*Armando
Neyra Chávez es el más longevo entre los “chapulines”; le siguen Carlos Romero
Deschamps, Joel Ayala Almeida y María Hilaria Domínguez Arvizu, quienes
acumulan 21 años cada uno saltando de curul en curul.
Tere López Zamudio
Tribuna Libre.- A unos meses de la reforma que el Partido
Revolucionario Institucional (PRI) aplicó en sus estatutos para prohibir que
sus legisladores plurinominales brinquen de un escaño a otro en periodos
consecutivos, la medida ya ha tenido efectos notorios en el Senado de la
República pues de los 28 legisladores que han levantado la mano para solicitar
licencia sólo 6 son priístas y ninguno de ellos plurinominales.
A mediados de año, durante la 22 Asamblea
Nacional del PRI, uno de los cambios más notorios que implementó el partido
tricolor fue la llamada reforma “antichapulines”, es decir el impedimento para
que los legisladores electos por representación proporcional puedan ocupar un
cargo plurinominal de forma consecutiva.
Cuando el grupo Alianza Generacional,
encabezado por José Encarnación Alfaro e Ivonne Ortega, comenzaron a hablar de
la democratización del PRI y sobre tratar de frenar las decisiones e imposiciones
de unos cuántos, no fueron pocos los que leyeron en la petición un mensaje
directo en contra de figuras emblemáticas y fuertemente arraigadas en el
partido revolucionario.
Las reacciones no se hicieron esperar y
algunos priístas como Arturo Zamora, dirigente de la Confederación Nacional de
Organizaciones Populares (CNOP), llamó a la militancia a no prestar oídos a
"políticos de café", cuyo único objetivo es "destruir el
partido".
Sin embargo, la petición logró respaldo y la
modificación del artículo 212 de los estatutos priístas, fue avalada con voto
mayoritario para acabar con los legisladores “chapulines” plurinominales.
No obstante, la decisión llegó hasta el
Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), donde el 8 de
septiembre dieron el visto bueno al candado “antichapulín” aprobado por los
priístas, aun cuando la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE
lo había rechazado por considerar restrictiva la medida y ajena a los
ordenamientos básicos del partido.
Y es que las leyes electorales mexicanas no
obligan a los funcionarios públicos a permanecer en su cargo hasta el término
de la gestión para la que fueron electos y basta con la petición de
"licencia temporal" para que pueden dejar su cargo y contender por uno
nuevo, con la posibilidad de regresar en caso de no obtener la nueva posición.
Es decir, las leyes electorales toleran la
existencia de funcionarios “chapulines” y es común, que alcaldes, gobernadores,
senadores o diputados dejen sus cargos para buscar una mejor posición política.
Pero en el caso de la reforma priísta, su
cambio de estatutos sólo frena a los "chapulines plurinominales", es
decir aquellos que nunca han competido por el voto popular, sino que son
designados desde la cúpula partidista para ocupar posiciones de poder.
No obstante, a decir del senador Emilio
Gamboa la reforma a los estatutos del partido tricolor “no lleva dedicatoria” y
obedece más a un proceso de actualización y a la necesidad de acercarse a la
sociedad. Y a decir de los promotores de la iniciativa como Rodrigo González
Illescas, ésta surge de la necesidad de abrir espacios a más cuadros y a
someterse a la votación popular.
Y es que algunos de los políticos priístas
que actualmente ostentan el cargo por representación proporcional, lo vienen
arrastrando desde la década de los setentas y aunque popularmente identificamos
a estos plurinominales eternos con figuras como Manlio Fabio Beltrones o Emilio
Gamboa Patrón, resulta que no son los legisladores que más tiempo han gozado de
estos cargos asignados por lista de partido y sin necesidad de competir ante
las urnas.
Así, de los 12 senadores plurinominales que
hoy tiene el PRI en el Senado, son los representantes sindicales quienes más
años acumulan fungiendo alternativamente como diputados locales, diputados
federales o senadores.
Con 24 años como legislador, sobresale la
trayectoria del Senador Armando Neyra Chávez, eslabón de la Confederación de
Trabajadores de México (CTM) y consejero del sector obrero ante el Consejo
Político Estatal del PRI, quien sólo con estudios de primaria, es legislador
desde 1979, siendo en 5 ocasiones diputado federal, una diputado local y
senador en las legislaturas LXII y LXIII, sin embargo, su trayectoria en las
cámaras no ha sido notable y su labor más bien baja presentando pocas
iniciativas y casi ninguna participación en tribuna.
A la trayectoria “chapulina” de Neyra Chávez,
le siguen las de los senadores Carlos Romero Deschamps, Joel Ayala Almeida y
María Hilaria Domínguez Arvizu, quienes acumulan 63 años de experiencia
legislativa, con 21 años, individuales, ocupando una curul.
En el caso de Carlos Romero Deschamps, eterno
representante del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
(STPRM), cuya gestión termina en 2018, llegó al mundo legislativo también en la
década de los setentas y desde entonces ha sido senador en 4 legislaturas y
diputado federal en tres, acompañado de escándalos por su vida de opulencia, el
más reciente cuyo protagonista es su hijo, José Carlos Romero Durán, a quien se
observó manejando un Ferrari dorado en Mónaco.
Pero también el dirigente de la Federación de
Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala Almeida,
lleva 21 años con gozosa trayectoria “chapulina”, siendo plurinominal en 3
ocasiones como diputado federal y en 4 legislaturas como senador, aunque toda
esta experiencia no lo ha hecho aumentar su productividad en el Senado, pues en
esta etapa en la Cámara Alta sólo ha presentado 24 iniciativas.
En contraste, la senadora María Hilaria
Domínguez Arvizu, quien también lleva 21 años como legisladora, desde 1976
siendo plurinominal como diputada en 3 ocasiones, diputada local una vez,
senadora suplente en la LX legislatura y hoy senadora titular para las
legislaturas LXII y LXIII, fue recientemente reconocida por la asociación civil
Borde Político, con una calificación de 100 puntos por su trabajo legislativo,
número de iniciativas propuestas, puntos de acuerdo, importancia de sus cargos
dentro de las cámaras, participación en redes sociales y su declaración 3 de 3.
Con 18 años como legisladoras plurinominales,
saltan los nombres de María Cristina Díaz Salazar, Diva Gastélum Bajo e Hilda
Flores Escaleras, quienes anteceden en la lista al coordinador parlamentario
priista, Emilio Gambo Patrón, quien acumula 15 años como legislador, con cuatro
legislaturas como senador y una como diputado federal.
Y a ellos se suman Gerardo Sánchez García,
representante de la Confederación Nacional Campesina (CNC); Sofío Ramírez
Hernández y Graciela Ortiz González, quienes tienen un score de 12 años de
actividad legislativa con 2 ocasiones como diputados y 2 legislaturas como
senadores, respectivamente; mientras el ingeniero Ricardo Urzúa Rivera acumula
9 años como legislador siendo 2 veces diputado y legislador sólo durante la
LXIII legislatura.
Y de estos 12 Senadores plurinominales que
representan al PRI en el Senado ninguno ha levantado la mano para solicitar
licencia para competir por algún cargo de representación popular, para buscar
una diputación, una alcaldía o alguna gubernatura, y todo parece indicar que se
cerrará el período de sesiones con todos los plurinominales priístas ocupando
sus cargos.
Sin embargo, 6 de sus compañeros en algún
momento han dicho que si van a competir y pedirán licencia como es el caso de
la senadora Lucero Saldaña, quien iría por la alcaldía de Puebla; mientras
Jesús Casillas se ha mostrado interesado en contender por la alcaldía de
Zapopan.
En tanto que los senadores Miguel Ángel Chico
Herrera y Gerardo Sánchez, prospectan competir por el gobierno de Guanajuato,
en el que también está interesado el senador panista Fernando Torres Graciano.
Para competir por la gubernatura en Veracruz,
se espera que pida licencia José Francisco Yunes; en tanto que por Chiapas iría
el Senador Roberto Albores Gleason, quien probablemente se enfrente a sus
compañeros de curul, Zoé Robledo del Partido del Trabajo y Luis Armando Melgar
del Partido Verde Ecologista de México.
Y de los 28 posibles senadores que pedirán
licencia antes de que culmine esta legislatura, se cuentan también los panistas
Juan Carlos Romero Hicks y Ernesto Ruffo Appel, quienes aspiran a competir por
la Presidencia de la República, al igual que el senador independiente y con
licencia Armando Ríos Peter, así como posiblemente el senador del Partido
Verde, Carlos Alberto Puente.
Así también suenan los nombres de Mariana
Gómez del Campo y Roberto Gil del PAN para contender por el gobierno de la
Ciudad de México y donde se enfrentarían a la senadora Alejandra Barrales del
PRD o probablemente a Mario Delgado de Morena, quienes también tendrían que
pedir licencia para participar en la contienda.
Entre las sacudidas del 2018, también se
espera que el senador de Morena, Miguel Barbosa pida licencia, al igual que
Javier Lozano Alarcón, del PAN, para enfrentarse por gobierno de Puebla;
mientras para el estado de Morelos se contempla el posible enfrentamiento en
urnas del Senador Fidel Demédicis contra el senador Rabindranath Salazar del
PRD.
Para la gubernatura de Tabasco, ya ha
levantado la mano el senador perredista Fernando Mayans Canabal, en tanto que
las diputaciones federales en Yucatán parecen haber convencido a los senadores
panistas Rosa Adriana Díaz Lizama y Daniel Ávila Ruíz; también por la alcaldía
de Playa del Carmen, se suma la senadora Luz María Beristaín y la senadora de
Morena, Layda Sansores para competir por la jefatura delegacional en Álvaro
Obregón.
Finalmente, a esta larga lista de permisos se
debe sumar la petición de Pablo Escudero, el senador del Partido Verde que
pidió licencia para trabajar en un proyecto relacionado con el Sistema Nacional
Anticorrupción.