José Miguel Cobián | 26
septiembre de 2013
Tribuna Libre.- Como todos los problemas de este país,
el origen viene de decenios atrás. Los responsables son cuatro grupos: Los
propios cañeros, Los líderes de los cañeros, Los dueños de Ingenios, El
Gobierno. Sí, estoy seguro de que los
responsables son todos ellos. Me
explico:
La productividad por hectárea de caña es muy
pequeña en México, lo que hace que nuestros productores de caña no sean
competitivos a nivel mundial. Lo mínimo
que tendría que cosechar un cañero son 80 o 100 toneladas por hectárea. En
promedio se cosechan entre 40 y 50. Las
causas son varias: No se siembra en
terrenos idóneos; no se riega con sistemas modernos; no se aplican los
fertilizantes adecuados; no se renuevan y revitalizan los suelos; no se han
desarrollado variedades específicas para nuestros distintos tipos de suelo; se
cosecha con la práctica de quema que reduce rendimiento y calidad; en resumen,
tenemos un cultivo de caña atrasado 200 años con respecto a nuestros
principales competidores.
Los
responsables (que ya enumeré) no se han tomado la molestia de hacer eficiente y
competitivo su trabajo como productores de caña. Ya sea por ignorancia, mala fe, comodidad,
flojera, irresponsabilidad, y hasta negocio, se ha buscado que nada cambie.
Para los líderes ser líder implica riqueza inconmensurable, y posibles puestos
públicos. Para el campesino, lo que diga el líder está bien, aunque lo
convierta en carne de cañón. Para el gobierno, voltear a otro lado porque los
titulares estatales y nacionales de las secretarias del ramo no tienen idea de
lo que es la caña de azúcar, ha resultado muy cómodo, y para los ingenios, el
no invertir en su zona de influencia ha sido rentable. Pero el tiempo ya nos alcanzó.
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subproductos de la caña se obtienen en otros países. 150 toneladas por hectárea
se producen. Los centros de investigación desarrollan variedades de caña
específicas para cada tipo de suelo y zona. Los cañeros y sus líderes (en
países productores) están involucrados en todo el proceso productivo del
azúcar, y están enterados de los últimos adelantos tecnológicos, los exigen,
los utilizan y los aprovechan. El gobierno apoya al campo con capacitación,
tecnología, desarrollo de nuevas variedades, fertilizantes, enriquecedores de
suelos, ambos a precios razonables, y con legislación que impida el uso de edulcolorantes
alternativos en productos de consumo humano, cuando se sabe que dañan la salud.
Aquí en México, nadie ha hecho nada de lo que
menciono en el párrafo anterior. Los
cañeros tuvieron muy buenos precios por tonelada el año pasado. Este año aumentó la producción de caña (no
así la superficie sembrada Sr. Videgaray), esto se combinó con un incremento en
el uso de fructuosa como endulzante de bebidas carbonatadas (refrescos), y con
la autorización de permisos de importación de cientos de miles de toneladas de
azúcar. Todo lo cual bajó el precio de
la tonelada de caña de manera significativa, de $700.00 a $450.00 la tonelada,
de un año a otro. De ahí el malestar de
los cañeros, y su petición de un subsidio de $250.00 por tonelada de caña vendida
en 2013. Por el lado del gobierno, la postura es que el precio bajó por una
situación de mercado, y por lo tanto, los productores deben de asumir las
pérdidas. Además se considera un abuso pedir $250.00 por tonelada, cuando en
años anteriores el precio no estuvo tan alto, y por lo tanto con $50.00 o
$100.00 por tonelada tendrían ingresos equivalentes a un año promedio los
productores.
Los cañeros afirman que el precio se cayó por
las importaciones y la falta de vigilancia sanitaria en la producción de
refrescos.
Mientras tanto, a todos se les olvida que las
soluciones son de largo plazo. Los
ingenios deben de aprovechar el 100% del potencial de la caña de azúcar. Hoy en
México se aprovecha menos del 30% para producir riqueza. Sigue sin haber investigación y desarrollo de
variedades propias, desde hace más de 20 años.
Ahora se importa semilla brasileña, adaptada a Brasil, no a México, esto
a pesar de que los centros de investigación pueden y tienen la capacidad de
desarrollar especies nativas y adaptadas a nuestras características. Los líderes siguen aprovechándose de los
cañeros para enriquecerse, sin preocuparse por resolver sus problemas de
fondo. Y los cañeros disfrutan su papel
de borregos manejados por los líderes y los partidos políticos, y no exigen
soluciones de fondo a su problema.
Soluciones que resuelvan el problema no de hoy, sino el de dentro de
cinco, diez y veinte años.
A
este caldo de cultivo tenemos que añadir, millones de familias cuyo sustento
proviene del cultivo de caña de azúcar. Y los movimientos políticos, pues
mientras el PRI controla a la CNPR, CNC, etc., el PAN vía el diputado Serralde
busca generar sus propias agrupaciones y el PRD vía el ex senador por Veracruz
Arturo Hérviz también anda por la misma línea.
De hecho el último bloqueo de 33 horas fue motivado por un grupo
comandado por el ex senador del PRD.
Así
es como yo veo el problema cañero.
Opiniones, sugerencias y lo que guste, son bienvenidas a mi tuiter,
correo electrónico o en la página del blog.
La idea es conocer el problema para plantear las soluciones adecuadas de
corto, mediano y largo plazo.