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Los escándalos de corrupción y un Gobierno
federal desgastado y en el descrédito, como es el del priista Enrique Peña
Nieto, pesan en el ánimo de los militantes priistas para, en su XXII Asamblea
Nacional Ordinaria, impedir que el grupo de ese partido que hoy domina, y que
es el mismo del Presidente, imponga su Ley y también perfile un candidato
tecnócrata, consideraron analistas y también políticos del propio
Revolucionario Institucional.
“Hay
grupos dentro del priismo que están tratando de disputarle al Presidente la
decisión [sobre la selección del candidato presidencial] y, sobre todo, porque
sospechan que la decisión del Presidente va a recaer en algunas candidaturas
que son de un perfil tecnócrata y no son las que les gusta al priismo”, resume
Rogelio Hernández Rodríguez, profesor e investigador del Colegio de México
Los
temas a discutir, de acuerdo con la programación acordada, son “visión de
futuro”, cuya mesa debatirá en Zapopan, Jalisco; “rendición de cuentas”, en
Mazatlán, Sinaloa; “declaración de principios”, en Saltillo, Coahuila;
“programa de acción”, en Toluca de Lerdo, Estado de México, y “estatutos”, en
la capital de Campeche.
Ciudad de México. | 09 agosto de 2017
Tribuna Libre.- El PRI enfrenta la probabilidad de perder una
tercera elección presidencial. Luego de dos sexenios de ser oposición: en 2012
recuperó la Presidencia de la República de la mano de Gobernadores como el
chihuahuense César Duarte Jáquez y el veracruzano Javier Duarte de Ochoa, que
impulsaron a un entonces ampliamente conocido titular del Ejecutivo en el
Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Cinco años y 24 procesos electorales después,
sin embargo, el PRI enfrenta un entorno “complicado” por los escándalos de
corrupción de esos mismos gobernadores –el primero prófugo; el segundo
detenido– y la baja popularidad del Presidente Peña Nieto, en picada desde la
desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la revelación de que su familia
adquirió una residencia de parte de uno de sus principales contratistas.
Otro elemento en contra son las críticas a
escala global del modelo económico vigente –privatizador y reductor de la
participación del Estado– e impulsado hace 35 años por los gobiernos tanto del
PRI como del PAN y que anticipan la posibilidad de un triunfo de una
candidatura anti-sistema, como ocurrió en Estados Unidos con la candidatura de
derecha de Donald Trump.
El resultado es que, pese a que el Partido
Revolucionario Institucional retuvo la gubernatura del Estado de México el
pasado 4 de junio, en total, estima la disidencia priista, ha perdido casi
cinco millones de votos en los últimos cinco años, gobierna seis entidades
federativas menos que entonces y, hacia el 2018, ocupa el tercer lugar en las
encuestas de preferencias electorales, que le dan ventaja al aspirante
presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel
López Obrador.
De cara a su XXII Asamblea Nacional
Ordinaria, que se celebrará esta semana, la lectura de estas condiciones de
competencia han dividido al partido. Por un lado, la dirigencia nacional ha
considerado como señal de aliento el triunfo en el Estado de México del priista
Alfredo del Mazo Mazo sobre la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez.
La disidencia, sin embargo, considera que la
diferencia en esta elección fue tan estrecha que se debe considerar como un
síntoma de uno de los principales problemas que, advierten, enfrenta el
tricolor: la toma de decisiones “cupulares” y la imposición de candidatos –como
en Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua–, está causando un alejamiento de la
militancia, por lo que proponen una consulta abierta a las bases como método de
selección de quien los represente el año próximo.
“Hay grupos dentro del priismo que están
tratando de disputarle al Presidente la decisión [sobre la selección del
candidato presidencial] y, sobre todo, porque sospechan que la decisión del
Presidente va a recaer en algunas candidaturas que son de un perfil tecnócrata
y no son las que les gusta al priismo”, resume Rogelio Hernández Rodríguez,
profesor del Colegio de México (Colmex), historiador del PRI y quien identifica
como “tecnócratas”, sobre todo, al Canciller Luis Videgaray Caso y al titular
de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio Meade
Kuribreña.
“Si el Presidente se empeña en una decisión
absolutamente personal (…) va a acelerar el problema. Pero si atiende las
demandas internas y externas, y logra leer los términos de competencia política,
se decidirá por un candidato mucho más cercano al propio priismo y a las
propias afinidades priístas”, agrega Hernández Rodríguez.
“TODOS
LOS TEMAS, A DISCUSION”
El PRI celebrará esta semana su XXII Asamblea
Nacional Ordinaria, su órgano máximo de decisión. A realizarse en cinco sedes
los días 9 y 10, cerrará el sábado con una sesión plenaria en esta capital y a
la que se prevé asista el Presidente Enrique Peña Nieto.
Los temas a discutir, de acuerdo con la
programación acordada, son “visión de futuro”, cuya mesa debatirá en Zapopan,
Jalisco; “rendición de cuentas”, en Mazatlán, Sinaloa; “declaración de
principios”, en Saltillo, Coahuila; “programa de acción”, en Toluca de Lerdo,
Estado de México, y “estatutos”, a discutirse en Campeche.
Los días previos se han caracterizado por una
disputa abierta entre las corrientes disidentes o críticas en el interior del
priísmo que buscan impulsar la consulta abierta como método de selección del
candidato y entre quienes se encuentran políticos como la ex Gobernadora
yucateca Ivonne Ortega Pacheco –única que ha revelado su aspiración
presidencial–, el ex mandatario oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz o el Diputado local
capitalino José Encarnación Alfaro Cázares, cercano al ex dirigente Manlio
Fabio Beltrones Rivera.
Otra propuesta impulsada por este grupo es la
derogación de requisitos de competencia –como el apoyo de al menos tres de los
cuatro sectores u organizaciones del PRI, 25 por ciento del Consejo Político y
10 por ciento de los registrados en el tricolor en la demarcación por la que
busque competir– que, explicó Ortega, en cargos como gubernaturas hacen más
difícil la aspiración para quienes son militantes que para ciudadanos
simpatizantes.
El Presidente del Comité Ejecutivo Nacional
(CEN), Enrique Ochoa Reza, por su parte, habló en entrevista publicada hoy por
el periódico El Universal de una propuesta para abrir a simpatizantes “todas
las candidaturas”; es decir, incluyendo la presidencial que, han interpretado
analistas, podría favorecer de esta forma a Meade, que no es priísta.
“Por otro lado, también se ha puesto sobre la
mesa cuáles deben ser los mecanismos para elegir candidatos y candidatas, y ahí
es muy importante reconocer que, ante la pluralidad que tenemos en todo el país
(…) lo que el partido debe tener para fortalecer su posición son múltiples
procedimientos distintos, que podamos utilizar aquellos que sean más
convenientes en distintas regiones y que podamos entonces, como partido, abrir
diferentes espacios para la participación de la gente en nuestros procesos”,
dijo Ochoa Reza al citado medio.
Los priistas críticos esperan terminar la
Asamblea con un acuerdo que determine que el método de selección del candidato
presidencial sea por consulta abierta a la militancia; pero, de no lograrlo,
explican, podría todavía alcanzarse en el Consejo Político Nacional previsto
para octubre próximo.
Por lo pronto, informa Alfaro, los encuentros
de los últimos días con Ochoa Reza concluyeron con el acuerdo de que no dejarán
temas fuera de la agenda y que todas las propuestas, aun si no estuvieran en
los pre-dictámenes a discutir en las mesas temáticas, serán analizadas.
“Quedamos con la dirigencia nacional que
ningún tema será excluido de la discusión; todos los temas se van a discutir, a
analizar, y será la mesa la que vote las propuestas de reforma que se
formulen”, dice el Diputado Alfaro Cázarez en entrevista.
“Es decir, acordamos que no se llegaría con
un preacuerdo, previamente aprobado, que dejara temas y propuestas que se han
hecho en los estados. Así que va a ser una asamblea abierta donde se pondrán a
consideración el pre-dictamen, pero también las nuevas propuestas que se puedan
formular en la mesa”, agrega.
Las diferencias entre los priistas han sido
públicas. Luego de que Ortega, Alfaro y un centenar de priistas se reunieran en
junio pasado en esta capital para anunciar que buscarían impulsar la consulta
directa entre la militancia como método de selección de candidatos, el Senador jalisciense
Arturo Zamora –dirigente de la Confederación de Organizaciones Populares y
cercano al Senador Emilio Gamboa Patrón– respondió a través de un comunicado
oficial del partido llamándolos “políticos de café que se reunieron a criticar
y a dañar” al tricolor.
Y el martes pasado, en un encuentro sobre
gobiernos de coalición promovido por la Iniciativa perredista Galileos, Manlio
Fabio Beltrones criticó veladamente a Videgaray Caso al señalar que al
“gobierno no se llega a aprender”, en alusión a los términos que usó el
Canciller al asumir su nuevo cargo.
“Lo hemos dicho: dejemos a un lado los
gobiernos de los cuates, de las cuotas y sobre todo de aprendices. al gobierno
no se llega a aprender”, dijo Beltrones, que también advirtió estar más
preocupado por la “gobernabilidad” que por quien gane la elección en 2018.
“A mí no me preocupa si gana el PRI, el PAN o
si gana Andrés Manuel; lo que me preocupa es la gobernabilidad”, agregó el
experimentado político priista.
Para integrantes del partido como Beatriz
Pagés Llergo, ex Secretaria de Cultura del PRI y también crítica de Ochoa Reza,
las diferencias podrían estar cerca de provocar una ruptura similar a la que,
en 1988, pasó de ser una “corriente democrática” a convertirse en el Partido de
la Revolución Democrática.
Los acercamientos de los últimos días, sin
embargo, explica Alfaro, han concluido sin indicios de fractura.
“La asamblea va a terminar bien, no hay
indicios de que puedan configurar la posibilidad de una fractura, una
confrontación; no las hay”, considera el integrante de la Asamblea capitalina y
quien participará en la mesa de discusión de los Estatutos.
“Las conversaciones que hemos tenido con la
dirigencia han abonado en el terreno de llegar a muy buenos entendimientos,
como éste, de que no se va a quedar ningún tema sin discutir”, agrega.