Tribuna Libre.- El presidente Andrés Manuel López Obrador
encabezó ayer por la mañana la Salutación a las Fuerzas Armadas en el Campo
Marte, acompañado de los secretarios de la Defensa Nacional (Sedena), general
Luis Cresencio Sandoval González, y de la Marina Armada de México (Semar),
almirante José Rafael Ojeda Durán.
Este es el primer encuentro que tiene López
Obrador como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y
comandante supremo con las Fuerzas Armadas. La ceremonia se efectuó a partir de
las 10:00 horas en el Campo Deportivo Militar Marte, de la Ciudad de México.
Por la tarde, el Ejecutivo federal visitó la
ciudad de Xalapa, Veracruz, donde realizó
su primera gira al interior de la República donde sostuvo un encuentro masivo
en la Plaza Lerdo, a las 17:30 horas, en compañía del nuevo gobernador de
Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, donde se expondrán ante los veracruzanos
los proyectos y obras que iniciarán esta semana en la entidad en beneficio de
la población.
MÉXICO
FESTEJA LA PRESIDENCIA DE LÓPEZ OBRADOR
La euforia, la música, los banderines al
aire, los cánticos y, sobre todo, las ilusiones intactas por un México mejor se
desplegaron en un multitudinario acto popular en el Zócalo de la capital del
país para festejar la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López
Obrador.
La gente llegó a la plaza principal frente al
Palacio Nacional para escuchar el discurso del primer presidente izquierdista
en varias décadas, que reiteró su postura antineoliberal y en favor de las
clases más desfavorecidas.
En medio del júbilo, no faltaron los puestos que
ponían a la venta objetos como muñecos de trapo o llaveros con el rostro del
nuevo jefe de Estado, algo más propio de un superhéroe que de un político.
También había a la venta banderas del
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido político con el que López
Obrador ganó por mayoría absoluta en los comicios del pasado 1 de julio.
Después, los ciudadanos agitaron con fuerza
las banderas mientras entonaban el ya mítico cántico “Es un honor estar con
Obrador”.
Pudieron verse también grupos de baile
tradicional procedentes de los estados de Oaxaca, Morelos e Hidalgo, entre
otros, haciendo gala de coloridas vestimentas y de un ritmo imparable.
Aunque el sol golpeaba fuerte, no impidió que
la gente se aproximase al escenario en el que grupos como Calle 13 o la soprano
Regina Orozco hicieron bailar a cerca de 120.000 personas.
Más adelante se celebró una ceremonia en la
que representantes de los 68 pueblos indígenas mexicanos entregaron el bastón
de mando de sus comunidades al nuevo presidente, en un acto lleno de misticismo
en pleno Zócalo.
En la ceremonia se hizo un ritual de
purificación en el que López Obrador recibió un crucifijo de los representantes
de los pueblos indígenas y se arrodilló para recibirlo.
“Reciba de nuestras manos y a nombre de
nuestros pueblos este símbolo que lo guiará, y recuerde que los pueblos
indígenas le entregamos nuestra confianza y nuestro compromiso”, dijo Carmen
Santiago Alonso, representante de los pueblos originarios.
Posteriormente llegó el esperado discurso de
López Obrador, que estrechó las manos de la multitud en su ascenso hacia el
escenario. “Estamos por iniciar lo que bien podríamos llamar una modernidad
forjada desde abajo y para todos”, aseguró.
Agregó que su misión es crear un México en
que quepan todos “sin importar creencias, clases, organizaciones, partidos,
sectores económicos o culturales”.
Entre la multitud, Antonio Galán, quien venía
acompañado de su familia, dijo a Efe que México está viviendo “un momento histórico”.
“Han tenido que pasar casi 80 años para que
un gobierno realmente representante del pueblo pudiera llegar al poder”,
celebró emocionado.
Opinó que, en esta ocasión, “no se trata solo
de un cambio de gobierno, sino una apertura de la esperanza que tenemos todos
los mexicanos”.
También se mostró confiado en que lo sucedido
en México “fluya hacia el sur” y empiecen a surgir ideologías similares en
otros países de América Latina.
Confesó que su frustración por fin terminó,
luego de varias décadas votando por la izquierda, con la victoria siempre
esquiva.
En esta línea, Lidia Amezcua, enfundada en la
vestimenta granate característica de Morena y seguidora de López Obrador desde
1998, contó que en esa misma plaza vivió la tristeza por las derrotas del ahora
presidente en 2006 y 2012.
“Es la victoria no de Andrés Manuel, sino de
todo un pueblo que sembró su esperanza y la fe en que sí podíamos cambiar y
transformar el país”, expresó entre sudor y júbilo, con dos banderas de México
en las manos.
Por su parte, Amairani Avendaño, joven
tabasqueña que estaba allí sujetando una pancarta en la que declaraba su amor a
su paisano, dijo sentirse ilusionada por el futuro de la juventud.
“Hay gente que piensa que por su edad (65
años) no tiene la capacidad de llevar este país y conectar con los jóvenes,
pero él nos va a apoyar”, dijo, una idea respaldada posteriormente por López
Obrador en su discurso.
El colectivo Lésbico, Gay, Bisexual,
Transexual (LGBT) también mostró su ilusión con el nuevo gobierno, ya que en
los meses previos a esta investidura Morena ya creó la Comisión de Diversidad
Sexual y dos mesas de trabajo dentro de esta, comentó a la coordinadora del
movimiento feminista Mujeres Diversas, Gloria Davenport.
María Clemente, también activista y
presidenta de la asociación Agenda LGTB, añadió que “López Obrador ha dado un
mensaje claro de que sí se va a trabajar a favor de la diversidad sexual”.
Algo que reafirma esto es que la maestra de
ceremonias del festejo era la senadora Jesusa Rodríguez, abiertamente lesbiana.