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Activistas y una víctima de espionaje sostienen
que la vigilancia denunciada por Ricardo Anaya Cortés y Andrés Manuel López
Obrador pone en evidencia que el Gobierno de Enrique Peña Nieto maneja de forma
arbitraria y sin controles los aparatos de inteligencia del Estado.
*El
escándalo se suma a los que han denunciado activistas y periodistas, y que han
sido comprobados durante el actual sexenio.
*“Necesitamos
tener la certeza de que el presupuesto que está ejerciendo el Cisen, lo está
ejerciendo para que nosotros nos sintamos seguros, no para tratar de acallar
las voces de las personas críticas al poder, eso es lo más importante”,
sostiene Ana Cristina Ruelas, de la organización Artículo 19.
Ciudad de México. | 14 febrero de 2018
Tribuna Libre.- El supuesto espionaje al que el Gobierno
federal somete a sus detractores abrió ayer un nuevo capítulo: los precandidatos
presidenciales más fuertes en la carrera hacia el próximo 1 de julio, y que
pertenecen a partidos de la oposición, acusaron ser víctimas de vigilancia del
Estado mexicano.
Tanto Andrés Manuel López Obrador como
Ricardo Anaya Cortés denunciaron, en las últimas dos semanas, que son espiados
por el Cisen, a cargo del cuestionado abogado Alberto Bazbaz Sacal.
El precandidato de Movimiento Regeneración
Nacional (Morena) dijo que él y toda su familia eran vigilados con el fin de
obtener información para dañar su imagen y que ya hay expedientes al respecto.
Y ayer, el representante de la coalición “Por
México al Frente”, conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido
de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) difundió un
video en el que increpa al chofer de una camioneta que lo seguía. El hombre se
identificó de manera inmediata como un agente del Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (Cisen) y argumentó que andaba “comisionado” para evitar que
Anaya Cortés tuviera algún problema.
Tras la denuncia del panista, el titular de
la Secretaría de Gobernación (Segob), Alfonso Navarrete Prida, confirmó que el
empleado del órgano de inteligencia iba a bordo de un vehículo oficial y que
realizaba funciones de seguimiento al precandidato panista y a las campañas,
pero agregó que “el Cisen tendrá que realizar una investigación interna para
saber exactamente qué ocurrió”.
“No se trata de un caso ni de espionaje, ni
de espionaje a opositores, ni de medidas de carácter clandestino. Creo,
incluso, que la forma en que se presenta esta persona, pues si fuera el caso de
un espionaje clandestino sería bastante burda”, sostuvo.
Formalmente, el Cisen “es un órgano de
inteligencia civil al servicio del Estado Mexicano cuyo propósito es generar
inteligencia estratégica, táctica y operativa que permita preservar la
integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, dar sustento a la
gobernabilidad y fortalecer al Estado de Derecho”.
Y su papel consiste “en alertar y proponer
medidas de prevención, disuasión, contención y neutralización de riesgos y
amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía, al orden
constitucional, las libertades e instituciones democráticas de la población
mexicana, así como el desarrollo económico, social y político del país”.
Pero en los hechos, activistas y políticos
han acusado que la función de este y otros órganos tienen un uso político e
incluso es un medio para amedrentar a quienes disienten con las ideas de la
actual administración federal.
Hace apenas ocho meses, el Gobierno federal
fue acusado de espiar a periodistas, defensores de derechos humanos y activistas,
una denuncia que alcanzó dimensiones internacionales luego de que el diario The
New York Times difundiera al detalle el informe “Gobierno Espía: Vigilancia
sistemática a periodistas y defensores de derechos humanos”.