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Secuestran al director de Ingresos * El
alcalde no le toma llamadas a Yunes * Y
la oleada de violencia a todo vapor *
Con Meade, puro cartucho quemado * A
Vasconcelos le cerraron la puerta *
Renato y los Yunes son cuates * Nora
Cortázar va por el PAN-PRD-MC en Coatza
* Vivales circundan a Carranza *
Una Gina Domínguez pero azul
Mussio
Cárdenas Arellano | 25 enero de 2018
Tribuna Libre.- Si es Yunes, el alcalde Carranza no responde.
Suena el teléfono y nada. Así sean temas de seguridad, prefiere el silencio, al
tiempo que la violencia lo acecha, la amenaza lo amaga, el crimen organizado le
haga sentir que plata o plomo no es una frase más.
Víctor Manuel Carranza ya está en la
encrucijada de la inseguridad. No puede desdeñar la oleada de muerte, las
ejecuciones, el secuestro, el levantón o la extorsión.
Así la seguridad pública sea obligación del
estado y del gobierno federal, el alcalde de Coatzacoalcos es primera
autoridad.
Tres semanas van y la violencia ya no es tema
ajeno ni asunto del gobernador de Veracruz, o materia del Ejército o de la
Naval, o responsabilidad de quienes suscriben acuerdos para garantizar la paz.
Vendido como la panacea a todos los males de
Coatzacoalcos, la mejor oferta de Morena al tomar al poder, Víctor Carranza
llegó al punto en que el crimen organizado lo comienza a asediar, intrínseca la
amenaza, el lenguaje del submundo en el que el miedo que se infunde a unos
sirve para que el mensaje se fije en la víctima, el destinatario final.
Carranza, por si no lo captado, está en la
mira del crimen organizado.
Uno de los suyos, el director de Ingresos de
la Tesorería municipal, Elías Omri Gutiérrez Gordillo, fue levantado este
martes 23 y por horas no se supo de él. Un comando armado se lo llevó.
Se sabría entonces que entre el alcalde
Carranza y el gobernador Miguel Ángel Yunes hay un mundo de silencio. A las
llamadas del mandatario panista para tratar el tema de seguridad, la respuesta
es el desdén.
Insólito lo que está ocurriendo. Nunca un
gobernador en Veracruz había revelado que un alcalde le aplica la ley del
hielo. Algo así como que su autoridad es de oropel. Yunes lo admite así:
“He intentado hablar con el Presidente
Municipal de Coatzacoalcos, desde ayer mismo, para comentarle de esta decisión
(el envío de más tropas militares por órdenes de Salvador Cienfuegos) y para
pedirle que aceleren el fortalecimiento de la Policía Municipal porque es
indispensable para que tengamos una mejor seguridad. Sin embargo, ha sido muy
difícil; el alcalde de Coatza no ha tenido el tiempo de tomarle la llamada al
Gobernador”.
Y agregaba:
“Yo no rehuyo mi responsabilidad, por eso
estoy trabajando con mayor intensidad, pero el alcalde de Coatzacoalcos debe
hacer el esfuerzo que le corresponde para mejorar la seguridad”.
Tácitamente, Yunes admite la humillación. Y a
la par deja al aire a Víctor Carranza.
Carranza es marioneta de su madrina política,
Rocío Nahle García, la diputada federal que habla en el nombre del Dios Peje,
que dicta la línea, soslayando que en el tema de la seguridad pública la
responsabilidad es compartida. Es la sacerdotisa de Morena en el sur.
Carranza es presa de un error garrafal, y de
la estrechez mental de Rocío Nahle. Entre levantados y ejecutados,
Coatzacoalcos vive a merced del hampa, a dos fuegos en la guerra de cárteles
que se disputan la plaza, entre violencia atizada por grupos políticos
priistas, duartistas, fidelistas, que pactaron con el narco en el ayer
inmediato y que llevan a Veracruz a la cúspide de la inseguridad. Y alcalde se
quiere mantener al margen.
Lo suyo es un error criminal. Y un suicidio
político.
Tres semanas y la violencia lo agobia. Al
margen de todo, concentrado en multiplicar sus desatinos, embebido en el
negocio de la basura que le habrá de entregar a los Quintanilla, los pupilos
del Clan de la Succión —los Robles y los Hillman que fingen ser de izquierda
arreglándose con gobiernos priistas—, o capoteando los reclamos por actos de
corrupción de sus inspectores de comercio que le fijan cuota a los ambulantes,
o las protestas por el cobro subterráneo de espacios deportivos, Víctor Carranza
prefiere callar ante la violencia brutal.
Un día habló y lo hizo fatal. Se congratuló
que Isis Morales, joven señora, esposa de Luis Rogelio Madrazo Lemarroy,
sobrino del ex alcalde Rogelio Lemarroy González, haya aparecido con bien horas
después de ser secuestrada. Pues mintió.
Sus fuentes fueron las peores. Carranza
Rosaldo se nutrió de las redes sociales, donde la desinformación es regla, el
agravio es norma y el engaño es identidad.
Al día siguiente, zarandeado por familiares
de los Lemarroy y un sector del antimorenismo, tuvo que recular. Una disculpa
pública y la promesa de no volver a abordar lo que de entrada debió corroborar
con instancias policíacas, con el fiscal Jorge Winckler, con el gobierno de
Yunes Linares, cerró el ingrato capítulo.
Simultáneamente, una empresaria afamada,
ganadera, ex directora de la Casa de la Cultura, propietaria del colegio
Octavio Paz, Angélica Carmona Jurado, sufrió el embate de la violencia. Su
hogar fue rafagueado y los impactos de bala quedaron en el portón y la fachada
del domicilio. ¿Qué hizo el alcalde de Coatzacoalcos? Mantenerse al margen.
Devastadora, la violencia cobra víctimas a
diario. En la vía pública, a las puertas de un negocio, en un campo baldío, en
el interior de los hogares, los sicarios siegan vidas, llevando a Coatzacoalcos
al primer lugar en índice delictivo en Veracruz. Y Carranza vuelve a callar.
Su director de Policía, Antonio Williams,
mejor voló. Lo había destapado el 4 de enero y dos semanas después, anunció que
siempre no.
“Efectivamente, en los primeros días de su
gobierno —expresó Williams a diario Presencia—, el alcalde Víctor Carranza me
invitó a colaborar con él para trabajar en la conformación de una nueva policía
municipal eficiente y efectiva.
“Dicha invitación me honra, pero para
desempeñarla con responsabilidad, requeriría dedicarme de tiempo completo,
situación que me es imposible por la carga de trabajo que me imponen mis
negocios particulares. Por ese motivo en días pasados, decliné la invitación
del Ing. Carranza”.
Diría que no recibió nombramiento oficial, no
tomó posesión del cargo, no entró en funciones, no cobró salario o prestación
alguna. Y apuntó:
“La seguridad de Coatzacoalcos está a cargo
del Gobierno de Veracruz a través de la Secretaría de Seguridad Pública, la
cual ha asignado esta tarea a la Policía Naval y se ve reforzada por los demás
cuerpos policíacos y militares que operan en la ciudad y hasta la recién creada
policía municipal está asignada al mando de la Policía Naval en tanto no exista
un mando y funcionamiento normal”.
Carranza tácitamente lo contradijo. La
renuncia de Antonio Williams ocurrió el 17 de enero y habría iniciado un curso
para cumplir con el protocolo para ser comandante.
“Desde el año pasado (no a principio del
gobierno de Morena), fue muy bien percibido por él —señaló Carranza—. Yo sabía
de la capacidad que tenía, y por otros aspectos que no tienen nada que ver por
lo que ha sido su nombramiento fue que decidió y dije adelante. Yo creo que
como ciudadano igualmente tenemos que reconocer y ver que haya otras
oportunidades, fue donde sale la plática con el capitán (del Ejército) y vamos
a dialogar con él como nos puede acompañar en este proceso.
“Se tiene que capacitar para poder ser jefe
de policía, tiene que tener un protocolo. Ese protocolo lo inició (Antonio
Williams), pero después tomó otras decisiones y se respetan”.
Sin perfil para el cargo, Antonio Williams es
un empresario exitoso del ramo mueblero. Crítico del sistema, suele increpar en
sus escritos al gobierno que falla en sus tareas de seguridad. Sale a las
calles y protesta. Impulsa organizaciones para repudiar la violencia. Pero no
tiene formación policíaca ni experiencia.
No llegó a presentar exámenes de control y
confianza. No se supo qué tanto conoce de estrategia para inhibir el delito, o
de operativos para desmantelar bandas de delincuentes.
Carranza se mantuvo ajeno al tema de
seguridad, incluso en silencio cuando recibía los llamados del gobernador
Yunes, desdeñoso en esa relación institucional, hasta que el golpe lo recibió
uno de los suyos: Elías Omri Gutiérrez Gordillo.
Militante de Morena, sin trayectoria en el
servicio público, como la mayoría de los que hoy son funcionarios municipales,
incluida la clase petrolera, jubilados de Pemex del Clan de los Nahle-Peña, Gutiérrez
Gordillo fue levantado este martes 23 a las puertas de su hogar.
Minutos después, como en el caso de Isis
Morales de Madrazo, trascendió que había sido liberado. Pero no hubo tal.
Otra que se enredó fue la síndica, Yasmín
Martínez Irigoyen, cantinfleando para no admitir el levantón pero sin negarlo.
Minutos después, en portales informativos rechazaba que trajera escolta, pero
la prensa y sus compañeros ediles le vieron comparsa nueva.
Hacia la noche el director de Ingresos volvió
a casa. Volvió con el alma en un hilo. Volvió de la muerte. Lo suyo fue un
mensaje. Carranza, si es que razona la magnitud del hecho, lo habrá de
entender.
Carranza confirmó el levantón y más tarde la
liberación, pero no se supo del costo del rescate, de dónde se obtuvo el
dinero, si fueron recursos propios, si salió de la Tesorería municipal. O si
sólo fue un aviso. Y la Fiscalía General, el fiscal Winckler, como siempre,
volvió a callar, al silencio ante la patética procuración de justicia.
Si el alcalde sabe leer entre líneas, verá
que el crimen organizado se deja llegar.
Así actúan los cárteles. A los hombres de
poder les muestran que plata o plomo no es frase libresca, que la violencia es
un arma de presión, que el silencio y el temor tienen un precio. Y el que lo
desdeñe lo habrá de pagar.
Quiéralo o no, Carranza está en la mira del
crimen organizado.
Archivo muerto
Rodeado de lo peor, Meade quiere el voto de
los olvidados. Llegó al sur y una legión de vejestorios políticos lo rodeó, los
Britos, los Marcelos, los Hernández Toledo, los que pasan sin pena ni gloria en
el PRI, los que hace ya algunos ayeres dejaron de saber lo que es el sabor de
la victoria. José Antonio Meade convivió con priistas y con empresarios, cuyo
común denominador es que ninguno le aporta votos para que sea presidente de
México. Ni el priismo caduco que ganó su última elección en 2013, ni los
empresarios que motivan ni a su mujer… “Soy el coordinador de Pepe”, decía
Vasconcelos. Y qué. “Soy su coordinador”, insistía el líder obrero. Y qué. Ahí
se quedó el ex candidato del PRI a la alcaldía de Coatzacoalcos, el candidato
perdedor en la elección 2017, mientras el Estado Mayor que custodia le impedía
el paso al evento del candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade
Kuribreña, en Minatitlán. Muy coordinador de “Pepe” Yunes Zorrilla, quien
permanece entre el segundo y tercer lugar en las preferencias de los
veracruzanos en la contienda por el gobierno estatal —y cada vez con menos
posibilidad de acercarse a Miguel Ángel Yunes Márquez, del PAN-PRD-Movimiento
Ciudadano— y que sólo con un milagro repuntará. Pues sí. Y si el “coordinador
de Pepe”, Carlos Vasconcelos Guevara, ni siquiera llega a tiempo a los eventos
del PRI, menos le acarreará votos a Pepe Yunes y Pepe Meade el 1 de julio, día de
la elección… Carga su mala fama Renato Tronco pero ahora ya es de los Yunes
azules. Así haya librado el homicidio de Alfredo Pérez Juárez, regidor panista
en Las Choapas, con el que tuvo disputas públicas, Renato es Renato y lo maloso
no lo podrá ocultar. Hoy es yunista, impulsor de la candidatura de Miguel Ángel
Yunes Márquez por la coalición Veracruz al Frente, la del PAN-PRD y Movimiento
Ciudadano, que no escarmienta en cabeza ajena si se trata de importar lo peor
que tuvo el PRI. Así tenga en su haber los signos de la corrupción, el
agandalle de las obras públicas para la Unión de Ejidos 25 de Abril, las
palizas que le arrimó a quienes salían a las calles a protestar, el control
sobre territorios donde se trafica droga y se trafican migrantes, así haya sido
fidelista y luego duartista, hoy le opera a los Yunes azules. Vil pragmatismo,
suponiendo que Renato Tronco tiene aún control político y le dará votos al hijo
del gobernador en la contienda por la sucesión en Veracruz. Y de paso, que los
votos del tronquismo no los lleve Morena, no los tenga el Partido del Trabajo,
no los cache el PRI. Yunes Linares, en ese sentido, le apuesta a seguir
desmantelando, atajando, generando boquetes inmensos en las estructuras del PRI
y del pejepartido. A cambio, Renato acaricia ya una nueva diputación. Así de
mal… Nora Cortázar es la propuesta de Movimiento Ciudadano para el distrito
Coatzacoalcos Urbano. Su registro trascendió este martes 16 para así cumplir
con el proceso interno del partido de Dante Delgado, que lleva mano dentro de
la alianza Por México al Frente, en el distrito 29 local de Veracruz. Dos veces
regidora, una por el PRD y otra por el partido de Dante, Nora Cortázar tendrá
un reto enorme: menguar la votación de Morena, si no ganar cuando menos reducir
la brecha entre el pejepartido con sus opositores. Política reservada,
mesurada, Nora Cortázar fue edil en el ayuntamiento perredista de Armando
Rotter Maldonado y por segunda vez en el de Joaquín Caballero Rosiñol,
postulada por Movimiento Ciudadano, del que es su coordinadora regional. En
2009 fue candidata del PRD a diputada federal por el distrito de Coatzacoalcos,
cuando Rafael García Bringas y el PAN vencieron al priista Iván Hillman Chapoy
con la ayuda de Marcelo Montiel. Los otros nombres para la coalición PAN-PRD-MC
sólo son paja. Ni Armando Rotter ni Renato Tronco van por el Coatza Urbano… Se
llama Juan Carlos Fernández Villanueva y tiene alma de “aviador”. Hoy se le ve
junto al alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo en Villas de San Martín, solo y
su alma, sin seguidores porque no los tiene, usurpando la representación de una
colonia en la que se ganó el repudio de todos. Fernández Villanueva es aquel
que apareció una lista entregada por su gurú, Martín Valerio, promoviendo que
se les incrustara en la nómina de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento
de Coatzacoalcos, aduciendo un derecho que sólo en su mente podía caber. Obvio,
el entonces director de CMAS, Rafael Abreu, los bateó. Quisieron ser azules y
hoy se acercan al alcalde Víctor Carranza. O sea, si el yunismo panista los
bateó, que Morena le dé y los haga suyos. Con el grupo de Martín Valerio y sus
nefastos seguidores, intenta el secretario de Gobierno, Alberto Mijangos
Martínez, trabar acuerdos que la mayoría de los colonos se niegan a reconocer.
Y para semejante engaño envía al alcalde Carranza, que sigue sin saber quién
manda en palacio y por qué no manda él… ¿Quién es esa operadora de medios,
panista, que se conduce como María Gina Domínguez Colío, la ex vocera de Javier
Duarte, con ínfulas manipuladoras, suponiendo qué se puede publicar, qué se le
debe mutilar a un texto periodístico, qué matizar, qué destacar? O sea que el
día que tenga poder va a ser igual o peor que la inefable Gina…