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Aprieta al sindicato y el sindicato lo reta
* Mijangos, inservible * Ajusta
salarios y detona conflicto * ¿Apretará
Carranza a los Robles? * 100 mil
mensuales para el Parque Quetzalli * Y
el gasto en prensa * Matan a hijo de
dirigente de la CTM * Nahle: treta para imponer lista de
pluris * Rendón: nuevo audio
Mussio Cárdenas
Arellano | 06 febrero de 2018
Tribuna Libre.- Ya metido en este lío, Carranza dice “va”.
Ejerce el presupuesto “3018”, según dice, y en él halla lodo y corrupción, una
nómina pesada, “aviadores” reales y otros que no lo son, salarios descomunales,
que lo llevan a aplicar el reajuste, el recorte, el despido, detonando así un
conflicto mega, la ira sindical, la protesta, el insulto, el reto, el choque,
el amago de huelga.
Víctor Carranza, que no es Marty McFlay pero
vuelve al futuro, cuenta que se aprobó el presupuesto en “3017” y lo aplica en
“3018”, y amaga con una reingeniería administrativa en el momento menos ideal,
cuando le retiene salarios y deja de pagarles dos quincenas a los empleados del
ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Acusa el edil de Morena que la nómina está
inflada, y tiene razón.
Advierte que hay “aviadores”, y le asiste la
razón a medias. Unos sí lo son, otros le gritan que no, que por años han estado
en la estructura laboral.
Pregona que hay privilegios, salarios tan
elevados que insultan, los del área de confianza, los que dejó Marcelo Montiel,
Iván Hillman, Marco César Theurel Cotero, Joaquín Caballero Rosiñol los alcalde
priistas.
Aduce que los incrementos salariales se han
dado rebasando el tabulador. El líder sindical, Gersaín Hidalgo Cruz, le
responde que el tabulador es obsoleto y que manda lo acordado en el contrato
colectivo de trabajo.
Amaga que unos, los “aviadores”, se irán o
habrán de enfrentar la ley. Y con el ahorro y la reducción de plazas, la baja
en los salarios de los que cobran 30 y 40 mil pesos por mes, los recursos
servirán para el desarrollo y la obra pública.
Habla Carranza con media verdad. No cuenta
que los privilegios van más allá del tema salarial, que no es el empleado que
recoge basura, o el que limpia las calles, o los que reparan calles, o los que
limpian canales, o la secretaria o la afanadora, a los que les dejó de pagar su
salario a tiempo, lo que provoca el desequilibrio financiero.
Hay derroche en lo suntuario, el pago de
privilegios, comidas en el Trocadero y Piquitos, donde sólo el magnate y el
narco, o el político corrupto, pueden sufragar el costo de las viandas y los
vinos. O en los viajes y hoteles de cinco estrellas. O en los días de placer
con el novio o la novia. Todo lo paga el ayuntamiento.
Hay empleados que no lo son o que sirven a
organismos de gobierno que cuentan con nómina propia. El ayuntamiento cubre
salarios de “aviadores” o trabajadores de la PGR, Profeco, las juntas de conciliación,
el Servicio Nacional de Empleo, de fiscales adscritos a juzgados y del personal
del Parque Quetzalli, el capricho de la ex diputada duartista, Mónica Robles
Barajas, del Clan de la Succión, los protectores de la diputada federal de
Morena, Rocío Nahle García.
Y hay dispendio en la partida de medios de
comunicación, fallidos hacedores de imagen que cobran por callar, por encubrir
la corrupción, por embestir a los críticos del grupo en el poder. El que más
cobra es Diario del Istmo, propiedad de los Robles, el Clan de la Succión.
Quiere el alcalde Carranza Rosaldo aplicar la
reingeniería administrativa. Que transparente, pues, quienes son beneficiarios
de la corrupción y de derroche, así tenga que tocar los intereses de Rocío
Nahle, a los Robles, a Marcelo, a Iván, Theurel y Caballero. Si no, todo es
simulación.
Detona el conflicto, el 31 de enero. Ese día,
en el patio del anexo al palacio municipal la protesta por falta de pago de dos
quincenas exhibe al alcalde de Coatzacoalcos como es.
Lo increpan. Lo retan. Demandan salarios
atrasados —retenidos, lo que es violatorio de la ley— y el pago inmediato.
Otros exigen prestaciones, aguinaldo, beneficios que les otorga la relación
contractual.
Carranza no aparece. Transcurren las horas.
Plantados desde mediodía, ven llegar la noche. Conminan a que el alcalde
Carranza enfrente el dilema, encare a su personal, explique y remedie la
situación. Y el alcalde no llega.
Agazapados, ni el alcalde de Coatzacoalcos,
Víctor Carranza Rosaldo, ni su secretario de Gobierno, Alberto Mijangos
Martínez, le dan la cara al gremio sindical. Se refugia el edil en el edificio
de Tesorería, simulando que trabaja en cómo deshacer el nudo. Pero de ahí no se
mueve ni se moverá.
Instados a ofrecer una solución, la síndica
Yazmín Martínez Irigoyen, acuerpada por el cabildo, empujada a hablar, baja al
patio, habla, ofrece, lamenta, expresa una disculpa. Y miente.
Decía que al día siguiente estarían las
tarjetas para el cobro en cajeros bancarios. A las 12 del día estaría saldado
el adeudo. Pero no es así.
Allá si Carranza trae en mente echar a los
basificados de Joaquín Caballero o a los trabajadores de confianza de salario
descomunal, los de 30 o 40 mil pesos al mes. Al trabajador sindicalizado, el
que vive al día, el que apenas come, paga renta, viste y si acaso puede pagar
la educación de sus hijos, lo impacta en su bolsillo.
Se lo dicen en las calles, marchando. Le
gritan con voz procaz: “Carranza culero, entrega mi dinero”. Y vuelven a negar
ser “aviadores”.
Otro ejemplar es el líder del Sindicato Único
de Empleados Municipales, Gersaín Hidalgo Cruz, con salario de 23 mil pesos
quincenales, que lo embiste de cara al palacio municipal. Así sea de los
privilegiados, el dirigente habla de Carranza como el títere de Rocío Nahle, de
“aviador” porque cobra por un trabajo que no sabe desempeñar, de perverso con
el personal del ayuntamiento.
Otro inservible es el secretario de Gobierno,
Alberto Mijangos Martínez. Lo suyo es crear conflictos, atizar el fuego en
colonias, maniobrar para imponer incondicionales en las juntas vecinales, usar
la sala de juntas del alcalde cuando el alcalde anda ausente, usar palabras
altisonantes cuando los ciudadanos lo increpan. Pero en el lío Carranza-SUEM no
enfrentó la protesta.
Aparece Mijangos en la foto junto al alcalde,
pero se oculta en las enaguas de la síndica si hay que encarar la ira del
personal.
Hablaba Carranza de “aviadores”. Decía que
son 343. Increpado, insultado, finalmente comenzó a matizar. Son 60, llegó a
recomponer. Y luego salió con que no son “aviadores”, los que sólo aterrizan
cada día 15 y cada día 30, sino que presuntamente están adscritos a
dependencias federales y estatales, y que lo va a investigar.
Carranza es políticamente disléxico. Dice año
3018 cuando que es 2018. Y no termina de asimilar lo que un alcalde debe ser.
Su fotografía en los cubículos del
ayuntamiento tuvo un costo de 32 mil pesos. Se siente gobernador, se siente
presidente de México. Se ha de creer Venustiano Carranza, no Víctor Carranza.
No cuenta que los salarios del cabildo son
igualmente insultantes. No dice que el salario del alcalde es de 75 mil pesos
al mes, el de la síndica 70 mil, el de los regidores, 60 mil, y entre 30 y 40
mil el de los funcionarios, muchos de ellos jubilados de Pemex, lo que duplica
sus ingresos. Y mientras el que recoge la basura gana apenas 4 mil.
Sábese que a los miembros del cabildo y su
cúpula de oro se les otorga además compensación y caja chica. Un edil en
tiempos de Marcos Theurel ganaba en promedio en números reales 130 mil al mes,
aplicando los bonos trimestrales y el bono anual.
Al alcalde la memoria le falla. Si alguien
engrosó la nómina, fue Iván Hillman Chapoy, esposo de Mónica Robles, una de las
protectoras de Rocío Nahle, la comadre que lo arrimó a la alcaldía.
En los días del ivanismo, de 2005 a 2007, se
crearon secretarías, direcciones, subdirecciones. Sin un equipo político
fogueado y conocedor, Iván Hillman llenó el ayuntamiento de amigos y súbditos.
Y al final, sin obra pública relevante, desapareció 2 mil millones de
presupuesto. Eso sí, compró el edificio Mo-Hill y su tesorero y dueño, Mariano
Moreno, inició un millonario consorcio gasolinero.
Carranza tiene en la nómina municipal 13
plazas que realizan funciones en el Parque Quetzalli, propiedad de Mónica
Robles. Sus salarios los cubre el ayuntamiento. Importan 98 mil 959.50 pesos al
mes, como se observa en el listado de sueldos de los trabajadores del
ayuntamiento.
Los empleados del Parque Quetzalli, pagados
con recursos municipales, son los siguientes:
Roberto Herrera Damián, Filiberto Castro
Pérez, Rocío Vásquez Virgen, Norma Carolina Vidal Leyva, Oscar Pablo Mendoza
Archundia (ya despedido aunque su plaza persiste), Uriel Ramos Jácome, Ana
Celia Romero Santander, Sara Gómez Sinaca, Moisés Hernández Flores, Edizon
Hernández Caamaño, Naxhielii del Carmen Entar De Jesús, José Francisco Toledo
Ordaz, Elsi del Carmen Nájera Sánchez
Otro boquete financiero es el de los medios
de comunicación. Y el rey es Diario del Istmo.
Ahí el derroche del ayuntamiento joaquinista
fue de casi 5 millones de pesos por mes.
Lidera el dispendio Diario del Istmo y sus
medios satélites —Imagen del Golfo Multimedios, DI Noticias, ya desaparecido,
Impulsos Mercadotecnia, con facturación mensual superior al millón de pesos.
Un reporte del periodista Ignacio Carvajal,
en enero de 2017, revelaba pagos para Editora La Voz de Istmo por 2 millones
245 mil 995 pesos correspondientes a los meses de julio y agosto de 2016.
Otro de los medios del Clan de la Succión, la
familia Robles Barajas, es Imagen del Golfo Multimedios. En ese período el
ayuntamiento joaquinista pagó 194 mil 999 pesos.
Uno más, Impulsos Mercadotecnia AC, aparece
con 98 mil 200 pesos.
Por mes, a la fecha, al consorcio de los
Robles se le paga más de un millón 300 mil pesos. ¿Y de qué sirve? ¿Se
prestigia la obra pública o se callan las corruptelas, el derroche, el daño al
erario?
Le aplauden a Carranza los chairos, los
pejezombies, la prensa ivanista y los que simpatizan con el morenismo. Pero eso
no es más que estridencia. En los tribunales, donde deberá dirimirse el
conflicto con el SUEM, la leperada no cuenta, el acoso y descalificación es
ignorada, la yihad pejista siempre pierde.
Si Carranza no transparenta el manejo
financiero, si no suprime las compensaciones al salario, si no cancela los
sueldos al personal del Parque Quetzalli, el capricho de Mónica Robles,
agenciándose un parque que es propiedad del pueblo, y el derroche en
publicidad, donde Diario del Istmo es rey, todo será una simulación.
Mientras, el alcalde da palos de ciego.
Archivo muerto
Justo cuando la Gendarmería llega, la
violencia vuelve a crecer. Acosado por sicarios, perseguido, Edgar Bumas
terminó su intento de fuga en un muro de Plaza 104, en el malecón, contra el
que se estrelló. Quiso huir, ingresar al estacionamiento, llegar hasta
McCarthy’s o a Terraza, pero no lo logró. Sintió las descargas en su humanidad,
las balas que lo ultimaron, los impactos que acabaron con su vida. Edgar Bumas,
un joven al que le apodaban El Chino, inscribió su nombre en la historia de
sangre que sacude a Coatzacoalcos, el flagelo que cimbra a Veracruz. Dos
personas más, sin ninguna relación con el joven asesinado, fueron alcanzadas
por los disparos, siendo trasladadas a la Cruz Roja. Fue ejecutado la tarde de
este domingo 4. Edgar Bumas es hijo de Jorge Bumas, otrora guardaespaldas del
extinto líder de la Sección 11 del sindicato petrolero, Francisco Javier
“Chico” Balderas Gutiérrez, y es actual delegado de la CTM en el municipio de
Nanchital. Opera para el dirigente regional cetemista, Carlos Manuel
Vasconcelos Guevara, ex candidato del PRI a la alcaldía de Coatzacoalcos, el
priista más cercano al candidato del PRI al gobierno de Veracruz, Pepe Yunes
Zorrilla. Bumas es la voz, los ojos y los oídos de Carlos Vasconcelos en el
área industrial, el que le maneja los contratos con las empresas que construyen
o reconstruyen plantas petroquímicas, el que controla cuanto se le paga o se le
deja de pagar a los trabajadores. Ominoso crimen el de Edgar Bumas, uno más
ligado a la CTM. Antes, la violencia alcanzó a líderes cetemistas de Villa
Allende, Agua Dulce, Las Choapas, Moloacán y a otros allegados a Vasconcelos.
Una ejecución más cuando la Gendarmería Nacional llega a Coatzacoalcos para
pacificar. Así los recibe el crimen organizado… Maniobra burda de las hordas de
Rocío Nahle, en una asonada para echar abajo la elección de militantes para
integrar la lista plurinominal de Morena. Un oficio, dirigido a la presidenta
nacional de Morena, Yeidckol Polenvsky Gurwitz —o Citlali Ibáñez, como fue
bautizada—, señala que desde el inicio del nuevo ayuntamiento “el gobernador
Miguel Ángel Yunes Linares emprendió una embestida contra el gobierno
municipal, incendiando a todo el estado de Veracruz y en particular al
municipio de Coatzacoalcos por medio del Sindicato Único de Empleados
Municipales (SUEM), encabezado por Gersaín Hidalgo Cruz, mismo que amenazó con
tomar las instituciones”. Y sostiene que no existen las “condiciones factibles
para la realización de las asambleas distritales que se efectuarán en el
distrito (sic), ya que es posible la intromisión de fuerzas externas y con el
único objetivo de desestabilizar nuestra organización política, además de
solicitar al Comité Ejecutivo Nacional y a la Comisión Nacional de Elecciones
tenga a bien tomar las medidas pertinentes para salvaguardar nuestro
movimiento”. Firman: José Ángel Echevarría Escamilla, secretario estatal de
Jóvenes; David Alemán Ocampo, secretario estatal de Trabajo; Isidro Enrique
Villegas García y Claudia Esther Balderas Espinoza, consejeros nacionales de
Morena, así como el enlace 11 Distrital Federal, José Darío Benítez Vera. Treta
vil de Rocío Nahle, vía sus huestes, reclamando su derecho a pisotear la
democracia interna de Morena, a desechar la asamblea distrital con el pretexto
de que Yunes los trae jodidos, les incendia el calzón, usa al SUEM para tomar
instituciones, algo que sólo en la mente de la yihad pejista ha ocurrido ya.
Así fue la cancelación de la elección interna de regidores, con la que la
diputada federal pudo imponer, arreglar, maquillar la planilla del pejepartido
que contendió por la alcaldía de Coatzacoalcos. De por sí, la asamblea
distrital es ilegal, pues como refiere uno de los fundadores de Morena, Rogelio
Martínez Hernández, al no haber comités municipales, donde se designa a los
delegados, por haber sido eliminados por decisión cupular, las asambleas
transgreden los estatutos. Son, diría, el Dios Peje, espurias. Incluso la
asamblea estatal es de origen ilegal. Hoy el grupo allegado a Rocío Nahle va
por el centralazo, por la anulación de la asamblea distrital (ilegal) en que la
tómbola determinaría qué militantes irán a la lista de candidatos a la
diputación federal plurinominal. Y luego, con un dedazo se consumará otro
agravio a la democracia interna de Morena en Coatzacoalcos… Lo suyo no es
servir sino servirse. Lo suyo es hacer millones. Se escucha la voz de Rendón
decir: “Aquí nos vamos hasta los huevos. Que chingue a su madre. Nosotros no
vamos a poner en riesgo millones y millones en proyectos que tú y yo vamos a
hacer”. Es uno de varios audios en que se trasluce el saqueo yunista al sistema
de agua, la simulación ética, los hampones que se atrincheran en la impunidad.
No sirven a la sociedad. Se sirven del poder. Y van por “proyectos”
millonarios, que es tan semejante o peor que lo que ocurría en el duartismo,
pues en los días de poder de Javier Duarte todo Veracruz sabía de su capacidad
para robar, y robó, pero ahora se pregona el cambio, la virtud y la honestidad,
y los que llegan a los cargos públicos se enriquecen en tiempo récord y
enloquecen exhibiendo sin pudor lo que la uña filosa les da. Primer día, primer
audio, primer espionaje. Y viene más…