José Miguel Cobián| 26 abril de 2013
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Tribuna
Libre.- Ahora sí, al PRI le dio por escoger candidatos a las
alcaldías de la zona centro de pura cepa empresarial. La intención inteligente
de quien los escogió, (porque las convenciones de delegados fueron puro trámite
legal), es la de repetir la historia exitosa de Orizaba en el trienio de Juan
Manuel Diez, repetida por Hugo Chaín Malulí.
Un empresario llega a la presidencia municipal y convierte a su
municipio en el mejor del estado.
La razón es muy simple, los
empresarios están acostumbrados a dar resultados. Sus decisiones a lo largo de
su vida han afectado a su bolsillo, así que aprendieron de la experiencia de la
vida a tomar las decisiones adecuadas para lograr el éxito.
Un empresario jamás podrá
tener la mentalidad de un político. El empresario es pragmático y tiene metas
definidas en resultados tangibles para la población que pudiera gobernar. Por el contrario, el político, siempre está
pensando en quedar bien con sus superiores, con su partido, con los que pueden
darle otro cargo público, y acostumbra engañar a la población con falsas
promesas y vanas esperanzas.
En la región de Córdoba,
Fortín, Orizaba se presenta la posibilidad de tener a tres empresarios en la
alcaldía de cuatro años. Juan Manuel
Diez en Orizaba, de probados resultados, y en Fortín Armel Cid mientras que en
Córdoba Salvador Abella.
Me consta que hay buena
relación entre los tres, y que tanto Armel como Salvador tienen la intención de
replicar el éxito de Juan Manuel en Orizaba.
Saben que mucho de la obra pública que llevó a cabo, se debió a
gestiones directas de su ayuntamiento, ante la enormidad de fondos y
fideicomisos que año con año se pierden por falta de solicitudes de los propios
ayuntamientos.
Juan Manuel Diez supo buscar
y obtener recursos para su municipio y comparte su experiencia con Armel y con
Salvador, con el fin de que ahora no sea un solo municipio el que reciba los
recursos sino los tres, lo que generaría un eje de desarrollo de
infraestructura en la zona de las altas montañas.
Esa es la gran diferencia
entre los empresarios y los políticos.
Los empresarios saben que lo que se logra es con esfuerzo, y luchando
contra la burocracia. Los políticos, simplemente se dejan llevar, pues hasta
hoy no ha habido un presidente municipal que haya sido político y haya
tramitado estos fondos para beneficio de su municipio.
Los ciudadanos tendrán la
posibilidad de elegir un desarrollo para sus tres municipios con tres alcaldes
del mismo partido y que traigan la misma mentalidad, hasta podría decirse que
competencia entre los tres para ver quién de ellos resulta con el mejor trabajo
realizado.
Allí ya no será importante
pensar en que el gobierno del estado los apoye o no, pues ellos mismos
generaran sus recursos adicionales vía esos fondos federales que pueden
multiplicar por diez el presupuesto para obra pública. De manera extraoficial me he enterado de que
los tres están en tratos con despachos especializados en la tramitología de
dichos fondos, para llegar con el tambor batiente al inicio de su
administración. Claro, si el voto
ciudadano los favorece.
Será interesante ver el
resultado de este experimento con un eje
de alcaldes con mentalidad empresarial, con administración con metas y
objetivos claros y definidos, sin demagogia y sin promesas que no van a
cumplir.