Javier
Montaño Ulloa | 03 octubre de 2017
Tribuna Libre.- Es un enorme reto político, académico y
profesional investigar e identificar, en Veracruz, las características
particulares y los desafíos de la salud mental.
Utilizando cifras de la Organización Mundial
de la Salud y del Gobierno Federal (INEGI e Instituto de Psiquiatría Juan Ramón
de la Fuente), estimamos que en el Estado de Veracruz más de dos millones 500
mil habitantes estarían en riesgo de enfrentar un problema mental o de
comportamiento en el curso de su vida. Esto significa que 1 de cada 7
veracruzanos, hombres o mujeres, ricos o pobres, en zonas urbanas y rurales,
padecerán anomalías permanentes o repetidas relacionadas con las depresión,
ansiedad, estrés, trastornos bipolares, obsesiones compulsivas, Alzheimer,
pánico, insomnio, alcoholismo, drogadicción
o trastornos afectivos, entre otros padecimientos mentales o
emocionales.
Estas cifras y otros datos oficiales, como la
Encuesta Nacional de Adicciones, nos permiten suponer que actualmente en el
Estado de Veracruz más de 2 millones de personas entre 12 y 64 años han
consumido alcohol, de las cuales alrededor del 10 por ciento (200 mil) ya
podrían cursar problemas por abuso de alcohol; casi 900 mil serían dependientes
del tabaco y un elevado número, de otras sustancias.
El 18 por ciento de los veracruzanos que
dependen del alcohol y las drogas enfrentarán diversos problemas psiquiátricos
en el curso de su vida.
De acuerdo con los datos oficiales, el
promedio de edad en el inicio de consumo de drogas en la Entidad se ha reducido
a los 14 años; el 15 por ciento de los niños de tercer año de las secundarias
ubicadas en la periferia de Xalapa y Veracruz, ya han consumido alguna droga.
Por otra parte, de acuerdo con las referidas
cifras, del 12 al 20 por ciento entre la población de 18 a 65 años padecerían
problemas de depresión; de ellos, el 7.8% cursará episodios depresivos mayores,
con mayor incidencia en las mujeres: 5 mujeres por cada 2 hombres.
El 1.5% de la población (cerca de 105 mil
personas) afrontará la distimia y el 1.3% (más o menos 91 mil veracruzanos)
enfrentaría episodios de manía.
Entre los diagnósticos más comunes en la
salud mental de la población urbana estarían los trastornos de ansiedad (8.3%);
agorafobia (3.8%) y fobia social (2.2%).
Es posible que en el Estado de Veracruz unas
49 mil personas sufran las consecuencias de la esquizofrenia; 35 mil registren
el Mal de Alzheimer y unas 14 mil 800 otro tipo de demencias; entre 70 mil y
140 mil tendrían problemas de epilepsia (que aunque no es un problema de salud
mental, tiene serias repercusiones en este ámbito); 21 mil, Mal de Parkinson; y
35% de los afectados por casos de desastre o la delincuencia organizada,
podrían experimentar severos trastornos psicológicos.
La población infantil que padece algún tipo
de psicopatología sería de más de 350 mil niños y niñas, de los cuales al menos
175 mil requieren una atención especializada e integral; además, alrededor de
105 mil niños y adolescentes hoy podrían enfrentar el trastorno por déficit de
atención. Esta cifra se duplicaría incluyendo a los adultos que siguen
padeciendo los efectos de este trastorno.
En este contexto, y siguiendo el Programa de
Acción Específico en Salud Mental 2013-2018, es urgente sumar los esfuerzos de
los sectores público, privado y social y los de la sociedad civil, para
impulsar una coordinación efectiva para la prevención y la integración de la
red existente en el Estado de Veracruz para la atención de la salud mental.
Solo con la participación social se podrá
impulsar un incremento de los servicios de sanidad mental, para satisfacer la
enorme demanda de estos satisfactores. Es preciso adecuar la legislación
estatal, las políticas públicas y la estrategia de salud mental, para brindar
una atención médica especializada de calidad y velar por el cabal respeto a los
derechos humanos de las personas con problemas de salud mental.
En especial, se requiere un aumento en la
inversión pública destinada a favorecer la salud mental, para garantizar un
oportuno abasto de medicamentos; un incremento significativo en la capacitación
de recursos humanos y la disposición de los recursos materiales suficientes.
En la redefinición de la estrategia de salud
mental en Veracruz, se debe contemplar la reorganización de los servicios
públicos en la materia, para coincidir con el Modelo Hidalgo que promueven las
autoridades federales. Es preciso ampliar la cobertura y extender los servicios
comunitarios a todos los municipios, con la perspectiva de reinsertar a estas
personas en sus comunidades.
La prioridad debe ser fomentar la
participación de todos los agentes sociales en la prevención, la promoción, el
tratamiento y la investigación de la salud mental, con una perspectiva para
alcanzar el acceso gratuito a los servicios de salud mental. El eje de esta
estrategia debe ser el establecimiento de un eficiente sistema de información
en salud mental, en el que participe la sociedad veracruzana en su conjunto.
En el quehacer público es preciso gestionar
acciones transversales en todos los niveles y en complemento con la prestación
de servicios médicos generales.
Los centros de salud son estratégicos para
brindar los servicios integrales de salud mental; en coordinación con los
centros integrales de salud mental, estos centros de salud son la base para dar
seguimiento y control médico de los pacientes de salud mental y sus familiares.
Ambas instancias deben intensificar las acciones de atención y prevención
ambulatoria.
En cada hospital general de la entidad se
requiere establecer una unidad de salud mental para el tratamiento de enfermos
mentales crónicos.
Es necesario ampliar la formación básica en
salud mental de los recursos humanos de salud pública, para ampliar la
convivencia y la cohesión de la sociedad con una perspectiva de salud mental
comunitaria que evite la estigmatización y el aislamiento de los pacientes
psiquiátricos. La formación profesional de psicoterapeutas de grupo es un
imperativo social.
Es apremiante contar con instituciones u
hospitales psiquiátricos en Veracruz, Coatzacoalcos, Córdoba, Poza Rica y
Papantla, en los que se disponga de pabellones de base hospitalaria y estancias
medias o de largo alcance, así como de servicios residenciales, áreas de
urgencias y de ingreso, que eviten el hacinamiento insalubre de estos
pacientes.
Al menos en los 10 municipios con mayor
población, se requiere la construcción de villas de transición hospitalaria,
con las especificaciones que promueve el gobierno federal, para brindar
atención integral, programas de rehabilitación psicosocial, talleres protegidos
y servicios psicoterapéuticos.
Con el respaldo de los gobiernos municipales,
los programas de reinserción social se deben complementar en cada cabecera
municipal con residencias para adultos mayores, departamentos independientes,
casas de medio camino, centros de día e instalaciones de inserción laboral,
para apoyar a los pacientes psiquiátricos y a sus familiares, en la utilización
de sus capacidades en el mejor contexto posible y para establecer redes de
apoyo afectivo y de soporte social.
Como se puede observar, los gobernantes, los
representantes populares, las autoridades sanitarias, así como los estudiantes
y los investigadores de la psicoterapia en Veracruz, tenemos un enorme desafío
y un amplio campo de acción para contribuir a la construcción de una sociedad
más saludable y más justa para todos. (montano01@hotmail.com)
Maestro
Javier Montaño Ulloa.
Av. Américas 255, Col. José Cardel.
Xalapa, Veracruz, México.
818 76
40
2281 33 28 84
Whats App 2281 25 43 85
Director de la Maestría en Psicoterapia de
Grupo de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz y Presidente del Consejo
Directivo del Centro de Investigación y Docencia Humanista.
Estudió el Curso de psicología social crítica
y alternativa con Armando Bauleo; cursó la Licenciatura en Economía en la
Universidad Nacional Autónoma de México y la Maestría en Psicoterapia Guestalt
para Adultos, en la ciudad de Xalapa.
Su tesis de Maestría versa sobre el Recorrido
Histórico de la Terapia de Grupo y recibió Mención de Calidad.
Ha asistido a cursos internacionales de
“Trabajo con Grupos” con Guy Pierre, Ann Duckles, Jean Marie Delacroix; Peter
Phillipson y Norman Shub.
Ha sido coterapeuta y profesor sobre Teoría
de Grupos y otras materias. Imparte, entre otras, las materias de Metodología
de la Investigación, Método de la Psicoterapia de Grupo y Grupo
Psicoterapéutico.
Realiza práctica privada de psicoterapia
individual y de grupo desde 1997. Asesora a personas y a grupos con respecto a
la problemática de las relaciones y conflictos de pareja.
Ha participado en cursos, seminarios y
congresos nacionales e internacionales sobre diferentes temas; colabora en
programas radiofónicos y de televisión para abordar la problemática emocional
de la familia y de la pareja; imparte pláticas y conferencias sobre distintos
temas de salud mental; colabora en periódicos y revistas de análisis y divulgación.