“Todo está atado y bien atado para el futuro”
Francisco Franco
Eduardo de la Torre Jaramillo | 23 marzo de 2013
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Tribuna Libre.- Cuando tomó carta
de naturalización el pluralismo político y por ende los triunfos electorales de
la oposición en los gobiernos municipales desde 1997 en Veracruz, se abrió un
proceso de liberalización política que fue tolerado y aceptado por los
gobernadores Patricio Chirinos Calero y Miguel Alemán Velasco, sobresaliendo la
apertura democrática con el primero; hacia 2004 se produjo el primer gobierno
dividido y/o compartido siendo gobernador Fidel Herrera Beltrán; posteriormente
en la elección intermedia de 2007 se dio una regresión autoritaria que fue
desdibujada en la elección de 2010 por el voto y la participación de la
ciudadanía veracruzana, esto lo resalto porque no fueron ni los partidos
políticos ni los candidatos los que se han manifestado tener y sostener valores
cívicos y democráticos.
Actualmente,
Veracruz experimenta un proceso político inédito que lo podríamos definir como
la irrupción de la “falange veracruzana”, ésta no es producto de un proceso de
racionalidad política estatal, sino es una reacción emocional o visceral desde
el poder político local; la cual está compuesta por una organización táctica de
mercenarios cuya ideología es el
fascismo tropical que se autodefine por
ser antidemocrático y antipluralista, el cual busca la permanencia en el poder
estatal bajo un programa netamente fascista, donde figuran rasgos como el
autoritarismo, el catolicismo, la cancelación de libertades (ideas, opinión,
reunión) violencia institucionalizada, adquisición completa de partidos
políticos (dirigentes, consejos políticos estatales, representantes ante
órganos electorales locales y federales, diputados locales, etc.), la mayoría
de medios de comunicación que deben estar dirigidos por “centinelas fascistas”,
empresarios de Córdoba y Veracruz que otrora fueron democráticos, hoy se
convirtieron en los nuevos aliados de la falange.
Todo lo anterior
se fue gestando desde el sexenio pasado cuando se fue introduciendo
paulatinamente el veracruzanismo o chauvinismo a través de un himno de Veracruz
para dotarle de una cierta identidad a ese movimiento político no tan amorfo.
Pero, ¿quiénes son los integrantes de la falange veracruzana?:
a) Los cinco consejeros electorales y el
secretario ejecutivo de la secretaría de elecciones, llamado eufemísticamente
Instituto Electoral Veracruzano,
b) Los tres magistrados electorales
locales,
c) La mayoría de diputados locales que
avalaron la sobrerrepresentación del 16% y aprobaron una contrarreforma
electoral convertida en código electoral,
d) La penetración hacia el TEPJF hacia dos
de sus tres magistradas electorales,
e) El ejército mercenario de reserva en el
PRD,
f) La no alianza de partidos políticos
dizque de izquierda como el PT y MC, el primero ni siquiera tiene registro
local desde 2010, y el segundo en la elección federal de 2012 tampoco alcanzó
con sus votos el registro, bien podrían ser llamados esquiroles de la democracia
veracruzana,
g) La uniformidad premoderna de la
información en la mayoría de los medios de comunicación,
h) Los institutos (más nunca partidos)
políticos estatales llamados AVE y Cardenista,
i) Las Asociaciones Políticas Estatales
que firmaron una coalición con el PRI,
j) La mayoría de los medios de
comunicación que se encuentran colonizados por el poder político,
k) El Jefe de la falange, que es el último
exgobernador de Veracruz.
En esa vertiente
antidemocrática, la falange veracruzana ha hecho todo lo posible para anular a
la única oposición local, a través de destruir desde y con el poder del Estado
la Coalición entre el PAN y el PRD, la llamada “Gran Alianza Por Ti”; tal
obsesión y hasta obcecación para impedir una alianza político-partidista que le
de otro sentido, rumbo y vialibilidad a Veracruz es combatida con todas las
armas, tales como: el dinero, la ley, las instituciones, los medios, y lo más
patético: los mercaderes seudopolíticos que han cambiado el bien común o pensar
y actuar por Veracruz para transar sus pequeñas y mezquinas ambiciones
personales.
Con dichas
acciones la falange veracruzana ha ejercido una violencia institucionalizada
cuya finalidad es deteriorar a las instituciones locales y federales, tales como el Instituto
Electoral Veracruzano (IEV), el Tribunal Electoral Estatal de Veracruz
(TEEV), y la Tercera Sala del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con su respectivo
corolario en el desmantelamiento del Estado de Derecho Electoral local, además
de ejercer una táctica de terror sobre las minorías perredistas que no están
bajo su adquisición masiva; empero el gobierno del estado no ha pensado en:
¿cuál va a ser la reacción de la sociedad veracruzana con su empeño en destruir
la coalición electoral entre el PAN y el PRD?, y las respuestas son varias
desde: una alta abstención, un voto masivo a favor del PAN y PRD o el escenario
improbable del apoyo hacia el PRI; lo que nunca reflexionó este gobierno es que
históricamente cuando se cierran los espacios políticos y se niega la
participación política institucionalizada en este país se abren las ventanas de
la violencia social, tan sólo hay que revisar la historia del siglo XX en el
país: el Porfiriato o en los años setenta del siglo pasado cuando no había
competencia electoral, aparecieron las guerrillas urbanas y rurales; y ahora
¿qué podría pasar en Veracruz frente a esta agresión política hacia la
ciudadanía veracruzana?, esta debe ser la interrogante que por sentido común
debe analizar el actual gobierno; porque actualmente no existe un Jesús Reyes
Heroles que proponga una reforma política incluyente, sino todo lo contrario el
jefe de la falange aspira a imponer un minimaximato al que se le ha denominado
Fidelato.
El principal
“enemigo” de la falange veracruzana es una coalición electoral entre el PAN y
el PRD, que a todas luces representa una lucha legal, legítima y estratégica
para rescatar y democratizar a Veracruz, después de dos intentos electoralmente
fallidos (2004 y 2010), aquella es una especie de extrema derecha reaccionaria
y católica gobernante con apoyos empresariales regionales que participan en el
intento de continuar controlando el territorio veracruzano no cuidando ni las
formas políticas ni la ley. Inclusive se observa un énfasis enfermizo en
destruir o aniquilar a la izquierda veracruzana, la cual por cierto perdió el
rumbo político desde 1998 cuando vetó a Ignacio Morales Lechuga como candidato
a la gubernatura de Veracruz, -inclusive recuerdo a los mismos personajes de
aquella época, que son los mismos que se oponen a la alianza en 2013 -, quienes
han sustituido sus ideales, sus utopías y sus sueños de construir una sociedad
diferente para satisfacer sus vulgares intereses personales, a quienes por
cierto ya olvidaron lo que padeció el
PRD en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de
León: más de 600 asesinatos bajo el régimen priista, eso ya lo relegaron para
vivir de las migajas que les da el gobierno estatal y el PRI local, aquellos
personajes de izquierda sufrieron un proceso de “tlacuachización política” ,
adaptando una expresión de la picaresca política veracruzana.
Veracruz
probablemente sea una prueba piloto de la reconstrucción del poder político
priista desde los estados, ya que se tiene que recordar la sobrerreacción
gubernamental local con los usuarios de las redes sociales, a quienes les
dedicó una reforma penal para tipificarlos como “ciberterroristas”,
modificación que fue imitada en otras 20 entidades federativas; inclusive
actualmente el ensayo de introducir “cláusulas de gobernabilidad” locales, como
lo es elevar la sobrerrepresentación del 8 al 16%, lo que podría ser parte de
un ensayo nacional , aclaro no como estrategia política, sino como reacción de
miedo a perder el poder político local rumbo al 2016 en Veracruz.
Continuando con la
línea de interpretación anterior, se podría ligar a la reforma laboral y a su
vez a las modificaciones estatutarias (inconstitucionales) que se le hicieron
al PRI; lo que quizá podría apuntar a un “nuevo sindicalismo” ad hoc a la
reconcentración del poder político para hacer realidad el presidencialismo
priista del siglo XXI basado en su propia “unidad” ; y aquí es importante
recordar que el PRI nació con sus sectores bajo la influencia del fascismo italiano
y alemán; por lo que se podría actualizar aquella génesis y probablemente tome
carta de naturalización en este siglo; hay que considerar que no son hechos
aislados, aunque el actual titular del ejecutivo federal se asuma como un
“pragmático” sin ideología.
Desde mi punto de
vista existen dos modelos que el PRI está llevando a cabo, uno en el nivel
local y otro en el plano nacional que se expresarían en los hechos como: a) la
falange española de los años treinta del siglo pasado, empresa llevada a cabo
de manera reactiva por el gobierno de Veracruz y b) la presidencia putinizada y
no imperial del siglo XX, ésta sería un “muégano” donde se atraviesa todo un
sistema de complicidades para reconstruir al presidencialismo de este siglo.
Para consolidar la
reflexión anterior, es pertinente comentar que la reorganización del PRI desde
2008 para regresar al poder en 2012 se basó en un trípode: a) los gobernadores,
b) los coordinadores parlamentarios, y c) la desvencijada estructura sindical;
ahora en su regreso al poder ejecutivo suplantarán a los dos primeros para
darle paso a la reconstrucción del presidencialismo de este siglo, y el último
eslabón es que adecuarán dentro de la reforma laboral que será un “nuevo
sindicalismo” que beneficie ampliamente a los empresarios mexicanos, esta
podría ser la parte fascista a la mexicana de esta etapa por diseñar, a la cual
ilusamente le pondría el dique de la sociedad mexicana que ya no está
corporativizada y no necesariamente es más democrática, considero que ese es el
factor que los “reconstructores” del presidencialismo mexicano no lo han tomado
en cuenta, partiendo de que fue el mismo problema del porfiriato o del
salinismo, quienes intentaron modernizar a México sin la participación de la
sociedad.
Finalmente, la elección
el próximo 7 de julio ya escapa a la expresión de que será una “Elección de
Estado”, considerando lo anterior, aquella rearticulación visceral y hecha con
la fuerza del dinero que éticamente borró a los opositores, cada día está
tomando otros tintes políticos que rebasan a una simple elección estatal,
puesto que en otras entidades federativas que las oposiciones ya se arreglaron
a través de alianzas político-electorales no se tiene la reacción gubernamental
como la que se experimenta en Veracruz, y esto se focaliza porque es un estado
que por los resultados electorales estatales y federales una coalición
electoral para el año 2016 expulsaría democráticamente del poder político al
PRI, algo contrario a la idea que pretender dar en el plano nacional; y por
supuesto la disputa política estatal se centrará en dos polos políticos: el
democrático y el de la falange veracruzana. En el primer polo la fortaleza
recae única y exclusivamente en la ciudadanía veracruzana en ciernes; y del
segundo ya describimos cómo, quién y qué hacen para tratar de sobrevivir frente
al tsunami político que se les avecina