* Les
quita a la diputada por Mina * Rocío
Nahle pierde el control * Su comadre la
bateó * AMLO: amnistía al crimen
organizado * Sus enemigos dirán que el
narco lo financia * Meade va por el
fraude * Caballero inaugura calle sin
drenaje * CAEV: los yunistas, peores que
Chagra * ¿Cuánto se desvió para la
campaña de Fernando?
Mussio Cárdenas
Arellano | 05 diciembre de 2017
Tribuna Libre.- Entre fiestas y lisonjas, July Sheridan se
fue dejando querer. Sentía el cortejo del yunismo, la vibra azul, el llamado a
dejar Morena y vivir la jauja del poder. Y un día finalmente se fue.
Arrendada, prestada, comprada, la diputada
local por el distrito de Minatitlán dejó el proyecto alternativo de nación, el
mesianismo pejista, el alarde del que secundando
a Andrés Manuel López Obrador acusa a sus adversarios de ser la mafia del poder
y pasó de tajo y sin rubor a las filas del gobernador Miguel Ángel Yunes
Linares.
Renunció a la fracción parlamentaria de
Morena, el viernes 1. Se fue con un discurso mal leído, frágil, estéril, sin
fuerza, deslizando que lo suyo obedece a la dignidad, al reclamo ante la
cerrazón, al hartazgo que provoca que el pejepartido sólo se escuche, se
atienda, se acate la voz de su dueño, el Peje López Obrador.
Algo tarde, un año después, le cayó el
veinte.
Antes fue contestataria y ruda, tajante con
el panismo y peor con los Yunes, increpando desde el Congreso el día en que el
gobernador de Veracruz arrancó su mandato, en sus manos la manta con que los
diputados del pejepartido exigían seguridad.
July Sheridan es políticamente mediocre. No
hila una frase coherente. No proyecta nada.
Sus días de candidata fueron de antología.
Sus spots se veían editados, con múltiples cortes, advirtiendo la dificultad
para desarrollar un discurso coherente, tres palabras en fila.
Sus arengas eran, eso sí, al estilo de
Morena, duro contra la mafia en el poder, el PAN-PRD que son igual de corruptos
que el PRI y los periodistas.
Antes de la elección alardeaba:
“No los defraudaré. Tengo convicción,
educación, vocación de servicio. Las denostaciones y la guerra sucia no
mancharán ni mi carrera ni mucho menos mi persona. Me da pena y lástima la
gente que se vende y que a costa de lo que sea hacen declaraciones estúpidas.
Jamás he amenazado a alguien y jamás lo haré. Las personas desquiciadas solitas
se ponen la soga al cuello y acaban matándose. Es lo malo de no pensar antes de
abrir el HOCICO”.
Y al final los defraudó.
Sin arraigo ni labor social, sin feeling en
la izquierda, Miriam Judith González Sheridan, su nombre real, fue una candidata
impuesta por Rocío Nahle García, su comadre política, la coordinadora de Morena
en la Cámara de Diputados cuyo control en el sur se va fracturando.
July Sheridan ganó la diputación por el voto
de castigo, el repudio a Javier Duarte, el resentimiento social por el saqueo y
la ola de violencia, y por el posicionamiento del Andrés Manuel López Obrador
entre el electorado del sur de Veracruz. La arrastró el efecto Peje.
Su paso por el Congreso es demencial. Un día
se convirtió en la diputada dormilona, pillada mientras pestañeaba en su curul.
Captada por la lente de los reporteros gráficos, viralizada en las redes
sociales, July ya no fue una más del montón.
Hoy dice que no, que es una diputada
productiva, que ahí están sus cifras, sus iniciativas, sus proposiciones con
punto de acuerdo, su trabajo legislativo. Y que a cambio, cuando deseaba
proponer algo más, veía la cerrazón.
Denuncia lo que ya antes Eva Cadena Sandoval
reveló: la aportación de los diputados de Morena al proyecto de universidades
públicas de López Obrador es una farsa.
Se duele que haya sido su asistencia al
evento en que el gobernador arrancó los trabajos de la reconstrucción de la
autopista Coatzacoalcos-Minatitlán, los elogios de Yunes, destacando su
insistencia y necedad para reparar esa vía, lo que detonó su rompimiento con
Morena.
Sí y no. Fue eso y la difusión de una
fotografía en que se le ve con Yunes Linares en un avión, presuntamente
oficial, una selfie letal. Sonríe july y sonríe Yunes. Y quien activa la cámara
es July Sheridan.
Era el preludio de su salida de la fracción
parlamentaria de Morena, que así pasa de 13 a 11 diputados, tras la salida de
Sebastián Reyes Arellano y ahora de la legisladora por Minatitlán. Eva Cadena
fue separada y su lugar lo ocupa su suplente, Águeda Salgado.
De su renuncia a la fracción parlamentaria de
Morena, su posible inclusión en el PAN, hay frases para los bronces:
“En Morena hay una gran incongruencia, pues
en público tiene un discurso y en privado actúan distinto.
“Al interior del partido no puede pensar
diferente al líder nacional Andrés Manuel López Obrador, pues eso es motivo de
expulsión. Persiste la amenaza”.
Acusó que se le impuso una mordaza y se le
impidió tocar puertas para pedir apoyo para el distrito de Minatitlán ante los
gobiernos estatal y federal.
“Me voy de Morena —apunta— porque sólo
cuentan una historia en blanco y negro. Yo creo que Veracruz merece lo mejor
sin importar los partidos políticos, los colores, y una sola ideología”.
En Morena —resumió— mientras se exige
transparencia, se actúa con opacidad de los recursos que usa la fracción y no
tiene una agenda social que dé respuesta a la problemática social de los
veracruzanos. Tiene una agenda política”.
“El partido está alejado de los verdaderos
intereses de los veracruzanos. Estamos alejados de los verdaderos intereses de
los veracruzanos que deben ser el fomento a la educación, desarrollo social,
salud y seguridad pública, entre otros. Hoy Morena se presta a decisiones
unilaterales que le impiden desarrollar sus actividades legislativas y de
gestión de la mejor manera”.
Y una más:
“López Obrador mantiene el control sobre la
agenda social al contener el análisis y viabilidad de temas de beneficio
colectivo. Las acciones de un legislador deben ser para responder a la
confianza de la gente que le otorgó su voto y no para impulsar la agenda de
trabajo del líder nacional”.
Su perorata es frágil. En tiempos de campaña
acusaba a sus críticos con lenguaje soez. Y sus fans igual. Rasposos, sin
clase, usaban la descalificación y el reproche. Eran vendidos los que solían
desempolvar las tretas de July Sheridan.
Días después de ganar la elección, 16 junio
de 2016, escribió en su Facebook:
“Lamento mucho que todavía existan
seudo-periodistas que se presten $$$ a atacarme con insultos y denotaciones sin
fundamento”.
Agregó:
“Más de 26 mil personas que votaron por mí y
por mi partido, más todos los votos que nos han robado le callan la boca a toda
esa bola de corruptos vendidos, aclaro: Jamás he pagado prensa y ni pagaré para
que hablen bonito de mí”.
Eran los días en que los votos le llegaban
desde un sector de la sociedad y también desde las filas del sindicato
petrolero. Con el sello de Saúl Wade, entonces tesorero municipal, alcalde real
de Minatitlán, se operó el voto priista a favor de Morena, golpeando al
candidato del PRI, Ricardo Orozco Alor, cacique del Instituto Tecnológico
Superior de Coatzacoalcos, por ser una amenaza potencial al proyecto político
del Clan Wade.
Tiene ya Yunes un voto moreno en Minatitlán.
Sólo uno. Sólo el voto de July Sheridan.
No la siguen los morenistas que están casados
con el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, menos los que vieron con recelo
a una legisladora ajena a su electorado. Peor: una diputada potencialmente
traidora.
Inventada políticamente, llevada de la mano
por Rocío Nahle, hoy es un lastre. Sin pensarlo mucho, bateó a su mentora.
Sonriente, complacida, no ocultaba su agrado
de ser compañera de viaje del gobernador Yunes, el enemigo más frontal de
Andrés Manuel López Obrador, el que lo acusa de desquiciado y le cierra el paso
cada que el amo de Morena llega a Veracruz.
Con July Sheridan cerca de Yunes, la guerra
apenas comienza.
Archivo muerto
Desde el Olimpo, el Dios Peje anuncia
amnistía para los capos y sus sicarios. O sea, IM-PU-NI-DAD. Cimbra Andrés
Manuel López Obrador a México al plantear su solución a la violencia y al baño
de sangre. Para el crimen organizado, suelta AMLO, amnistía. “Lo estoy
analizando para garantizar la paz”, resume el dueño de su partido Morena. Su
galimatías lo exhibe con un buen de ignorancia. Dice que es perdón sin olvidar.
Es decir, amnistía sin olvido. No sabe lo que dice. Amnistía viene del griego
amnestia y amnestia es olvido. Y la jerga política es olvido mutuo. Así, cuenta
el Peje, se restablecerá la paz. Nada más torpe. En la Colombia de los 90 se
cayó en esa trampa y el costo fue peor. Atribulados por la violencia, el
terrorismo, la muerte de miles de inocentes, secuestros de figuras de la
política, el empresariado, el espectáculo, la clase política colombiana
concedió anular la extradición de los capos, y el presidente César Gaviria
pactó el encarcelamiento del mayor narco colombiano, Pablo Escobar. Aquello fue
una simulación. Desde la cárcel llamada La Catedral, que él mismo se mandó
construir, Escobar siguió traficando y matando. Luego se fugó, fue cazado y
ejecutado por el ejército. Las amnistías dejan heridas, abren otras,
profundizan unas más. Reirán los capos y sus matones; llorarán las madres y los
hermanos de los desaparecidos y los torturados. Andarán libres los criminales y
se burlarán de la ley; crecerá el rencor, la ira, la frustración de quien
padeció secuestro y extorsión. Así tengan las manos manchadas de sangre, la Ley
AMLO los dejará ir. Otra cosa no sabe López Obrador. Según la la jurisprudencia
internacional, no puede decretarse amnistía para olvidar violaciones a los
derechos humanos. Y la violencia de la delincuencia organizada en México los
viola a diario. Qué desastrosa declaración del Peje. Sus enemigos dirán que su
campaña de cinco años ha sido sufragada con dinero del narco… Meade y el PRI no
van por los votos. Van por el fraude electoral y el asalto, una vez más, al
poder. Un dedazo, el de Peña Nieto, infla a José Antonio Meade Kuribreña,
queriendo insertarlo en una contienda que de antemano está perdida. Meade y el
PRI carecen de oferta política, de argumento que matice el repudio social, de
la ira de los que sufren la represión y el olvido. Meade no es militante del
PRI pero como si lo fuera; es militante del sistema que enarbola la
desigualdad, que despoja al que tiene poco y enriquece al que todo se le da. A
partir de ahí, su candidatura a la Presidencia de México es un fiasco. Meade
trae a la memoria los 60 millones de pobres, los salarios de hambre, el
gasolinazo, el México del agravio al que por un programa social debe entregar
su voto al que lo oprime y lo jode. Presume Meade que es culpable de tener
finanzas sanas en México. ¿De qué país habla?, le responden sus críticos. No lo
eligen los priístas. Lo impone el presidente Enrique Peña Nieto. O lo manda al
matadero. Lo acuerpan los ex presidentes del PRI como si la bendición de los
manchados sirviera para exorcizar sus demonios. Roberto Madrazo, Don Beltrone,
Beatriz Paredes, Ignacio Pichardo, Roque Villanueva y muchos otros representan
lo peor que emanado del poder, acusados de todo, de la treta y engaño, del robo
a las arcas públicas, de violentar la voluntad del pueblo en las urnas.
Concluye su farsa la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, que se la pasó
simulando que sin democracia haría crujir a la clase en el poder. Reunió un
millón de firmas de apoyo a la democracia interna y luego se plegó al dedazo.
Sólo EPN, Meade, Videgaray, Salinas y el resto de la banda se imaginan bien
vistos por el pueblo. Frente al Peje López Obrador, Meade es nada. Ante quien
surja del Frente Ciudadano por México, Meade será barrido en la elección del 1
de julio de 2018… Algo pasó y la magna obra en Playa de Oro simplemente valió.
Unas horas de júbilo, de cohetes y fanfarrias, y los vecinos de la calle
Mirador reaccionaron al engaño. La obra, inaugurada el viernes 1 por el alcalde
Joaquín Caballero y su cabildo, carece de drenaje o lo tiene y no funciona.
Según un informe interno, el contratista encargado de la obra la realizó así,
con una pendiente hacia la calle Álamo; no la dirigió hacia el malecón costero.
Hay malestar entre los vecinos que saben en cuanto se generalicen las lluvias
aquello será una laguna fenomenal. Acudieron a la Comisión Municipal de Agua y
Saneamiento pidiendo que sus descargas sanitarias pudieran conectarse al
cárcamo aledaño al estacionamiento de la Mega Comercial, que no funciona, pero
CMAS les respondió que su asunto lo tiene que resolver Obras Públicas
Municipales. Y como el joaquinismo ya se va, ahí le deja la bomba de tiempo a
Morena, que a partir del 1 de enero de 2018 gobernará Coatzacoalcos… Peor que
Chagra, que Mijangos, que Tony Macías en CAEV, el yunismo azul. Atracan y roban
y el sistema de agua es un caos, un desastre financiero, proliferando los
negocios y volviendo a ser la caja chica de los tiempos de Fidel Herrera y
Javier Duarte, los ex gobernadores priistas que sumieron a Veracruz en la
debacle. Súbitamente, tras la elección municipal de junio pasado, las de
alcalde, llegaron las vacas flacas. Les cayó la insolvencia, la falta de
recursos, el desplome de la captación de pagos. ¿Pues de cuanto fue el envío de
remesas a la campaña de Fernando Yunes en el puerto de Veracruz? ¿Cinco
millones o más? Ojo Morena. Se fue Rafael Abreu y su pandilla. Se fueron Ursúa
y Félix López. Llegaron los lemarroyeros, Wilburn y Castillo Pirrón, y le
aplicaron la reducción de salarios al personal de confianza, homologando con
los sueldos del sistema CAEV. Algunas de las edecanes se esfumaron y otras siguen
ahí. Algunos de los pistoleros continúan en nómina pero cuidan a sus amos fuera
de CMAS. Otras veces andan en los patios de la dependencia, actuando como
guardias blancas, las autodefensas del yunismo azul. ¿Sabrá el Ejército que en
CAEV la casta panista porta armas sin estar adscritos a ninguna corporación y
si lo están, cuál es, acaso el IPAX como el padre y los hermanos del senador
Héctor Yunes Landa? Hay, por cierto, una nueva edecán, adscrita como
secretaria, rubia, de ojos verdes, por el que todo el personal tira la baba.
Así se optimizan los recursos en la quebrada CAEV. Y esos son los que
alardeaban que representaban el cambio…