*Dos
integrantes de una familia que fueron emboscados y acribillados por policías
municipales. 25 disparos sellaron el crimen de Estado.
Tribuna Libre.- La Comisión Estatal de los Derechos Humanos
(CEDH) documentó la primera ejecución extrajudicial durante el gobierno de
Javier Duarte. Las víctimas: dos integrantes de una familia que fueron
emboscados y acribillados por policías municipales. Veinticinco disparos
sellaron el crimen de Estado.
El doble homicidio -perpetuado en junio de
2016, en Martínez de la Torre- abre la Caja de Pandora de numerosos casos donde
las autoridades municipales y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) son
señalados como victimarios.
Ricardo Sarro López, de 18 años, y su madre
Axaharim López Ronquillo, de 34, murieron de varios impactos de bala en la
cabeza. La camioneta Chevrolet Colorado donde viajaban junto a otros tres
familiares fue interceptada por oficiales que hicieron caso omiso al último
ruego de la madre: “¡No disparen, hay niños!”.
El crimen que hoy es señalado como ejecución
“extrajudicial y arbitraria” en la recomendación 10/2017, en su momento fue
desestimado por la Fiscalía General del Estado (FGE), al concluir de manera
exprés que todo había sido producto de una “confusión”.
El 13 de junio de 2016, la familia Sarro
López acudió, como cada año, a la feria de San Antonio Rayón, en la comunidad
de Jonotla, Puebla. “A todos nos gusta el jaripeo. Vimos las carreras de
caballos y mis hijos los más pequeños se divirtieron en el brincolín”,
compartió en entrevista el padre, Francisco Sarro Vaillard.
Esa misma noche, antes de regresar a su
vivienda en la comunidad de Emiliano Zapata, Veracruz, los cinco comieron en la
plazoleta Jonotla. La familia ocupó sus lugares para volver: al volante
Axaharim, la madre; como copiloto, Francisco, el padre; y en la parte trasera,
tres de sus cinco hijos: de izquierda a derecha: Aimé de 15 años, Héctor de 9 y
Ricardo de 18.
Axaharim, conducía a menos de 90 kilómetros
por hora sobre carretera federal Amozoc-Nautla; Francisco, cabeceaba por el
sueño. Eran las 23 horas y su destino final aguardaba a escasos 20 minutos de
trayecto. No obstante, hicieron una última parada para refrescarse.
“Pasamos a una tienda OXXO que está a un lado
de la gasolinera de la carretera Martínez de la Torre y San Rafael, Ver., ahí
compramos una botella de agua y un Gatorade. Vimos que pasó una camioneta
(color blanco) que iba a un exceso de velocidad”, refirió el padre ante la FGE.
Dos minutos avanzó la familia sobre la carpeta
asfáltica. “Mi mujer me movió la pierna y dijo, Paco, algo explotó atrás en la
camioneta, luego gritó espantada: "Paco, son balazos, nos viene
persiguiendo la policía".
Los disparos continuaron desde dos camionetas
del ayuntamiento de Martínez de la Torre, identificadas con los números 030 y
031. "Yo le dije a mi esposa párate, párate, porque si no nos van a seguir
tirando. Nos detuvimos y nos cerraron. Todavía apagaron las torretas, vi que
eran seis policías”, relató Francisco Sardo.
De acuerdo con el entrevistado, el ataque
duró poco menos de un minuto. “Sonaban tres, cuatro balazos, paraban y volvían
a cargar, yo les decía a mis hijos, agáchense... y tiros y tiros y tiros. Todos
estábamos agachados, mi mujer se enderezó y dijo que se detuvieran, porque había
niños, pero ahí me la mataron”.
Una vez cometido el atentado, el padre refrió
que uno de los policías se acercó al vehículo y se asomó desde un vidrio
desbaratado por las balas. “Al vernos se suben rápido a sus patrullas y se
van”.
Aturdidos por el estruendo y en medio de la
oscuridad, el padre, con ayuda de sus dos hijos menores, intentaron asistir a
su esposa y al joven Ricardo, pero los disparos de profesionales acarrearon la
muerte en segundos.
La escena más cruel del homicidio la recuerda
un niño que ahora tiene 11- “Sólo me acuerdo que a mi hermano le pegaron un
tiro en la cabeza y le atravesó la bala. Yo estaba junto a él. A mi mami la
intentamos cargar para llevarla a la batea, pero ya pesaba mucho y se nos
resbalaba con la sangre".
A casi dos años del atentado y con base en un
certificado médico incluido en la recomendación, el menor “A1”, explicó que los
recuerdos se le manifiestan en “pesadillas”.
Por este caso, cuatro exservidores públicos
permanecen recluidos en el penal de Misantla, a espera de una sentencia. Los
responsables fueron el entonces Director de Seguridad Pública Municipal; y 3
policías municipales adscritos esa dirección.
La CEDH, calificó los hechos como “una
ejecución extrajudicial y arbitraria que deriva en violaciones a la integridad
física y psíquica a las víctimas, así como atentados contra el derecho a la
protección de la familia y omisión de realizar acciones que garanticen la
reparación del daño”.
La titular de dicha institución, Namiko
Matzumoto Benítez, reconoció en entrevista que más casos similares al de la
familia Sarro López pudieron haberse cometido en la entidad, por lo que invitó
a denunciar ante la CEDH. “Que esta recomendación sirva como garantía para las
demás víctimas”, apuntó.
En tanto, la CEDH exhortó al Ayuntamiento
Constitucional de Martínez de la Torre a que, en un periodo razonable, se haga
cargo de una reparación integral del daño en favor de la fa familia agraviada.