Tijuana, B.C. | 21 mayo de 2018
Tribuna Libre.- A Tijuana, una de las
fronteras más calientes del mundo por el alto volumen en el cruce de mercancías
entre Estados Unidos y México y también por el tráfico de personas y drogas,
los candidatos intentaron definir sus posiciones en la política exterior y
protección a migrantes que mantendrán en caso de llegar a Los Pinos, pero
sobretodo en cómo manejar la relación con el presidente Donald Trump.
En el segundo debate presidencial, de 120
minutos, el tema de los derechos de los migrantes estuvo más álgido de lo
esperado para los cuatro aspirantes a suceder a Enrique Peña Nieto en Los
Pinos.
Ricardo Anaya Cortés, Andrés Manuel López
Obrador, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez Calderón tuvieron que responder a
preguntas muy incómodas de los dos moderadores y de seis de las 42 personas del
público que conformaron la audiencia en la Universidad Autónoma de Baja
California, un ejercicio realizado por primera vez en la historia de los
debates presidenciales mexicanos.
A Tijuana, una de las fronteras más calientes
del mundo por el alto volumen en el cruce de mercancías entre Estados Unidos y
México y también por el tráfico de personas y drogas, los candidatos intentaron
definir sus posiciones en la política exterior y protección a migrantes que
mantendrán en caso de llegar a Los Pinos, pero sobretodo en cómo manejar la
relación con un presidente estadounidense, Donald Trump, ampliamente reconocido
por su racismo, xenofobia y descalificaciones hacia los migrantes -a los que
recientemente tildó de “animales”- y que además ha utilizado como pretexto para
mantener viva su intención de levantar un muro fronterizo; por ejemplo, cuando
supo de una caravana que partió de Honduras y Nicaragua para cruzar a la Unión
Americana desde Tijuana.
El Gimnasio de los Cimarrones de la UABC fue
el escenario en que los cuatro candidatos se dejaron ir con más agresiones
políticas que propuestas, los cómo y concordia, tanto que llegó un momento en que
el segundo debate del Instituto Nacional Electoral el ambiente se tornó de
crispación.
Ricardo
Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente
Ricardo Anaya abrió su participación en este
segmento con la afirmación de que en un año aumentó en 40% el número de
deportaciones de mexicanos y que el perfil de los deportados ha cambiado;
ahora, dijo el candidato panista, el gobierno estadounidense empezó a regresar
a sus naciones de origen a migrantes con más de 30 años de residencia en ese
país.
Hizo entonces una alusión a los dreamers, los
migrantes que llegaron de infantes al territorio de la Unión Americana e
hicieron su vida. Reconoció que en el gobierno de Obama hubo más deportaciones,
pero con la administración Trump todo puede pasar con las “ocurrencias” del
presidente que hoy despacha en la Casa Blanca.
Anaya aprovechó para atacar a Andrés Manuel
López Obrador de que promueve un discurso de no desdeñar lo mexicano, pero
envío a su hijo a estudiar a España y de Meade señaló que cursó estudios de
posgrado en Estados Unidos y ahora ataca las acciones del gobierno Trump.
El candidato panista, en una actitud
beligerante, fue quien mejor supo manejar sus tiempos asignados durante el
debate en Tijuana. Así fue que atacó a sus oponentes y presentó propuestas para
los migrantes, como aumentar presupuestos a los consulados de México en Estados
Unidos para fortalecer la protección jurídica y prometió además abrir un
espacio en el Congreso de la Unión para que la voz de los migrantes se escuche
entre los legisladores mexicanos.
Lanzó también un guiño a organismos
multilaterales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, al decir
que son instituciones “de potencia y fuerza” de donde han salido historia de
éxito a favor de los migrantes.
Andrés
Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia
López Obrador dijo que abatiendo la
corrupción y creando nuevas fuentes de empleo se abre una oportunidad para que
la migración se contenga. Sostuvo que brindar apoyo a naciones centroamericanas
puede frenar en buena parte a la migración que se genera en esa región del
mundo hacia los Estados Unidos y que utiliza a México como vía de tránsito.
El candidato morenista indicó que de llegar a
Los Pinos nombrará a Elicia Bárcenas como embajadora de México ante la ONU para
defender a los migrantes ante las actitudes que ha tomado Donald Trump sobre
los migrantes. Y en territorio nacional, agregó, se crearán políticas para
re-insertar a la vida laboral y social a los mexicanos que decidan volver al
país; que sean miembros activos de sus comunidades de origen.
Para el también abanderado del PES y el PT,
es posible convertir a los 50 consulados de México en territorio estadounidense
en órganos de gestoría a favor de los migrantes y “si es necesario, vamos
acudir a la ONU para defender los derechos de los migrantes (…) Con Estados
Unidos, una relación de amistad, pero no de subordinación”, dijo López Obrador
en un tono más amistoso, en comparación con la beligerancia de Anaya Cortés.
José
Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México
El segundo debate del INE pudo haber sido la
oportunidad para que José Antonio Meade se luciera. En todos los temas el
candidato del PRI tenía conocimiento de la materia por haber sido secretario de
Relaciones Exteriores y de Hacienda.
Sin embargo, el abanderado se dedicó a
cuestionar más los recursos por 3,000 millones de dólares que recibe el partido
Morena del INE.
Meade indicó que está en el ámbito de las
autoridades locales generar oportunidades para retener a los mexicanos a sus
comunidades de origen. Las ciudades fronterizas, dijo el candidato del PRI,
conocen como pocas en la República mexicana lo que es competir con sus vecinas
de Estados Unidos y por ello reconoció su esfuerzo y espíritu emprendedor, pero
no pudo formular alguna promesa en su favor.
En sus últimas intervenciones, despotricó
contra Ricardo Anaya por atacarlo previamente con el tema de sus estudios en
Estados Unidos. “Se necesita ser cínico para ser presidente de la Cámara de
Diputados, sin haber logrado un resultado en beneficio de los migrantes y para
venir a pontificar… se necesita ser cínico para conocer Atlanta y no los
consulados”, lanzó José Antonio Meade en uno de sus momentos de brillantez.
Jaime
Rodríguez Calderón, candidato independiente
El candidato independiente fue una sorpresa
esta noche. Creció en comparación con el candidato priista. Dijo que es posible
apoyar a los dreamers que decidan radicar en México, por ejemplo, con los
12,000 millones de pesos que gastan los partidos políticos cada año. Y cuando
tuvo que opinar sobre la construcción del muro de Trump, “El Bronco” argumentó
que el gobierno de México debería también cobrar a Estados Unidos por los
mexicanos que se educaron en este lado de la frontera, pero los resultados los
cosecha Estados Unidos por la migración de esas personas.
Estando en Tijuana, Jaime Rodríguez aprovechó
para ganar simpatías y prometió más recursos para las ciudades de la frontera
norte y sur, enviando 50% de los presupuestos a las plazas fronterizas para
“potenciar” sus economías.
“(¿Aceptar pagar el muro?) Cobraríamos a
Trump lo invertido en esos migrantes; son más de un millón que fueron educados
en México, que tuvieron salud, educación, que fueron trabajados por México y
ahora trabajan en Estados Unidos y no le cobramos nada”, recalcó El Bronco.