José
Miguel Cobián | 14 mayo de 2018
Tribuna Libre.- Cuando veo a alguien presumir que no va a
votar por Morena, e insiste en votar por los mismos de siempre, trato de
entender sus razones, las cuáles son muy válidas, pues hará uso de su
voto. Vamos a tratar de entenderlos:
Algunos votan por conveniencia propia tal
como se ha comentado en un artículo anterior de este tundeteclas. Otros más caen en el engaño de la falsa
publicidad del miedo que trata de equiparar al futuro gobierno de Andrés Manuel
con el actual estado fallido de Venezuela, esos son ignorantes que se dejan
manipular una vez más por la propaganda oficial. Hay un tercer grupo, el más interesante, el
grupo que no quiere un cambio en la vida del país porque está contento con:
1. La
política de pérdida de poder adquisitivo del salario, que hoy compra menos del
30% de lo que compraba en 1980. Año con
año se ha reducido a propósito el poder de compra de los salarios. Eso agrada a algunos y quieren seguir así.
2. 40
años perdidos de combate a la pobreza.
El porcentaje de pobres casi no ha variado, lo cual muestra el fracaso
de las políticas económicas.
3. No
importa que haya tanta inseguridad. Tal
parece que están contentos con los muertos y los heridos, los asaltos y los
secuestros. Por eso quieren continuar
por el mismo camino del fracaso de los últimos doce años.
4. No
importa que asalten trenes o que asalten autos, autobuses y camiones de carga
en la vía económica más importante del país.
Eso lo ven normal, como normal es que la autoridad no haga absolutamente
nada para remediarlo.
5. Se
ha reducido la actividad económica en todo Veracruz y en medio México debido a
la inseguridad. Ni siquiera porque les
afecta en sus bolsillos quieren un cambio.
6. Las
privatizaciones han beneficiado únicamente a los grandes hombres de negocios,
esos que dirigen la política económica de México y le dan instrucciones al
presidente en turno. A pesar del daño a
la nación, hay muchos medianos empresarios, que se siente parte de la élite sin
serlo, y por eso mismo no quieren ningún cambio. Son los wannabees, quieren ser como los de
arriba y por eso los defienden, aunque de arriba ni los volteen a ver, salvo
cuando requieren de la firma de su
cámara de industria o comercio de pueblo, para atacar a un candidato.
7. Los
que no quieren un cambio, se sienten felices con los sistemas de salud
mexicanos, principalmente porque no los utilizan, y no tienen idea del
viacrucis diario de pacientes y médicos ante la escases de medicinas,
instrumental, equipo y hasta camas en los hospitales y quirófanos. No hay la mínima solidaridad con los que
menos tienen.
8. Esos
que no quieren un cambio, compran sus productos en las cadenas de
supermercados, que poseen esos mismos señores que se han beneficiado de
convertir al país en su negocio personal.
Nada saben de las carencias del campesino, del jornalero que vive con
cien pesos diarios. Ni les importan, por
eso no sólo no quieren un cambio sino que hasta le temen.
9. Los
que no quieren un cambio son machistas sin saberlo, por eso desconocen que la
mujer que trabaja gana menos que el hombre en puesto igual, que ellas sufren el
acoso y la violencia, y que México es un país con un elevado número de
feminicidios. Eso no lo ven desde su
comodidad. Por eso no quieren un cambio.
10. Esos
que no quieren el cambio, piensan que los miles de millones de pesos de apoyos
al campo, llegan a los campesinos.
Desconocen que entre las burocracias de SAGARPA, SEDESOL, y el resto,
junto con los líderes campesinos se quedan con la mayoría de ese dinero. No saben que de cada peso en programas para
el campo, sólo llega a manos del campesino el 7%, es decir siete centavos. Y
como no saben, no les interesa un cambio.
11. Hay
muchos mexicanos que creen que la lucha contra la corrupción está perdida. O
peor aún, se siente más cómodos en un país corrupto. Por eso no les interesa que miles de millones
de pesos se pierdan por corrupción, que miles de vidas se pierdan por corrupción,
que millones de mexicanos tengan un nivel de vida inferior al que pueden
alcanzar, debido a la corrupción. Como
están muy cómodos con la corrupción no quieren ningún cambio. Es más, niegan que exista la corrupción en
aquéllos candidatos y partidos que apoyan.
12. Esos
que se espantan cuando alguien habla de legalizar el cultivo de amapola en
Guerrero para vender sus derivados en el mercado mundial de manera legal, son
los mismos que se molestan cuando los campesinos literalmente muertos de
hambre, protestan bloqueando alguna carretera.
Para el que va en auto, es muy cómodo molestarse porque le violentan su
libertad de tránsito, sin pensar que es mucho más violento que en un país como
México exista gente que muere de hambre el día de hoy.
13. Esos
que se espantan cuando alguien les dice que otorgará amnistía a esos mismos
campesinos que cultivan amapola, una vez que les oriente y apoye para realizar
otros cultivos que les otorguen un ingreso similar a los seis mil pesos al mes
que hoy reciben por cultivar amapola, son los mismos que piensan que debería de
llenarse cada cárcel por aquéllos que delinquen, aunque lo hagan por necesidad
o por sobrevivencia. Recordemos que si
no cultivan la amapola para las bandas de narcos, éstos acaban con la vida del
campesino y de toda su familia.
14. No
votan por un cambio, quienes observan que la autoridad no existe, ni en las
calles, ni en las carreteras, ni en las vías férreas, dónde cualquiera puede
ser asaltado y vejado. A sabiendas de
que ejército, marina, policía federal, policía estatal y policía municipal
fingen realizar sus labores de seguridad, cuando los resultados hablan por sí
mismos y demuestran que o no hacen su trabajo o están coludidos con los
criminales para perjudicar a los ciudadanos.
Podría llenar hojas y hojas explicando por
qué razón no buscan el cambio. Quizá la más importante es que están ciegos o no
aman a México.