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Él mismo lo declaró en 2013, cuando apenas
había tomado posesión como Director de Petróleos Mexicanos. En 2012, cuando
habría recibido de Odebrecht cuatro millones de dólares, Emilio Ricardo Lozoya
Austin, ex Director de Petróleos Mexicanos, tenía dinero. Tanto que le alcanzó
para pagar al contado 38.1 mdp por una casa. En ese tiempo, el ex funcionario
fue transparente y dejó ver en su declaración patrimonial que había adquirido
–también al contado- relojes de lujo con engranaje de oro y las horas marcadas
con piedras preciosas. Además, le gustaba el arte. Se había hecho de tajo de un
Dalí en 50 mil dólares en 2005, mientras que por herencia conservaba un Picasso
de 500 mil dólares.
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Pero después todo se volvió opaco. Cuando, en
medio del escándalo de OHL, dejó el asiento principal de Pemex, cerró los datos
de su fortuna y firmó ante la Función Pública que no deseaba hacer público
ningún bien patrimonial ni de ahorro. Y así, se fue.
Ciudad de México. | 15 agosto de 2017
Tribuna Libre.- En julio de 2012, el Instituto Nacional
Electoral (en ese tiempo IFE) reconoció como ganador al priista Enrique Peña
Nieto con 38.21 por ciento de la votación. En la sede de Insurgentes Norte del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) volvió la verbena como no había
ocurrido en 12 años en que el Gobierno fue ocupado por el Partido Acción
Nacional (PAN) y el tricolor sólo veía derrotas.
Emilio Ricardo Lozoya Austin, en ese momento
Coordinador de Vinculación Internacional de la campaña, echó por sí mismo las
campanas al vuelo. Por lo menos en sus compras. En noviembre pagó al contado
una casa de 38 millones 175 mil pesos. Ocho meses antes, en marzo, quien se
convertiría en Director de Petróleos Mexicanos (Pemex) del Gobierno
peñanietista, le habría pedido al ex director de Odebrecht en México, Luis
Alberto Meneses Weyll, cuatro millones de dólares como pago por haberlo ayudado
a posicionar la compañía en Veracruz, según revelaron el diario brasileño
O’Globo y la organización periodística mexicana el Quinto Elemento Lab.
El hecho de que Lozoya Austin tuviera
millones de pesos en sus cuentas aquel año es un dato que él mismo dejó
asentado en la primera declaración patrimonial que presentó en 2013 ante la
Secretaría de la Función Pública (SFP), al ingresar a Pemex. Conforme al
artículo 80 de la antigua Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de
los Servidores Públicos, los funcionarios mexicanos podían hacer públicos sus
bienes sólo si así lo deseaban. Y Lozoya, quien se inauguraba en un cargo de
dirección del Gabinete ampliado, decidió hacerlo público y así lo dejó
asentado.
Pero la transparencia del funcionario se
agotó. Tres días antes de dejar el cargo, el 5 de febrero de 2016, presentó una
última declaración con los datos cerrados por completo, sin la información
visible de ningún bien patrimonial ni ninguna inversión. De modo que no puede
conocerse con qué fortuna concluyó el cargo. Lozoya Austin dejó el asiento
principal de la petrolera nacional cuando la ola del escándalo de OHL crecía
con más nombres de funcionarios públicos implicados en presunta corrupción para
beneficiar a la firma española. Lo relevó José Antonio González Anaya.
Si esto fuera una paleta cromática, los
documentos públicos del ex funcionario irían de lo luminoso a la oscuridad. Sus
inversiones son más claras en la primera declaración; pero en las siguientes,
presentadas en 2014, 2015 y 2016 ya no hay ningún rastro de cómo ahorró su
dinero. La declaración patrimonial de 2013 permite ver que Lozoya ahorraba en
francos suizos, euros y dólares. Lozoya se limitó a compartir su escolaridad y
su experiencia laboral. Así, exhibió una gran diferencia entre el documento que
publicó el 10 de enero de 2013 y en el que incluyó sus ingresos mensuales netos
(que ascendían a 722 mil pesos, compuestos por su sueldo de Pemex, por
actividades comerciales y por actividades financieras), sus bienes inmuebles,
muebles y 11 inversiones, algunas en dólares, otras en francos suizos, euros y
a títulos equivalentes a 39 millones 009 mil 895 pesos
Cuando se inició la Administración
peñanietista tenía cinco inversiones en dólares por casi 5 millones de pesos;
dos en francos suizos por 94 mil 895 pesos y una más en euros por 33 millones
915 mil pesos. Tres más estaban a títulos. Si este dinero creció o disminuyó,
no se sabe. Lozoya dejó de declararlo de manera pública. En su última
declaración abierta, de mayo de 2015, sumó tres inversiones más a
“organizaciones privadas” pero ya no especifica el monto ni el tipo de moneda.
LOZOYA:
ARTE Y RELOJES DE TAJO
En el espejo de su fortuna, a Emilio Lozoya
Austin se le puede ver como amante del arte. Y como a un comprador que le gusta
pagar de tajo. El 3 de noviembre de 2005, compró un Salvador Dalí en 50 mil
dólares. Y, también de su bolsillo y al momento, compró cuatro cuadros de Luis
Zárate que le costaron 400 mil dólares. En su haber ya tenía un Picasso que
heredó en 2008 y que en ese año valía 500 mil dólares.
Luis Zárate, de 66 años, es un pintor oriundo
de Santa Catarina Cuanana, Oaxaca, egresado de la Escuela Nacional Superior de
Artes en París y de la Altelier 17. Es uno de los pintores oaxaqueños
contemporáneos más destacados en México y el mundo. Cuenta con premios
internacionales de pintura, entre los que se cuentan el de Vitri (Francia) y el
Premio del Gobierno del Principado de Mónaco. En la actualidad, su obra llega a
cotizarse en euros, superando los 300 mil pesos. Ha expuesto en países como
España, Alemania, Bulgaria, Noruega, Francia, Italia, Mónaco, Singapur, Estados
Unidos, México, Perú y Puerto Rico.
Lo mismo hizo Lozoya con otra parte de su
fortuna. Su declaración inicial da cuenta de un hombre amante de los relojes de
alto diseño y lujo. Ya era dueño de un reloj patek philippe que también
adquirió con 40 mil dólares en 2003, de otro Patek Philippe Aquanat por el que
pagó lo mismo en 2005. En 2006, se hizo
de un Frank Muller por la misma cantidad. La compra de relojes cesó unos años,
pero en 2010 volvió por un Patek Philippe Nautilus que le costó la misma
cantidad.
Son relojes cuyas características coinciden.
Tienen la carátula, las manecillas y hasta el engranaje de oro. Las horas están
marcadas con piedras preciosas. Y cada uno es forjado a mano, según puede verse
en las páginas institucionales de esas firmas.
En los años en que Emilio Lozoya Austin
compraba arte y relojes trabajó como Oficial de Inversiones en el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), una posición que ocupó de 2003 a 2005. Ese
año se convirtió en Director en jefe para América Latina del Foro Económico
Mundial, cargo que dejó en 2009.
LOS
PROBLEMAS DE LOZOYA
La carrera académica de Emilio Lozoya Austin
se parece a la de Luis Videgaray Caso, el hombre más cercano al Presidente
Enrique Peña Nieto. Se licenció en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma
de México y se formó en Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México
(ITAM). Luego, obtuvo una Maestría en Desarrollo Económico en la Universidad de
Harvard, en Estados Unidos.
Con el grupo estratégico del Presidente Peña
Nieto estuvo desde la campaña, en 2012 y luego en el equipo de transición. Fue
de los primeros nombramientos que hizo el mexiquense. Lozoya tomó posesión de
la paraestatal que sería sometida a una de las más profundas reformas
estructurales de cinco que envió el Ejecutivo al Congreso.
Sus días dorados se acabaron cuando en julio
de 2015, su nombre apareció en una serie de grabaciones publicadas en YouTube
de manera anónima, en la que se revelaban presuntos actos de corrupción de OHL
También apareció Enrique Ochoa Reza, quien dirigía la Comisión Federal de
Electricidad.
De acuerdo con un audio revelado el 28 de
junio de 2015, Lozoya Austin habría gestionado una reunión con Ochoa Reza para
que OHL obtuviera la licitación de la Central de Ciclo Combinado Empalme I. Y
en los hechos, lo obtuvo.
De parte de Pemex Refinación, OHL recibió 2
mil 398 millones 427 mil 277 pesos por tres contratos; luego ganó, junto con
otras cuatro empresas el proyecto de una planta generadora de hidrógeno y la
terminación de un gasoducto en la refinería Cadereyta por 927 millones 676 mil
159 pesos. El último contrato fue por 453 millones 870 mil pesos para la
construcción de una estación de rebombeo para un poliducto en Salamanca,
Guadalajara.
El 8 de febrero de 2016, José Antonio
González Anaya relevó a Lozoya Austin al frente de Petróleos Mexicanos, justo
en el momento en que el caso OHL sumaba funcionarios públicos implicados en
actos de presunta corrupción que beneficiaban a la empresa española.