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Para ilustrar “la formidable maquinaria
electoral” que según el diario Financial Times dará la victoria a José Antonio
Meade el próximo 1 de julio de 2018, es posible remontarse a marzo, abril y
mayo de 2017, en el Estado de México.
Ciudad de México. | 09 enero de 2018
Tribuna Libre.- A la elección del pasado 4 de junio, en la
que esa entidad eligió Gobernador, le antecedieron actos que fueron creando un
ambiente de desconfianza que se extendió hasta el día de la elección y en los
días posteriores y dejó en la victoria de Alfredo del Mazo Maza la confirmación
de que la organización de la estructura priista alcanza todos los niveles;
discreta o no, al final de cuentas funciona.
La entidad es importante. Se dice que esa
elección es la antesala de la Presidencial y el PRI la conservará ya casi nueve
décadas. En ese tiempo la ha convertido en una de las entidades más inseguras
para la población en general y para las mujeres, con casi la mitad de sus
habitantes pobre, con un transporte ineficiente y caro.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI)
tuvo unos meses muy activos en 2017. Las actividades se centraron en el Estado
de México porque la entidad, que es uno de los núcleos más importantes de ese
partido, elegiría nuevo Gobernador y se vislumbró, por las encuestas y el
ambiente, una elección cerrada.
Pero el PRI se puso en marcha. En esa ocasión
contó con el apoyo del poder Ejecutivo, del estatal y municipal. Pero también
activó esas células que siempre están ahí y pueden llamarse voto duro o
“formidable maquinaria electoral” como recién las bautizó el diario británico
Financial Times.
En la elección del pasado 4 de junio se
usaron viejas y nuevas prácticas; incluso se inauguró un auditorio que costó
600 millones de pesos, que aún no estaba terminado y hoy está cerrado, para
servir como escenario del Presidente, de la Primera Dama, Secretarios de Estado
y del ex Gobernador justo días antes de que por ley no pudieran hacerlo más.
Aprovecharon el espacio para resaltar las
bondades del priismo en la entidad, para regalar becas y computadoras.
Luego de la actuación de los funcionarios
federales, se abrió paso a la estructura popular. Aparecen personas pagando 500
pesos a quien acepte colgar una manta del candidato afuera de su casa o para
que asistan a algún mitin.
En todo lo que se haga está de por medio una
copia de la credencial de elector, que servirá para el día de la elección.
Cerca de 1 millón 300 mil personas viajan a
diario del Estado de México a la Ciudad de México a trabajar o a estudiar. Esa
dinámica se ha convertido en un verdadero drama que se traduce en 4 o 6 horas
de traslado diario, en un transporte ineficiente, inseguro y costos.
Ahí, el 47.9 por ciento de la población es
pobre (8 millones 230 mil personas). Es la entidad con mayor número de
habitantes en esta condición social.
La elección de 2011, en la que Eruviel Ávila
Villegas fue elegido como Gobernador, contó con la participación de cerca de 5
millones de electores, de los cuales 3 millones ejercieron su voto a favor del
PRI. Ese es el voto duro.
La estructura se activa por completo en cada
proceso electoral. Las tácticas se reconocen y se convive con ellas, sea o no
sea época electoral. Unas son más discretas, otras se hacen desde los cargos
públicos y otras que ya son calificadas como legales por las instituciones
electorales.
Los elementos priistas comienzan desde muy
temprano el día en que no pararán hasta que tengan noticias oficiales. No
cuando ya haya una noticia por televisión. Cuando oficialmente el resultado les
favorece.
De acuerdo con el investigador y académico de
El Colegio de México (Colmex), Lorenzo Meyer Cossío, el PRI usará todos sus
recursos en la elección presidencial, como lo hizo hace unos meses.
“Lo que se pondrá en juego será la vieja
maquinaria que no tiene ideología, tiene intereses y se mueve en ese mar de
corrupción como pez en el agua, en una sociedad enojada, ofendida, resentida.
El miedo está también en los taxistas, si ellos hacen lo que hacen no es porque
estén encantados con la ideología del PRI y sus maniobras, es porque tienen
miedo de perder la protección que les da su organización y otros se mueven
porque quieren esa pequeña migaja que les dan y que es importante para ellos.
Algo. Cuando gane el PRI”, comentó en entrevista con SinEmbargo.
Armando Luna Franco, politólogo por la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), coincidió: es una cuestión de lealtad al partido.
“La estructura del PRI está bastante
enraizada en el tejido social. Una de las grandes características es que con la
alternancia política, no se trastocó la estructura del PRI porque nunca hubo un
cambio en el tejido social para extraerla y ahora, luego de 2012, nos damos
cuenta de que sobrevivió […] Se cuenta con una estructura que en cierto sentido
no funciona sólo por una lealtad económica, sino por una lealtad política, es
muy complicado hacer un contrapeso. Otros partidos, incluso los bien
establecidos no alcanzan ese grado de fidelidad y lealtad”, señaló.
LA
MAQUINARIA EN ACTIVO
Con el paso de los años, el PRI ha afianzado
tres sectores que en gran medida son los que le brindan la cantidad de votos
que garantiza la victoria de la elección, además de un alto margen que impide
que el triunfo sea cuestionado: transportistas, maestros y comerciantes.
De hecho, el mismo PRI ha señalado que tiene
una estructura que cubre el 100 por ciento del territorio mexiquense.
“Esos grupos se mueven entre el miedo y la
esperanza de tener una cosita chiquita. Total, no creen en la democracia, nunca
la han visto, no saben ni siquiera lo que es, porque la democracia requiere
mucha imaginación y bueno, no en todas partes está la posibilidad de tener esa
imaginación”, agregó al respecto el doctor Lorenzo Meyer.
El PRI tiene sus tácticas. Se estima que hay
cerca de 217 organizaciones de comerciantes en todo el Estado de México y los
líderes son los que manejan el comercio informal y los tianguis de las zonas
que les son designadas. Ahí cobran cuotas y en época electoral, votos y
asistencias a mítines.
Los comerciantes son obligados a afiliarse en
el partido y si se niegan pierden permisos para vender.
Los transportistas también significan votos y
son movilización de más votos. Además de propaganda móvil.
Mientras, el sistema de transporte del Estado
de México es uno de los peores del país: la infraestructura es mala, las
unidades están en pésimas condiciones, las tarifas son irregulares y, encima,
los asaltos son el pan de cada día de los mexiquenses.
A los taxistas, por ejemplo, se les amenaza
con perder el empleo, la plaza, las placas, con sacarlos del sitio de taxis o
con no renovar permisos. Y si hay un mitin, las actividades paran; llegan al
punto de reunión dos horas antes y se quedan hasta que termina.
Luego, ellos muestran su apoyo. Pintan en sus
retrovisores que apoyan a tal candidato, aunque choferes han indicado que esas
leyendas no las ponen ellos, sino el dueño de la línea de transporte.
Finalmente, pasadas las elecciones, legal o
ilegalmente, el pasaje, que de por sí es el más alto del país, aumenta.
El día de la elección habrá personas
apostadas en la casilla de manera permanente. En algunas ocasiones visten de
rojo, en otras no. Tienen listas en las que conforme va pasando el día se van
tachando algunos nombres.
Cuando se trata de maestros, el candidato y
los acarreados se pintan de los colores de Nueva Alianza y ese partido es el
que se encarga de coordinar esa parte de la estructura; al Sindicato de
Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) se les han otorgado puestos
en presidencias municipales y diputaciones plurinominales, así que una victoria
significa más espacios de poder.
LA
LECCIÓN: NO DESESTIMAR LA ESTRUCTURA
Aunque el resultado de la pasada elección
tuvo un final cerrado entre el PRI y Morena, el primero se impuso, ayudado por
los partidos periféricos con los que fue en alianza.
Luego de la elección fueron dos semanas en
que el resultado era cuestionado por la mayoría. Incluso ese mismo día en la
noche, había sorpresa en las calles porque Morena había ganado en lugares
controlados siempre por el PRI.
Al final, el PRI conservaba el Estado de
México por otros seis años.
“La principal lección que nos deja la
elección del Estado de México, es que no podemos desestimar la maquinaria priista
en lo absoluto. Nunca que se puede subestimar.
Independientemente de los conflictos dentro
del partido y los conflictos sociales que se vivan a lo largo del territorio
nacional, esa maquinaria puede encontrar los mecanismos y los recursos necesarios
para funcionar”, señaló al respecto Luna Franco.
Esto porque el principal riesgo que se corre
está en la legitimidad del proceso electoral; crece la desconfianza en las
autoridades electorales, en el sistema electoral y en los partidos políticos.
“Hay posibilidad de derrotar esa estructura.
A lo mejor en 1988 se derrotó, pero se impuso por otras vías. Ahora es más
difícil imponerse, pero sí. El Financial Times apuesta a que la estructura se
imponga con un personaje como José Antonio Meade”, agregó el doctor Meyer.
(SinEmbargo)