*
La Confederación Nacional Campesina adherida
al PRI ya respaldó al precandidato José Antonio Meade Kuribreña para que juntos
siembren “la semilla del progreso”. Organizaciones de campesinos y jornaleros
como el Movimiento “El Campo es de Todos”, no obstante, sufrirán el recorte a
la Sagarpa de 8.8 por ciento propuesto para 2018 por el entonces Secretario de
Hacienda, a quien ven como “un hombre del sistema”. Durante su gestión en
Banrural (luego Financiera Rural) y en la Sedesol tampoco recibieron apoyo,
dijeron pequeños productores que se reunieron con él en sus años de gestión.
*Miguel
Ángel Rodríguez Castro, de la Central Cardenista de Jalisco, señaló que se
trata de un tecnócrata que desconoce la situación del campo, “no vemos ninguna
posibilidad de que reactive una política específica para el campo a través de
su visión de impulsar a los grandes productores”.
Ciudad de México. | 06 diciembre de 2017
Tribuna Libre.- El día de su destape, el precandidato priista
José Antonio Meade Kuribreña fue arropado por la Confederación Nacional
Campesina (CNC) adherida al Partido Revolucionario Institucional (PRI), a quien
pidió juntos “sembrar la semilla del progreso”. Entre tamboras y mariachi,
añadió que “es el momento de que se llenen de trigo los graneros”.
Sin embargo, líderes campesinos y jornaleros
que se reunieron este martes para presentar un Plan Alternativo de Nación
aseguraron que durante su gestión en Banrural, en la Secretaría de Desarrollo
Social y en la de Hacienda no los apoyó y recortó el presupuesto al campo para 2018
por lo que “le deben la miseria”. No hay ninguna razón para que “un tecnócrata”
proneoliberalismo que, dicen, continuará apoyando solo a los grandes
productores, cuente con su respaldo.
Para el Presupuesto 2018, como Secretario de
Hacienda y Crédito Público, mandó en septiembre al Congreso de la Unión la
propuesta de recortar 6 mil 272 millones de pesos al presupuesto de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(Sagarpa), lo que representa un 8.8 por ciento menos respecto al 2017 al
egresar 64 mil 325 millones de pesos, un nivel similar a 2008.
Meade Kuribreña, economista egresado del ITAM
y la Universidad de Yale, fue nombrado en mayo de 2002 Director General de
Banrural para encabezar la transición hacia el nuevo organismo que lo
sustituiría: Financiera Rural.
Max Agustín Correa Hernández, miembro de El
Campo es de Todos, lo conoció en ese tiempo cuando él participaba en el
Congreso Agrario Permanente. El representante de los campesinos acusó que de
Meade “nunca vimos que se construyera una verdadera política de apoyo al
campo”. Banrural, documentó, acreditaba 10 millones de hectáreas y la
Financiera Rural no ha llegado ni a 600 mil hectáreas.
Durante el sexenio panista de Felipe Calderón
Hinojosa (2006-2012), el precandidato priista fue Secretario de Hacienda y
Crédito Público (septiembre 2011-noviembre 2012). Durante ese año de gestión
solo propuso al Congreso el Presupuesto de Ingresos para 2013. A la Sagarpa se
le aprobaron 75 mil 400 millones de pesos, casi tres por ciento más que los 71
mil 378 millones de 2012. Procampo recibió 2 mil millones de pesos en 2013
frente a los mil 851 millones de pesos en 2012 y el Programa de Desarrollo de
Capacidades, Innovación Tecnológica y Extensionismo 103 milllones de pesos en
ambos años. Para 2018 no repitió la misma fórmula.
“La producción del maíz, frijol, trigo, arroz
–productos básicos en los que el campo mexicano era competitivo hace 40 años–
se ha desincentivado por programas como Procampo y hoy su importación está muy por
arriba. Estos programas generaron que el sector campesino se conformara con un
pequeño incentivo produjera o no”, determinó Daniel Zúñiga Maldonado, de la
Coordinadora Nacional Plan de Ayala.
Desde su experiencia en el campo, Daniel
consideró que el precandidato a la presidencia del PRI no ha generado ni ha
promovido acciones en beneficio del campo mexicano en los diferentes espacios y
programas que ha gestionado.
“En obediencia al Banco Interamericano de
Desarrollo, al Fondo Monetario Internacional y a la Organización Mundial del
Comercio, y como parte de la aplicación de la política neoliberal en México, no
ha estado en beneficio del campo mexicano, por lo tanto no es una opción para
reactivar la economía del país”, acusó.
Ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto, antes
de regresar a Hacienda, Meade estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo
Social (agosto de 2015-septiembre de 2016).
Lorenzo Rodríguez, del Sindicato
Independiente de Jornaleros de San Quintín (Baja California), contó a este
portal digital que luego de su levantamiento contra las precarias condiciones
laborales el cambio ha sido mínimo. Desde 2002 ganaban entre 90 y 120 pesos
diarios y actualmente obtienen entre 150 y 200 pesos por jornadas de ocho o
diez horas, aún sin seguridad social.
“Lo más importante del movimiento fue
demostrar al gobierno y a los sindicatos charros que los jornaleros ya no
estamos dispuestos a seguir soportando estas explotaciones que se viven día a
día en todos los campos de México”, afirmó. “El 80 por ciento de los jornaleros
están en un trabajo informal al no estar afiliados al seguro social o tienen
representación de un sindicato patronal”.
Contó que tuvieron algunas reuniones con
Meade cuando era el titular de la Sedesol. Aunque hizo algunas promesas sobre programas
sociales para trabajadores del campo, solo se lograron mil 500 becas. “No vimos
una disposición”, dijo.
–¿Lo apoyarían como candidato?
–Por supuesto que no lo apoyaríamos –contestó
riendo–No queremos seguir viviendo en este mismo régimen.
José Jacobo Femat, de la Central de
Organizaciones Campesinas y Populares (COCyP), aseguró que José Antonio Meade
“es un hombre del sistema formado dentro de la cópula priista y panista que ha
gobernado el país en los últimos 30 años”. Al haberse formado dentro de la
élite tecnocrática, representa al gran capital trasnacional y comparte la
visión del modelo neoliberal como “la salvación del país”.
Miguel Ángel Rodríguez Castro, de la Central
Cardenista de Jalisco, coincidió en que conocen el desarrollo político de Meade
y es “un tecnócrata que desconoce la situación del campo”.
“Como candidato del PRI no tiene una
propuesta clara para el campo. Lo que ellos quieren es desaparecer todos los
subsidios que hay como el Proagro. No vemos ninguna posibilidad de que reactive
una política específica para el campo a través de su visión de impulsar a los
grandes productores”, aseguró.
EL
GASOLINAZO Y EL RECORTE AL CAMPO
Luego de la salida del ahora Canciller Luis
Videgaray Caso, su amigo José Antonio Meade regresó a la Secretaría de Hacienda
(septiembre 2016-noviembre de 2017). Los campesinos consultados acusaron que
“les recetó” el incrementos a los combustibles, lo cual también afectó la
productividad agropecuaria, y les recortó el presupuesto para el siguiente año.
Al arranque del 2017, los precios promedio a
nivel nacional de la Magna, Premium y diésel aumentaron entre 14 y 20 por
ciento, que –junto con el alza del dólar– terminó elevando la inflación. Entre
los valores que componen el precio final de la gasolina, además del precio de
referencia y logística, está el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios
(IEPS). Los ingresos tributarios gestionados por Hacienda han compensado la
caída de los ingresos petroleros a raíz de la caída de producción y precios
internacionales desde mediados de 2014 a 2016. Para 2018 el IEPS petrolero
implica el 5.6 por ciento de los ingresos públicos totales.
Max Agustín Correa aseguró que de regreso
como Secretario de Hacienda “nos recetó el gasolinazo”, una propuesta de
presupuesto a la baja y la eliminación de programas sociales y productivos que
apuntalaban al minifundio (agricultura familiar).
Para el Presupuesto de 2017, todavía Luis
Videgaray Caso fue quien propuso un presupuesto de 62 mil 158 millones de pesos
al campo, un recorte de 26 por ciento respecto a 2016. El Congreso aprobó un
recorte de 16 por ciento.
Su sucesor mandó la propuesta para el
Presupuesto 2018: recortó 6 mil 272 millones de pesos a la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), un
8.8 por ciento menos respecto al 2017.
Los dos principales programas de la Sagarpa
que registran ajustes a la baja son el de Fomento a la Inversión y
Productividad, con 5 mil 911 millones de pesos, una disminución de 14.25 por
ciento, y el de Apoyos a la Comercialización, con mil 173 millones de pesos, un
12.45 por ciento menos.
En octubre, el presidente de la Comisión de
Desarrollo Rural, José Erandi Bermúdez Méndez (PAN), acusó que el Presupuesto
de Egresos 2018 enviado por José Antonio Meade propuso recortes por casi 12 mil
millones de pesos a todo el sector del campo, a pesar de que 27 millones de
mexicanos dependen y viven del campo, y que el agro genera 8.5 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB).
RECUPERAR
EL CAMPO Y SACARLO DEL TLCAN
Durante un encuentro de dirigentes
sindicales, campesinos y de la sociedad civil celebrado en la Biblioteca de
México se propuso, como parte de un Plan Alternativo de Nación, resolver la
crisis del campo acentuada por el TLCAN, ya que su abandono se ha traducido en
una dependencia alimentaria que se nota en el predominio de las grandes
compañías trasnacionales y la expulsión de mano de obra hacia Estados Unidos.
Respecto a la renegociación del Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), reiteraron que se retire el
capítulo agropecuario.
Daniel Zúñiga Maldonado dijo que el campo es
clave porque si no se reactiva la producción del campo mexicano, “estaremos muy
lejos de hablar de una potencia económica”.
Desde la firma del TLCAN hace 23 años,
exigieron que el apartado agropecuario fuera retirado porque vulneraría la
soberanía alimentaria del país al desplazar la producción nacional y generaría
migración del campo si no se aplicaba una política adecuada para la
reactivación y producción. Eso pasó, lamentó Zúñiga.
José Jacobo Femat dijo que para garantizar la
autosuficiencia alimentaria el campo mexicano requiere una nueva política
económica, social, ambiental y cultural alterna al neoliberalismo.
“Tenemos 35 años de aplicación de una
política neoliberal que ha fomentado el cambio de la propiedad de social a
privada y eso implica a la tierra como una mercancía que ha sido agotada”,
expuso.
Este modelo ha provocado que 6 millones de
jóvenes han migrado del campo hacia las ciudades o Estados Unidos porque no hay
empleo o un salario justo por los productos generados ni estímulos que
garanticen créditos, inversión e infraestructura, documentó.
El TLCAN ha sido un instrumento de
fortalecimiento del mercado norteamericano, consideró Femat, porque si bien hay
productos nacionales que se exportan, como el aguacate, tomate o cacahuate, en
productos como la cerveza y el tequila no favorece la exportación a los
campesinos sino a las empresas trasnacionales.
Correa Hernández destacó que el tema de los
alimentos debe verse como un tema de seguridad nacional y de derechos humanos.
“Debe apuntalarse la productividad y
competitividad de la agricultura familiar (campesina e indígena en el centro y
sureste del país) para garantizar la soberanía alimentaria con comida sana y
con precio justo”, expuso.
Miguel Ángel Rodríguez Castro y Max Agustín
Correa Hernández destacaron que en Estados Unidos los productores agropecuarios
reciben altos subsidios y aquí, con el TLCAN, se les retiró el banco de crédito
ejidal y el apoyo en fertilizantes. Por ello los pequeños productores no tienen
capacidad de exportar.
(SinEmabargo)