleacaque, hoy se declara del PRI.
Rafael García Bringas ganó la diputación federal impulsado por el PAN, hoy se
declara del PRI. Gonzalo Guízar Valladares, dos veces candidato impulsado por
el PAN, hoy es presidente de PES (Partido Encuentro Social). Regina Vázquez
ganó la presidencia municipal de Acayucan y se regresó al PRI. Todos ellos
usaron las siglas del PAN para lograr sus fines personales. Todos venían del PRI
y todos traicionaron al PAN y al pueblo. ¿Por qué pensar que los que hoy
pretenden ser los candidatos, que todos vienen del PRI, no lo vuelvan a hacer?
La historia no se equivoca. Digan por que debe ser candidato del PAN alguien
venido del PRI? ¡Díganme por favor!”… De malagradecidos habla Nora Cortázar
Luna. De malagradecido tilda la coordinadora de Movimiento Ciudadano a Freddy
Ramos por haberse ido a Morena. Y lo grilla. Y lo lacera. Pillan a la regidora
en un audio revelador que, mínimo, deja en claro que la dirigente del partido
de Dante Delgado Rannauro se entromete en la vida del partido del Peje López
Obrador. Identifican a su interlocutor: Rufino Soriano, alias “Pochutla”, quien
obtuviera la mayor votación ente los varones que aspiran a ser candidatos a una
regiduría en el próximo ayuntamiento de Coatzacoalcos. (Al Pochutla en breve le
van a dar fondo en Morena por prestarse al complot de la dirigente de
Movimiento Ciudadano contra un militante morenista). Instiga Nora Cortázar.
Conmina a distribuir volantes contra el ex regidor Benito Soriano Aguilera. Qué
memoria tan volátil la de Nora Cortázar. Ya olvidó que su alumno Benito Soriano
fue quien la propuso para ser regidora en el ayuntamiento de Armando Rotter
Maldonado, en 1997, cabildeando con Gloria Rasgado Corsi, designada por su
perfil de maestra. Meses después, votaría Nora Cortázar para destituir a Gloria
Rasgado de la Dirección del DIF municipal. Y ahora, grilla a quien le abrió las
puertas de un ayuntamiento perredista al que nunca imaginó llegar. Hoy se
entromete en la vida interna de Morena y eso es delito electoral… Sólo faltan
detalles para formalizar la candidatura de Luis Fernando Guízar a la alcaldía
de Coatzacoalcos por el Partido Encuentro Social. Se mete Luis Fernando con la
estructura que siempre movió su hermano Gonzalo, hoy líder estatal del PES y
diputado federal, antes legislador local y federal por el PRI, y que se prevé
jalará votos que buena falta le harán a la alianza PAN-PRD y al mismo PRI. Luis
Fernando Guízar fue secretario de Organización del comité municipal que
encabezara Mario Ulises Pereyra Esquivel al inicio de los años 80, cuando
iniciaba su carrera política. Otro de sus hermanos, Gilberto, es coordinador
del PES en la sierra de Soteapan, donde se prevé postularán candidatos a por lo
menos 11 alcaldías… ¿Quién es ese político, priista, ratita, que va por su
enésima gasolinera allá por los rumbos del Centro de Convenciones de
Coatzacoalcos, una verdadera lavandería de millones y millones que simplemente
jamás podría justificar? Helo en éstas cuando se recuerda los tiempos en que
vivía de sus rentas, sí, las que no pagaba…