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Comenzó con Fidel y siguió con Duarte *
Desde 2012 tenían su ubicación * Y lo
dejaron actuar * Políticos y
empresarios, su séquito * Chagra, Víctor
Rodríguez, Jesús Moreno, Ramón Ortiz, Piquitos, López Mora * ¿Vive aún el autor de la masacre de los
niños? * Cayó Stalin * Patalea Héctor * Brenda y los préstamos * Nanchital: riesgo de parálisis
Mussio Cárdenas
Arellano | 04 Julio de 2017
Tribuna Libre.- Entre viandas y trago, la clase política y
jet-set a sus pies, Hernán Martínez Zavaleta, alias El H, construyó un mundo
violento —secuestro, droga, combustible robado, extorsión— gozando por once
años de impunidad. Y sabiendo dónde ubicarlo, los del poder y los que no, lo
dejaron actuar.
Zeta mayor en la región, acusado de una
masacre, la de los cuatro niños y sus padres en la colonia Nueva Calzadas, en
la zona pobre de Coatzacoalcos, el 24 de junio, Hernán N, como lo categoriza el
gobierno, o Comandante H, o El H, o bien Jorge Martínez López, su otro alias,
hoy está en prisión, bajo resguardo de la Subprocuraduría Especializada en
Investigación de la Delincuencia Organizada.
Lo detuvo la Procuraduría General de la
República, el jueves 29 de junio, en Tabasco, cerca de los límites
con Veracruz, junto con dos cómplices, Víctor Manuel “N” y Juan Adiel “N”, a
quienes se les decomisaron un “arma de fuego corta, dos granadas, un kilogramo
aproximadamente de una sustancia con las características propias del cristal y
un vehículo”, según comunicado de la PGR.
Le imputan la masacre de los niños. Habría
sido una revancha por el asesinato de su lugarteniente, Bernardo Cruz Mota, el
viernes 23, en la colonia Benito Juárez Norte de Coatzacoalcos. Un día después,
ultimaron a los menores, a su padre, el taxista Clemente Martínez, y a su
madre, Martidiana N.
Hay un audio —refiere una versión de manejo
restringido—. Se escucha la voz del Comandante H. En él se pudo corroborar que
El H ordenó la ejecución a sus sicarios, detallando cómo les quitarían la vida
a los menores.
Otros viven un infierno distinto. Son los que
a lo largo de once años fueron cómplices silenciosos: políticos y hombres de
poder, empresarios y dirigentes sindicales, autoridades municipales y jefes
policíacos, periodistas y deportistas, la runfla que sabiendo del impacto
violento de sus acciones, lo dejaron hacer, le permitieron actuar, decidieron
callar.
Sin Fidel Herrera Beltrán, de 2006 a 2010, el
Comandante H no habría iniciado su ascenso en el mundo del hampa. Sin Javier
Duarte, de 2010 a 2016, no se habría consolidado como el jefe regional de Los
Zetas.
Decidía el cobro de piso, la extorsión a
empresas y comercios, a antros y restaurantes en la zona del malecón, a
profesionistas y gente de trabajo, a empleados. Decidía el tráfico de droga.
Decidía el secuestro. Decidía el robo de combustible.
Once años, desde 2006, fue impune.
Una ficha sobre vida delictiva revela que el
gobierno siempre supo dónde ubicar al Comandante H. Y no lo tocó. El documento
lleva el logo del gobierno de Tabasco y de su Secretaría de Seguridad Pública.
Cita la ficha tres domicilios: Pino Suárez
1305, Emiliano Zapata 1315 y Agustín Lara 611, Colonia Benito Juárez Norte, y
detalla datos generales del H, los de su esposa, hijos, padres y hermanos, una
de ellas con título de doctora.
Refiere el documento que el 7 de marzo de
2012 se le detuvo. Elementos del Ejército lo intervinieron. Le acompañaba
Bernardo Cruz Mota y escoltas. Viajaban en dos camionetas, una Honda Pilot
2001, y una Toyota Highlander 2011. Les fue asegurada una pistola Pietro
Beretta calibre 9 milímetros. El H exhibió una credencial apócrifa con su
rostro y el nombre de Jorge Martínez López.
Remitido a Nayarit y recluido en el penal El
Rincón, enfrentó un juicio corto. Luego abandonó la cárcel y se alejó
brevemente de su actividad delictiva. Habría de regresar con mayor brío e
impunidad.
Hay errores en la ficha técnica del
Comandante H. Lo mismo le imputan ser jefe zeta que integrante del Cártel de
Sinaloa o del Cártel del Golfo, bandas antagónicas.
Hay dos datos relevantes: su función en la
organización y una posible traición al cártel.
“Según información extraoficial —dice la
ficha técnica— operaba las redes de información para el grupo delictivo de los
zetas y coordinaba operaciones financieras y el cobro de extorsiones.
“Posteriormente fue enviado al Penal de
Nayarit, donde estuvo recluido un año. Se especula que su liberación fue
producto de una negociación a cambio de datos que llevaran a otras capturas”.
En otro parte de la ficha técnica, se
explica: “no es molestado porque tiene la protección de autoridades federal,
estatal y municipal”.
De esa complicidad habló el gobernador Miguel
Ángel Yunes Linares:
“En el caso concreto de Coatzacoalcos, se
está estudiando la posibilidad —la posibilidad, reitero— de que algún mando o
algunas personas al servicio de la seguridad o de la procuración de justicia de
la Fiscalía General del Estado pudieran tener algún vínculo con esta
organización. Hasta el día de hoy no está acreditado. Lo que sí está acreditado
es que El H operaba en Coatzacoalcos desde 2006 con absoluta libertad.
“Se vinculó con personas dedicadas a
actividades empresariales en Coatzacoalcos que sabían perfectamente bien la
actividad que desarrollaba y que no solamente no la denunciaron, sino que se
prestaron a aparecer como propietarios de bienes que realmente eran propiedad de
este delincuente”.
Más adelante Yunes azul agregó:
“Estamos investigando a profundidad su
vinculación con diversas personas, personas que prestaban su nombre para que
negocios obtenidos a partir de actividades ilícitas pudieran operar como
negocios lícitos en Coatzacoalcos”.
Aludía a un gimnasio y un restaurant. El
sábado 1, Golden Bull y Port House, ligados al Comandante H fueron clausurados
por la Procuraduría General de la República, removiendo los recuerdos que la
sociedad que convivió con él y lo encumbró desearía borrar.
Del gimnasio Golden Bull, inaugurado hace un
año, decían las reseñas del evento:
“Golden Bull es un gimnasio equipado con lo
más moderno en aparatos y programas para acondicionamiento muscular y
mejoramiento de la salud”. Su propietaria es la familia Martínez Mayo.
A su inauguración, el 11 de marzo de 2016,
acudieron los boxeadores profesionales, Mariana “La Barbie” Juárez, campeona
mundial y sex simbol en revistas para caballeros, y Marco Antonio
“Quetzalcóatl” Peribán, así como el fisicoculturista profesional Federico
Boysselle.
Se ubica en un edificio propiedad del
dirigente político y empresario, Roberto Chagra Nacif, un inmueble atractivo de
cuatro plantas, ubicado sobre la avenida Lázaro Cárdenas casi esquina Allende,
en el centro de Coatzacoalcos. Antes, durante el gobierno de Fidel Herrera
Beltrán, fue la Oficina de Hacienda del Estado.
La familia Martínez Mayo, vía terceros,
arrienda dos pisos del edificio.
Port House es un restaurant propiedad de
Roberto Chagra, asociado con los empresarios Alejandro Matiano Molinar y Pepe
España Quintero, inaugurado el 9 de septiembre de 2015.
Su padrino fue el ex candidato priista al
gobierno de Veracruz, Héctor Yunes Landa, vinculado por igual a Fidel Herrera
que a Javier Duarte, “mi jefe político”.
A todo lujo —y precios por las nubes—, Port
House ofrecía “cortes Prime y Premium, cocina internacional, cava selecta,
lights show, mixología, DJ Oldies y muchas sorpresas más”, según la reseña de
la inauguración.
No se advierte, hasta ahora, cuál sería la
participación del Comandante H en el restaurant de Roberto Chagra. Una fuente
ligada a la investigación señala que habrían indicios de blanqueo de capitales.
Circundaban al H, políticos y adinerados,
empresarios y restauranteros, lo más granado de la sociedad.
Uno de ellos, Roberto Chagra Nacif, sobre el
que pesa la mayor liga, es presidente del Partido Verde Ecologista de México en
Coatzacoalcos, ex candidato suplente a diputado federal, ex síndico municipal,
ex director de Carreteras Estatales en el gobierno fidelista, director de la
Comisión Municipal de Agua y Saneamiento y dueño de la filial del equipo de
futbol Tiburones Rojos de Veracruz.
Y es su arrendador.
Propietario del edificio que dio cabida al
Golden Bull, Chagra es aludido por Yunes como prestanombres y socio de Hernán
Martínez Zavaleta, encubridor de sus negocios con presunto lavado de dinero.
Otro negocio de Chagra, el Once Once, era
frecuentemente visitado por El Comandante H, incluso el día de su inauguración,
el 16 de junio de 2016, estuvo presente. Hubo invitados de lujo, el alcalde
Joaquín Caballero y varios regidores municipales, así como empresarios y lo más
granado del jet-set.
Sus socios eran Alberto Rodríguez y su esposa
Lucy Ruiz. Su administración estuvo a cargo de Beba Chagra, prima del ex
funcionario fidelista.
Cerró dos meses después, el 18 de septiembre,
poco después que otro jefe zeta, apodado El Caballero, rival del H, iniciara
una serie de secuestros y levantones, el asesinato de Luis Lazcano Meza, cuyo
cadáver apareció con un mensaje contra los hermanos Roberto y José Antonio
Chagra y el mismo Hernán Martínez Zavaleta.
“Les vamos a dar donde más les duele”, decía
el texto. “Así como ustedes también se pasan de #$%%# con las familias, también
nosotros. Empresarios vinculado con los Zetas”.
Huyeron los Chagra y muchos otros del
jet-set. Y cuando El Caballero fue ejecutado, todo parecía volver a la
normalidad. Parecía…
Aquella inauguración del Golden Bull fue
memorable. El H era un dios, un dios que protege a sus hijos.
Entre los políticos que gozaron posando la
fotografía con el H, se hallaban Víctor Rodríguez Gallegos, brazo derecho y
operador del ex alcalde Marcelo Montiel Montiel, del que fue Secretario de
Gobierno y más tarde encargado de la administración y finanzas en la Secretaría
de Desarrollo Social estatal y en la delegación de la Sedesol federal en
Veracruz. Contendió para diputado local por el PRI, en 2016, y perdió ante
Morena.
Otro, Ramón Ortiz Cisneros, empresario del
transporte, cetemista, rival de Carlos Vasconcelos Guevara, desligado del PRI,
incrustado en la campaña del PAN-PRD a la alcaldía de Coatzacoalcos, con
resultados desastrosos.
Pretendió que su esposa Claudia Karina
Bonilla fuera síndica desplazando a la panista Maritza Ambrosio, sin lograrlo.
Su hermana Mariela fue candidata a regidora por el PRD, quedando fuera de toda
posibilidad. El gobierno yunista le concedió la delegación de Patrimonio del
Estado, en sur de Veracruz.
Jesús Moreno Delgado, ex candidato a
presidente municipal por el PAN-PRD en Coatzacoalcos, marcelista, ex director
del DIF en el ayuntamiento de Joaquín Caballero y antes secretario de gobierno
con Marcos Theurel Cotero, aparece posando la fotografía con el H en un partido
de futbol.
Otro, Félix López Mora, delegado de Tránsito
en Cosoleacaque, también posa la fotografía. Priista, fue diputado local
suplente en 2012. Quiso ser candidato de la alianza PAN-PRD en 2017 pero
fracasó. Lo acogió el futuro alcalde, Cirilo Vázquez Parissi.
Uno más, David Arreola Sam, dueño del restaurant
Piquitos, uno de los más selectos en comida de la costa y de altísimo precio.
Su sonrisa junto al H lo dice todo.
Y así el historial del H, de la mano del
jet-set y el círculo político, construyendo un mundo violento y ligado a sus
empresas.
Fueron once años de impunidad.
Archivo
muerto
¿Vive o no Alaín López Sánchez, alías “La
Liebre”, presunto autor material del crimen de los cuatro niños en la colonia
Nueva Calzadas? Por el sicario ofreció el gobierno de Miguel Ángel Yunes
Linares, un millón de pesos. Habría sido el encargado de ejecutar al taxista
Clemente Martínez, a su esposa y cuatro hijos, por órdenes de Hernán Martínez
Zavaleta, el Comandante H, en venganza por el crimen de su lugarteniente,
Bernardo Cruz Mota. “La Liebre” o “El Orejón”, según datos circulan en redes
sociales, era matón del Berna. Cuentan los que saben que ya no habita el mundo
de los violentos, ni de los que hablan, ni de los que respiran… Insostenible,
Stalin Sánchez Macías cae y arrastra a Héctor Yunes. Duró apenas cuatro días
como coordinador de asesores de la Fiscalía Anticorrupción, vilipendiado por su
pasado duartista, por el saqueo a Veracruz, los millones pagados al consorcio
periodístico de los Heraldos por aplaudir y callar, por las prebendas y
dádivas, un terreno vía una treta legaloide con el que Javier Duarte favoreció
al primo de su esposa Karime. Y luego a la Fiscalía Anticorrupción. ¿Para
blindar a quién? Trascendió su renuncia este domingo 2, aunque se hizo efectiva
con fecha el 27 de junio. Se fue entre fuego verbal, rechifla y denuesto, los
improperios que suscitó su aberrante designación. Héctor Yunes Landa, el
senador que lo impulsa, admite la derrota y patalea, encara a la presidenta del
Congreso de Veracruz, Mariely Manterola Sáenz, imputándole nexos con el
duartismo y exige la renuncia de un asesor de la diputada, igualmente marcado
por el gobierno de Javier Duarte. Qué show el del fallido candidato priista al
gobierno de Veracruz, aquel que se inmortalizara con su frase icónica: “Javier
Duarte es mi jefe político”. Y que el duartismo se infiltre en las
instituciones… De salida, Brenda Manzanilla sólo espera que los créditos
fluyan, previo aval del Congreso de Veracruz, que le alleguen recursos para
realizar obra, vialidades que demanda la población de Nanchital. De entrada,
Zoila Balderas Guzmán, alcaldesa electa por el PAN-PRD, sabe que sólo con
financiamiento bancario podrá realizar un digno papel. Se sabe que va por 50
millones de pesos. Su escollo está en el cabildo municipal, donde sólo tiene el
voto del síndico Mincho Ávalos y tendrá que convencer a Morena y al PRI, quizá
a Movimiento Ciudadano, una vez que el Órgano Público Local Electoral determine
a qué partido se le asigna la tercera regiduría. Si el PAN logra tener mayoría
en el cabildo —tres de cinco votos—, caminará en las nubes; si no, habrá que
ver la capacidad de la futura alcaldesa, hija del extinto líder petrolero,
Francisco Javier “Chico” Balderas Gutiérrez, para negociar. Una tercera vía es
jalar al regidor priista, Francisco Balderas Pérez, su primo, para sacar
proyectos y evitar que el ayuntamiento entre en una profunda parálisis…