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Recula en tema de los “aviadores” *
Mayoría en el cabildo lo confronta * La
síndica se excedió contra regidor *
Tesorero podría irse * Joaquín apoyaba
con 200 mil: malandro zeta * Mina: engaño al alcalde * Las mil 500 despensas no estaban
caducas * Ariel: lo confunden con
Wong * Y en las redes lo linchan * Renato Tronco: caravana de miedo.
Mussio
Cárdenas Arellano | 08 febrero de 2018
Tribuna Libre.- A dos fuegos, el alcalde Carranza va camino
al martirio. Empinado por los suyos, acusó al menos 343 “aviadores” en la
nómina municipal y salarios descomunales de funcionarios que sangran al erario,
y prometió echarlos. Hoy dice que siempre no.
Usado por el morenismo que lo circunda —y lo
tripula—, emprendió su reingeniería administrativa centrado en que la nómina
obesa le resta margen de operación. Ningún desarrollo podría llegar a
Coatzacoalcos. Ningún recurso le podría alcanzar.
Tomó, pues, la tijera e inició la cruzada
antiaviación. Y mientras emprendía la gesta, dejaba a los 343 empleados sin el
cobro de los salarios de enero.
Sin conceder el derecho de audiencia, sin
escuchar al empleado afectado, sin cubrir lo que indica la norma, eso es
retención de salarios. Y es delito. Y el alcalde lo sabe.
Semanas atrás, la cúpula de Morena pregonaba
que una vez en el poder le asestarían un golpe demoledor al Sindicato Único de
Empleados Municipales, que dejaría abiertas las plazas para que con cargo al
erario las huestes morenistas operaran el voto para Andrés Manuel López
Obrador. Ufanos, los regidores electos y los futuros funcionarios festinaban la
embestida contra el gremio sindical.
Víctor Manuel Carranza Rosaldo, que en Pemex
lidió con un sindicato charro que no da problema, el de los petroleros, desde
su superintendencia de Recursos Materiales en el complejo petroquímico
Cangrejera, ahí donde las compras son un “bisnes” monumental, donde al hoy
secretario del ayuntamiento, Miguel Pintos, dueño de Corporación POAN, le caían
contratos a granel, tendría que embestir al SUEM.
Y así ocurrió.
Carranza no es tonto aunque por momentos
parezca que sí. Mañoso, tramposo, en el día ocho del conflicto, cuando enfrenta
una huelga de brazos caídos, la recolección de basura a medio realizar, los
servicios municipales sólo en el Registro Civil, en las cajas de recaudación de
la Tesorería, mientras el malecón permanece a oscuras, simula que puede ceder.
Ya no son 343 “aviadores” sino unos 60 o 70.
Y aún así lo tendrá que demostrar.
De memoria corta —“¿Cómo se llama mi hija”?—
y lengua larga, el alcalde Carranza finge olvidar que el 3 de enero categorizó
a los 343 empleados como “aviadores” y ofreció echarlos de la nómina y
reducirle el salario a los trabajadores que perciben de 30 a 40 mil pesos.
Hoy dice que dice que nadie los puede llamar
así.
“Pedí una relación de las personas —precisa—
y eran trabajadores que estaban en otras dependencias y desafortunadamente en
la primera quincena no asistieron a recoger su salario y no estaba identificado
dónde estaban. Vamos a buscar algún acuerdo para que el municipio pueda pagar
el salario”.
O sea, acusó sin saber. Denostó a mansalva,
ajeno al contenido de la nómina que claramente establece el nombre del
empleado, ficha, salario, categoría, área en que desempeña su función.
Carranza los “halló” un mes después, cuando
el sindicato y su líder Gersaín Hidalgo Cruz lo increpa, cuando el gremio
marcha y proclama, entre gritos y mentadas, y el escarnio: “Carranza culero,
regresa mi dinero”.
Alguien sigue cuenteando al alcalde de
Coatzacoalcos. Dice Carranza que esos 343 “aviadores” son en realidad empleados
comisionados en dependencias estatales. También la cifra es falsa. O no le
informaron bien.
Según la nómina del ejercicio 2017, son once
instituciones y el Parque Quetzalli, el parque del DIF robado al pueblo, el
capricho de la ex diputada duartista Mónica Robles Barajas, en los que prestan
sus servicios los trabajadores comisionados.
Condusef —Comisión para la Defensa de los
Usuarios de los Servicios Financieros— dispone de tres empleados; Relaciones
Exteriores, ocho; Secretaría de Educación de Veracruz, 20; reclusorio regional
Duport Ostión, 27; Junta de Conciliación número 16, 13; Junta de Conciliación
8, siete; Junta de Conciliación 15, siete; Procuraduría General de la
República, 4; Profeco, dos; Fiscalía estatal adscrita al Juzgado Menor, dos, y
Servicio Nacional de Empleo, uno.
Al Parque Quetzalli le son asignados 13
empleados, cuya nómina importa 98 mil 959.50 pesos al mes y que es cubierta con
recursos municipales.
En suma, son 107 empleados municipales
comisionados en dependencias estatales y federales y en el Parque Quetzalli.
¿De dónde sacó el alcalde Carranza que los
343 “aviadores” laboran en instituciones oficiales?
Pactó con el SUEM retomar los servicios
municipales clave a cambio de que se liberen los salarios retenidos. Pero no
cumple. Y advierte el líder sindical, Gersaín Hidalgo, que lo que sigue es la
toma de dependencias hasta que libere los sueldos detenidos.
Despertó este martes 6 con otro golpe letal.
Ocho de los 15 integrantes del cabildo lo arrinconan, lo orillan, lo sacuden
cuando le recuerdan que en el municipio el cabildo es la máxima autoridad.
Y lo instan a, junto con el SUEM, “dejar de
lado los conflictos políticos que nos tienen en un estado de ingobernabilidad;
exigimos a ambas partes conciliar a la brevedad posible para dar fin a esta
problemática”.
Otra despistada, la síndica Yazmín Martínez
Irigoyen, había advertido que se presentaría una denuncia contra el regidor
Francisco Díaz Juárez, de Nueva Alianza, propuesta del SUEM, por presunta
violencia de género y acoso contra la directora de Recursos Humanos, Susana
Morales.
Más activista que síndica, Martínez Irigoyen
es conminada a respetar la investidura del regidor.
“Solicitamos que reconsidere esta postura
debido a que el regidor Francisco es una persona honorable y respetuosa, y con
dichas acusaciones podría ocasionarle un daño moral”. Y el daño moral, una vez
acreditado, se paga en millones.
Conminan a Carranza a que “antes de tomar
cualquier acción o decisión que emprenda esta administración municipal, de la
cual formamos parte, sea planteada en sesión de cabildo”, en términos del
artículo 28 de la Ley Orgánica del Municipio Libre, que establece que es el
cabildo la máxima autoridad en el municipio.
Y lo exhortan a realizar una sesión de
cabildo extraordinaria, compareciendo el líder del SUEM, para encontrar una
solución, “toda vez que hasta el momento este cabildo no tiene información real
y verídica, lo único que es de nuestro conocimiento, es lo que se presenta en
redes sociales”.
Y una virtual amenaza:
“Debido a que las malas decisiones tomadas
desde el inicio de esta administración han generado esta problemática, como es
el caso de la directora de Derechos Humanos, que en reiteradas ocasiones ha
demostrado su falta de capacidad e ineficiencia para desempeñar el cargo que
ostenta, haciendo también responsable al tesorero municipal de esta falta, por
lo que solicitamos también se someta como punto de acuerdo en la misma sesión
extraordinaria de cabildo la permanencia de ambos funcionarios”.
Horas después, una reunión de ediles sirvió a
Carranza para dar la imagen de que el cabildo lo respalda. Pero no hay tal. El
apoyo es a la reingeniería administrativa, pero “salvaguardando los derechos
laborales del personal sindicalizado que realmente se encuentran desempeñando
sus funciones en las diferentes áreas de la administración municipal, luego de
las observaciones a la plantilla laboral sindicalizada”, dice el comunicado
oficial.
Por si Carranza no lo asimila, la revuelta ya
comenzó. Medio cabildo acusa “ingobernabilidad”, falta de comunicación,
decisiones unilaterales, acusaciones de la síndica a un miembro del cabildo y
la advertencia que lo denunciará, falta de respeto a los trabajadores
sindicalizados y que el tesorero y la directora de Recursos Humanos se tienen
que ir.
Y el alcalde recula. Ahora lo hacen decir que
los 343 “aviadores” laboran en dependencias estatales y federales cuando que en
realidad son 107. ¿Y los otros 236 dónde los dejó?
A dos fuegos, el de sus adversarios y el de
casa, Carranza va rumbo al martirio. Lo empinan, le mienten, lo usan. Lo
tripulan y lo sumen en un conflicto que desgasta, perdiendo el control del
cabildo, sin mayoría ya, advertido que su tesorero se tiene que ir.
Alguien, peor que él, lo empinó.
Archivo muerto
“Era malandro. Me metí a trabajar con los
zetas —dice el “Deivid”—. Me dedicaba a la extorsión, robo de vehículos,
andábamos secuestrando, andábamos robándole a la gente en Coatzacoalcos. Éramos
uno de los principales operadores ahí en Coatzacoalcos”. Es David Arévalo Pérez
y su video impacta en Veracruz. Cita nombres, el del ex alcalde Joaquín
Caballero Rosiñol, el del ex regidor perredista Alejandro Wong, el de Ortiz,
quizá el célebre empresario camionero, Ramón Ortiz, el de comandantes y otros
malandros como él. “Trabajé con muchas personas. Por ejemplo con mi Comandante
Cachorro, el Comandante Robles, el Comandante Caballero, con varias personas
que se mezclaron a nivel político”. Y apunta: “Después que salí del Cereso
(Centro de Readaptación Social) ya no trabajé porque me apoyaron varios
políticos, entre ellos el doctor Alejandro Wong Ramos, el señor Ortiz, que era
el que compraba todas las varillas y el combustible robado”. Del ex alcalde de
Coatzacoalcos, Joaquín Caballero, el “Deivid” cuenta: “Era el que nos pagaba
una cuota semanal. Nos daba 200 mil pesos a la semana y ya de ahí se fue
desgranando porque ya no tenía tanto dinero. Nos daba 30, 40, 50 mil pesos.
Pero pues sí apoyaba al movimiento, se podría decir”. Y da los números de
patrullas, elementos policíacos, comandantes: “Tenía un amigo en la Policía
Ministerial que le decían La Cuija”. Admite el “Deivid” que hasta los jefes
policíacos estatales lo apoyan: “El Comandante Orus”, de la patrulla 1563. Así
como el “Deivid”, hablaba Zeferino Almendra Delgado, alias “El Sicario”, de la
banda de Hernán Martínez Zavaleta, alias Comandante H, y saliendo del penal
Duport Ostión, bajo fianza, fue ejecutado… Así, categórico, dice Nicolás Reyes
Álvarez: son mil 500 despensas caducadas e incompletas. Y así, con notario, le
demostraron que no. Su boletín de prensa rezaba: “Después de detectar 1,500
despensas caducas e incompletas que serían entregadas a las familias más
vulnerables de Minatitlán, don Nicolás Reyes Álvarez instruyó a personal de
salud para supervisar los productos que llegan al municipio y devolver a
Gobierno del Estado las que no se encuentren en condiciones óptimas de
consumo”. Y arrancó la maquinaria que politizó el supuesto hallazgo de un
suministro de leche en mal estado, leche descompuesta, leche agria, mala leche.
Exhibía el operativo del alcalde de Minatitlán un paquete de Nutriland con el
dato que suscitó el escándalo: 18 de enero de 2018. O sea, caduca. Convocados
los medios de comunicación, a lo largo del lunes 5 se viralizó el conflicto,
acusando al gobierno yunista de enviar producto en mal estado a Minatitlán. Ese
día, tras una revisión, personal de Protección Civil estatal y de Secretaría de
Gobierno constató otra verdad: ninguna de las mil 500 despensas había caducado
y sólo se halló un bote de leche en buen estado. Pregonaba el alcalde Reyes
Álvarez que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares lo conminó a retractarse,
so pena de retirar a los elementos del Mando Único Policial a partir de las
00:00 horas del martes 6. Según el alcalde, Yunes le expresó: “Nicolás, a
partir de las 00:00 horas ordenaré el retiro de la vigilancia que realiza la
Policía Estatal y resuelvan ustedes el tema de la seguridad, porque esa es una
atribución del Ayuntamiento”. Más tarde que también lo intimidó el secretario
de Seguridad, Kaimé Téllez Marié. Y en la Cámara de Diputados, la coordinadora
de Morena, arremetió contra Yunes, instando a la Junta de Coordinación Política
a solicitar que el gobierno federal se haga cargo de la seguridad en
Minatitlán. Verificadas ante notario, las mil 500 despensas no están caducas ni
contenían litros de leche. Acusa Yunes que la leche hallada, con fecha de
caducidad vencida, fue sembrada. Y la seguridad pública no ha sido retirada. Y
en los teléfonos de la prensa no deja de escucharse el lamento del círculo
cercano al alcalde Nicolás Reyes: “Échame la mano para salir de ésta”… Una
foto, subida por Carlos Zamudio, describe a Alejandro Wong captando policías y
navales en los bajos del palacio municipal. “Alejandro Wong, conocido operador
político del PRD en Coatzacoalcos, es captado por la cámara de algunos
periodistas durante el mitin de Gersaín Hidalgo, líder del SUEM-Coatza, durante
el cual amenazó quemar el palacio municipal. ¿Coincidencia?”. Pero el personaje
captado no es Alejandro Wong sino el periodista Ariel Hernández Díaz,
corresponsal de Uninoticias en la radio de Xalapa, reportero del portal El
Círculo y comentarista en La Noticia en el Café, de Olmeca TV, un comunicador
respetado en el medio. Ariel Hernández de inmediato replicó. Le inquieta ser
confundido con el ex regidor Alejandro Wong, sobre el que pesan amenazas en
narcomantas y hoy en un video en que un malandro, David Arévalo Pérez, alias El
Deivid”, señala que es de los políticos que apoyan a Los Zetas. Ariel Hernández
publicó una carta aclarando no ser el personaje de la fotografía y Carlos
Zamudio ofreció una disculpa pública y se refirió al texto “que no debía haber
posteado”. Mientras, en grupos que se mueven en redes sociales, el linchamiento
tomaba forma. “Perverso”, “Ahí está uno de los provocadores”, arremetían y así
la ira de los morenistas. Nunca habló la regidora Eusebia Cortés Pérez ni hizo
más su auxiliar, Carlos Zamudio. Y el linchamiento en WhatsApp continúa. Sábese
de la constitución de “grupos conscientes del proyecto” para adoctrinar
morenistas y “para aclarar lo que viene” y descalificar y atacar periodistas. Y
esa instrucción viene del alto mando de Morena. Una conversación en que toma
parte la diputada Nahle lo demuestra. Y la tengo. ¿Quién sigue?… Torvo él, torvos
sus matarifes, Renato Tronco ya siente que Coatzacoalcos está a sus pies. Reúne
a más de 300 mujeres en restaurant Hidalgo Carrión, la mañana del viernes 2. A
esa hora no hay servicio al público y el caciquito de Las Choapas es quien
manda y dispone ahí. Hay panistas y priistas, promotoras sociales, militantes
de Morena que trabajaron para que Víctor Carranza fuera alcalde y en el
ayuntamiento no le dieron cabida. Afuera del lugar y por donde va, se desplaza
un convoy de camionetas de uso rudo. Donde Renato llega, sus hombres controlan
el paso de personas, el tráfico vehicular, con el porte del que vive en el
campo, el sombrero, las botas, el atuendo de mezclilla, la camisa a cuadros y
esa mochila sobaquera que hace presumir que ahí traen la que hace pum-pum.
Contenderá Renato Tronco por la diputación federal de Coatzacoalcos, otro
duartista en el proyecto yunista azul, bajo la coalición PAN-PRD-Movimiento
Ciudadano. Y si llega a ganar —o a robarse la elección, que es lo que mejor le
sale—, el miedo va a dominar las calles…