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Ministeriales le imputaron secuestro *
14 horas de agresión sexual * Condenada
a 24 años de cárcel * Y era inocente * 21 periodistas asesinados * Cándido Ríos, ejecutado * No seré el candidato eterno: AMLO * El alcalde y el año de Hidalgo * Portilla Bonilla, degradado * El Malvado Doctor Tocino no adelgaza
Mussio
Cárdenas Arellano | 24 agosto de 2017
Tribuna Libre.- Un tormento, esas 14 horas en que fue
violada, lanzaron a María del Sol al infierno del duartismo, acusada de un
secuestro que no cometió, de ser la “jefa guapa” de la banda, incriminándose,
no por culpable sino por el terror y el miedo a morir y condenada a 24 años de
prisión. Hoy está libre.
14 horas de agravio, sintiendo sobre sí el
poder de otra banda criminal, la de los ministeriales, la de la AVI, el brazo
ejecutor de la Procuraduría de Veracruz, hoy Fiscalía, que usa la fuerza para
fabricar culpables.
Su caso retrata al gobierno infame de Javier
Duarte, su desdén a la ley, el uso de la tortura para cuadrar sus coartadas,
reprimiendo al débil, golpeando a mansalva, ultrajando mujeres y simulando que
así se hacía justicia, y se hacía bien.
Siendo inocente, María del Sol Vázquez Reyes
permaneció cinco años en la cárcel, luchando en los tribunales para probar su
inocencia y apelando a la defensa de sus derechos humanos, violentados por los
esbirros del entonces gobernador, hoy tras las rejas, procesado por el saqueo a
Veracruz.
Vive su infierno desde el 11 de octubre de
2012, cuando la joven Natalia Olvera Ros fue secuestrada en Córdoba, Veracruz.
Un comando, entre ellos dos mujeres, la asaltó esa mañana cuando salía de su
hogar, ubicado en el número 3219-A, en la avenida 17, entre las calles 34 y 36,
fraccionamiento Nueva Córdoba.
A bordo de su camioneta, una Toyota RAV,
color blanca, Natalia Olvera iniciaba su marcha. No avanzó mucho. Fue
interceptada por el comando armado.
Un sujeto se acercó al auto. Golpeó el
cristal del vehículo. De inmediato, una de las tipas abrió la puerta de
copiloto. En tres palabras la conminó a pasarse al asiento trasero. Portaba en
la mano un arma. María del Sol no lo pensó.
“Quédate agachada”, le ordenó la tipa. Y si
no lo hacía —le expresó— atentaría en su contra.
Se dejaron pedir 500 mil pesos. Era el
rescate por la vida e Natalia. Y fue el precio que pagó con su libertad alguien
tan inocente como Natalia.
A María del Sol Vázquez Reyes la detuvieron
el 26 de octubre. El grupo táctico de la Agencia Veracruzana de Investigaciones
(AVI), ya desaparecida, la trasladó a las instalaciones de la Procuraduría y
más tarde al penal de máxima seguridad de La Toma, en Amatlán de los Reyes, en
la zona Córdoba-Orizaba.
Se le seguía la causa penal 198/2012 en el
Juzgado Primero de Primera Instancia de Córdoba. Y era inocente.
Para entonces ya había otros detenidos. A uno
de ellos, Armando López Fajardo, de oficio taxista, vecino de Río Blanco, le
habían determinado auto de formal prisión. Faltaba de ser aprehendida la otra
secuestradora.
Abogada de profesión, entonces de 27 años,
madre de familia, María del Sol Vázquez Reyes fue imputada por secuestro
agravado en contra de Olvera Ros, y como “probable responsable de delito de
robo en agravio o del patrimonio de la empresa Transportadora y
comercializadora ‘Maná’ ”.
Lo que siguió fue brutal. A lo largo de 14
horas fue violada y torturada, sintiendo a sus verdugos descargar su maldad,
contra ella la inquina de los agentes ministeriales, hasta obligarla a admitir
un delito que no cometió, aterrada ante un escenario peor, quizá su muerte si
se resistía a admitir los cargos.
Por 14 horas estuvo incomunicada, en las
manos de sus verdugos, la infamia y el alma criminal de quienes debían dar con
el paradero, identificar plenamente, construir un caso sólido y creíble para
hacerle justicia a la joven secuestrada Natalia Olvera Ros.
Sí, pero María del Sol era inocente. Nada
tuvo que ver con el plagio.
Lo que hicieron fue demencial. A María del
Sol le arruinaron la vida, mancillando su dignidad y vulnerando su cuerpo.
Apeló ante el Tribunal Superior de Justicia y
el Poder Judicial duartista le dio la espalda, confirmando el auto de formal
prisión.
Debió acudir a la justicia federal, que
finalmente otorgó un amparo con el que fueron desechadas dos pruebas clave, una
de ellas su declaración incriminatoria, aquella que le fue arrancada mediante
tortura y violación sexual.
Ganó el amparo pero fue hasta que la Comisión
Estatal de Derechos Humanos emitió —12 de mayo pasado— una recomendación al
Poder Judicial de Veracruz que se allanó el camino a su libertad.
Así, la Tercera Sala Penal del Poder Judicial
de Veracruz, pronunció una sentencia, absolutoria. Era inocente de los delitos
que le fabricaron los agentes de la AVI. Y ordenó su libertad inmediata.
A los pocos días, el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito de Boca del Río emitió una
resolución: la sentencia de apelación debía ser modificada, excluyendo al menos
dos pruebas, entre ellas su declaración inicial. Se acreditó que por ser bajo
tortura se violó el derecho a una defensa adecuada.
Un argumento de la defensa de María del Sol,
presentado ante la Tercera Sala Penal del Poder Judicial de Veracruz, era el
dictamen positivo de tortura. Se basó en el Protocolo de Estambul.
A la par, ofreció la recomendación de la
Comisión Estatal de Derechos Humanos que determinaría la “ilicitud” de las
pruebas contra María del Sol.
Fue determinante: la Tercera Sala reconoció
la inocencia de María del Sol.
Volvió a nacer y así lo dijo. “Volví a nacer.
Al principio no lo creí, y hasta ahorita veo a todos, la calle, la casa, y no
soy consciente de que soy libre. Una parte de mí se sigue sintiendo en el lugar
en el que estaba”.
En el penal de La Toma se unió los grupos de
ayuda. Uno de ellos, “Rompiendo el silencio. Todas juntas contra la tortura
sexual”, auspiciado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, tomó
su caso y lo potenció hasta lograr ejercer tal presión que se logró su
libertad.
Cinco años después, vuelve a nacer. Es
sobreviviente de violación sexual, de tortura y de la infamia de la policía
ministerial duartista, que la confinó a una cárcel, al escarnio público, a una
condena de 24 años de prisión, emitida por un juez infame y confirmada por el
Tribunal Superior de Justicia, igualmente inmoral, donde la ley se tuerce y se
encubre al torturador.
Era Felipe Amadeo Flores Espinosa el
procurador de Justicia de Javier Duarte, y con él se movían los estrategas de
la fabricación de delitos, su grupo táctico.
Uno de ellos, Enoc Maldonado Caraza, director
de Investigaciones Ministeriales, juega con la vida de todos, invariablemente
con coartadas que arrojan culpables inmediatos que al paso del tiempo, en el
curso de los juicios, se van desgranando.
Fueron sus agentes, los de la AVI, quienes
perpetraron aquel delito contra María del Sol Vázquez Reyes, 14 horas en sus
manos, siendo víctima de violación sexual y tortura, incomunicada, saciando sus
instintos animales y su condición bestial.
Si ya hay una resolución, si ya se admite la
culpabilidad de los ministeriales, si ya se acreditó la tortura y la violación,
mínimo el yunismo les debe aplicar la ley. Si es que no hay complicidad
María del Sol sobrevivió al infierno de
Duarte. Y vive para contarlo.
No todos lo han logrado.
Archivo muerto
A su estilo, increpando y provocando, Cándido
Ríos Vázquez irritaba a los hombres del poder, a Gaspar Jiménez, el que fuera
alcalde y que en un desencuentro le soltó un cruzado y lo sembró; a Jorge
Carvallo, el fidelista, hoy diputado federal, al que cuestionaba hasta el
insulto; a Morena, Huerta, Cazarín, por el resultado de la elección que el
pejepartido no pudo ganar. Hoy está muerto. Fue acribillado cuando viajaba con
dos sujetos más, el ex agente municipal de Corral Nuevo y ex inspector de la
policía de Acayucan, Víctor Arcelio Alegría, y su chofer, apodado “El Greñas”.
Se hallaban en su automóvil, a unos metros del Oxxo de una gasolinera en Juan
Díaz Covarrubias, municipio de Hueyapan de Ocampo, cuando los sicarios los
rociaron de bala. Arcelio Alegría y “El Greñas” fallecieron en el lugar del
ataque; Cándido Ríos seguía con vida. Lo trasladaba una ambulancia de la Cruz
Roja cuando dejó de existir. De estilo torvo, provocador, polémico, Cándido
Ríos, apodado “El Pavuche”, editó su propio medio, La Voz de Hueyapan, y era
corresponsal de Diario de Acayucan. Hace 10 días, 13 de agosto, grabó un
mensaje en video, subido a la red social Facebook, cuestionando a priistas y
morenistas; hablando de sus limitaciones gramaticales pero de su prestigio
entre la población; del engaño entre la clase política, y de su eterno enemigo,
el ex alcalde Gaspar Jiménez, a quien señaló de tener Gusto por desaparecer
personas. En un comunicado, la Comisión Estatal para la Atención y Protección
de los Periodistas (CEAPP), clarificó que Cándido Ríos estaba acogido al
Mecanismo de protección a Periodistas dependiente de la Secretaría de
Gobernación federal y que la CEAPP le otorgaba asesoría jurídica. Cimbra su
muerte al yunismo, que ve así al segundo periodista asesinado en los nueve
meses de gobierno de Miguel Ángel Yunes, cuando su conflicto con la prensa
duartista crece. En seis años, desde el secuestro y muerte de Noel López
Olguín, en 2011, hasta el crimen de Cándido Ríos, van 21 periodistas asesinados
en Veracruz… A los Pinos o a “La Chingada”. Es la sentencia en Morena, que ve a
su líder y dueño, Andrés Manuel López Obrador, definiendo que es suya la
elección presidencial de 2018 o se retira. “Les adelanto, compañeras,
compañeros, que yo me estoy aplicando a fondo, pero no voy a estar de candidato
eternamente. Es a Palacio (Nacional), aplicarnos a fondo seis años para
transformar al país, o a Palenque (donde se ubica su finca “La Chingada”), así.
No es que ‘va la cuarta’, no, la tercera es la vencida. No la cuarta, ni la
quinta”. Lo resume El Universal, al que tildó de “pasquín del sistema” y
boletinero. Sus palabras las registra un video, transmitido por el diputado de
Morena, Ariel Juárez, en redes sociales. Así que no será candidato eterno…
Filosa la uña entre los alcaldes del sur. Su año de Hidalgo lo cumplen al pie
de la letra, sustrayendo cuanto pueden de los ayuntamientos, agotando
presupuestos en obras que sólo ellos ven, cerrando los ciclos contables con
número que cuadren aunque la demanda de servicios no sea atendida. Uno de
ellos, el de Las Choapas, Marco Antonio Estrada Montiel, se lleva entre otras cosas
una impresora nueva. La pagó el ayuntamiento y fue entregada en su hogar, o
donde a la empresa proveedora le indicaron que era su hogar… Pepenando migajas,
el magistrado Francisco Portilla ya cacha lo que quieran arrojar. Aquel sueño
de que Javier Duarte lo haría fiscal anticorrupción, o cabeza de la Sala
Anticorrupción del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, terminó en un
acto de comicidad. Anda de visitador en la Sala Regional del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo, con sede en Coatzacoalcos, y seguro lo presidirá. O
sea, lo mandaron al pantano cuando soñó ser el verdugo del yunismo y la coraza
para encubrir al ex gobernador Javier Duarte, con el que se entendía de lo
mejor. Seguro aquí tampoco dura. Dos veces fue alcalde de Córdoba y se fue
antes de concluir; dos veces fue diputado y la misma evasión. Sustituye a la
inefable Gladys de Lourdes Perez Maldonado, que además que no hay quien la
soporte, por engreída y arbitraria, por acoso laboral, no soporta el calor del
sur. Ni que hubiera nacido en un refrigerador… Seis días en huelga de hambre y
el Malvado Doctor Tocino goza de cabal gordura. Ni un gramo se le ve que pierda
en su farsa Javier Duarte. Y peor su show cuando uno de sus defendidos,
Mauricio Audirac Murillo, le dice que si está en prisión es por sus robos y su
voracidad, sin pedirle que abogue por él. Argumento barato el de Javier Duarte.
No levantará su huelga de hambre hasta que sus ex colaboradores sean liberados
y por lo menos Audirac le imputa que el corrupto es él, y que por el ladrón
voraz, cerrándole el círculo legal, el yunismo apretó a la pandilla en pleno…