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El Partido Revolucionario Institucional (PRI)
ya tiene candidato para las elecciones presidenciales de 2018: es José Antonio
Meade Kuribreña. La oposición de inmediato le dio su recibida. “Más de lo
mismo”, coincidieron algunos. Otros criticaron el método: el dedazo. Es el
personaje del día para políticos opositores, escritores y periodistas.
Tribuna Libre.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI)
revivió después de más de dos décadas el ritual para su candidato a la
Presidencia de la República: el tapado, el dedazo y la cargada.
José
Antonio Meade Kuribreña fue ungido por los sectores campesino, popular y obrero
priistas.
Y hoy también presentó ante la Comisión
Política Permanente del PRI su registro para ser precandidato a la Presidencia
de la República, el primer externo desde 1929.
Al órgano de dirección partidista llegó con
el apoyo formal de los sectores base histórica.
Las viejas formas fueron evidentes para el
ritual del más fuerte y, hasta el momento, único precandidato del llamado
“nuevo PRI”.
Y aunque la liturgia nos remontó al pasado,
Meade rompió con 79 años de tradición, pues es un candidato sin afiliación
formal priista.
El Presidente Enrique Peña Nieto cumplió su
papel hasta el último minuto, ante los anuncios anticipados del elegido para
abanderar al PRI, salió al paso a decir que su probable nuevo sucesor no sería
designado por aclamación.
Pero esta mañana, con el preámbulo de que el
otro fuerte suspirante -Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación-
se bajó de la contienda, el titular del Ejecutivo dio luz verde a la cargada.
Inmediato, los líderes de los senadores,
diputados y también aspirantes a la candidatura a Los Pinos desataron el
“besamanos” virtual y manifestaron su apoyo al “proyecto” de su amigo José
Antonio Meade.
El también funcionario panista en cuestión de
minutos formalizó ante los empleados de Hacienda que se registraría para pelear
por la candidatura que busca mantener al PRI otros seis años al frente del
Gobierno federal.
Y así inició la visita de los tres sectores.
El campesino, el obrero y el popular, tres de los más vulnerables en el país.
Carlos Aceves del Olmo, secretario general de
la Confederación de Trabajadores de México, fue directo: “Ya estaba destapado
por nosotros porque siempre aspiramos a que fuera nuestro candidato”.
Y literalmente lo arropó, le entregó una
corbata y lo llamó “el Presidente de la esperanza”.
El funcionario transexenal Meade tendrá sobre
sí el peso de ser esa “esperanza” en medio del descontento histórico de una
gestión federal. Solo el 28 por ciento de los mexicanos aprueban el Gobierno de
Peña Nieto – según el think thank Centro Pew- y están en el tercer lugar de los
sondeos.
“Meade, amigo, CTM está contigo”, corearon
los presentes. La porra se repitió en las tres sedes de la base priista y en
Insurgentes 59, solo cambió el sector que arengaba el espaldarazo.
A los representantes de la Central Nacional
Campesina (CNC) les pidió “sembrar juntos la semilla del progreso”.
El líder de la CNC, Ismael Hernández Deras,
una tambora y un marichi sirvieron para sellar el apoyo de los cenecistas de
Edomex, Puebla y Morelos ahí reunidos.
Solo pasaron cerca de tres horas para que el
ex titular de Desarrollo Social llegara a las oficinas de la Confederación
Nacional de Organizaciones Populares.
Y ante ellos se presentó como el candidato de
la unidad y de la continuidad del actual proyecto priista.
“Vamos juntos a darle esperanza y renovación,
vamos a cuidar lo mucho que hemos hecho bien para darles un mejor futuro a
nuestros hijos”, sostuvo.
Dos horas más tarde, acudió a la sede
nacional priísta y ahí tampoco faltó el respaldo de las mujeres, jóvenes y el
ejército tricolor: el del Movimiento Territorial, la Red Jóvenes por México, el
Organismo Nacional de Mujeres del PRI y la Unión Revolucionaria.
“¡Después de Peña, sigue Kuribreña!”,
gritaron los jóvenes de la Unión Revolucionaria en el salón Heriberto Jara de
la sede nacional del partido fundado por Plutarco Elías Calles.
Y para que así sea, el PRI deberá remontar la
distancia que le lleva Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y, en caso de
que resista, a un Frente Ciudadano por México que va ganando espacio.
“Todos me dieron su apoyo y no los voy a
defraduar”, dijo al entregar los documentos de apoyo de los sectores y de
organizaciones partidistas, entre otros requisitos.