Justicia
veracruzana: es más fácil elegir a los delincuentes que encontrarlos
Héctor
Yunes Landa | 05 febrero de 2018
Tribuna Libre.- Una de las condiciones necesarias para que
una sociedad funcione es un sistema de impartición de justicia eficaz, donde no
se privilegie la venganza, ni se utilice a la ley como un mecanismo de
persecución. Los ciudadanos esperan que quien comete un delito sea castigado,
pero castigar de manera selectiva sólo abona a la desigualdad y la injusticia.
Desde hace poco más de 18 meses entró en
vigor el nuevo sistema de justicia penal de corte adversarial, un gran logro
del presidente Enrique Peña Nieto, que logró insertar a México dentro de la
modernización del sistema de justicia penal en el mundo globalizado, pese a ser
México el último país en América Latina en implementarlo.
Sin embargo, en Veracruz parece que se siguen
modelos monárquicos en democracia y en justicia; nada se mueve, nada se
resuelve, sin que antes los jueces y fiscales reciban línea de cómo deben de
actuar.
Se actualiza en Veracruz –al menos en el
renglón de justicia- aquella frase célebre de Marcel Planiol: “A los delincuentes
es más fácil elegirlos que encontrarlos”. Esa línea es la misma que se sigue en
contra de los enemigos políticos, o críticos del sistema.
Ese mismo vía crucis lo pasó mi queridísima
amiga Débora Vives, quien sufrió en carne propia la violación más flagrante a
sus derechos mínimos elementales, donde todo el poder del Estado se volcó para
privarla de su libertad, al librarse en su contra una orden de aprehensión por
seis delitos, todos ellos fabricados para justificar la ausencia de justicia en
otros casos.
Los delitos fueron creados en la mente de un
inexperto fiscal, encargado de una fiscalía especializada de maltrato animal,
mostrando un analfabetismo jurídico en la materia adversarial y ensañándose con
la ex regidora de Tlacotalpan, una mujer de prestigio, de buena familia, de
respeto, empresaria, y sobre todo una dama; eso no les importó a estos
encargados de hacer cumplir la ley, que la eligieron para ser delincuente. Con
esa vara jurídica unilateral que mide este gobierno a todos sus críticos.
Débora Vives fue una víctima más, como tantas
que hay en Veracruz, de los atropellos de una autoridad arrogante y sumisa,
porque la Fiscalía no actúa sin que antes se lo ordenen; con un Poder Judicial
postrado de rodillas, cumpliendo fielmente las órdenes del mandatario estatal;
todo en detrimento del prestigio de un
personaje, de un líder social como lo es Débora, pero como lo pueden ser
muchas otras personas a quien el régimen ha colgado la etiqueta de adversario.
Pero Débora no está sola, somos muchos
veracruzanos indignados contra este tipo de aplicar justicia en Veracruz, dónde
es más fácil encarcelar a una ex funcionaria por razones políticas, aludiendo
la acción colectiva de una tradición popular, que perseguir y castigar a
criminales que son capaces de ejecutar a decenas de personas para arrojar sus
restos a unas cuadras del Palacio de Gobierno.
Los veracruzanos no nos vamos a doblegar ni
ante la violencia ni ante la persecución política. Estamos preparando una
denuncia contra el fiscal especializado que integró la carpeta respectiva; al
mismo tiempo, se está analizando la posibilidad de presentar una queja en el
consejo de la judicatura del estado en contra de la juez que resolvió el asunto
de Débora Vives.
Nuestras razones son jurídicas, no políticas.
Porque si bien consideró en su razonamiento que de todo el Código Penal de que
la acusaba el inexperto fiscal De la Parra -quien pronto tendrá el carácter de
imputado y veremos si la fiscalía actúa igual contra sus deficientes servidores
públicos-, sólo la vincularon a proceso por tres delitos: incumplimiento de un
deber legal, abuso de autoridad y Maltrato Animal.
No sólo no actuaron en contra del resto de
los funcionarios a quienes se señaló responsabilidad, sino que tampoco pudieron
comprobar la coalición, la apología a cometer un delito, ni el tráfico de
Influencias. Su argumento es una vergüenza para cualquier incipiente abogado.
Falta mucho para conocer y aplicar la
justicia penal de corte acusatorio como se practica en los países de primer
mundo. La justicia penal de corte acusatorio adversarial en Veracruz solo es
poesía constitucional.
No permitamos que se cometan más injusticias
en contra de más Déboras Vives. Junto con un grupo de abogados especializados
en materia de oralidad, iniciaremos una estrategia para denunciar a fiscales y
jueces que cometan abusos como el que cometieron en contra de Débora Vives.
La venganza no es justicia. La ineficacia
tiene nombre y apellido en Veracruz.
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