José Miguel Cobián | 26
septiembre de 2014
Tribuna Libre.- Si usted tiene la esperanza de que
2015 sea mejor que 2014 para su economía, y que 2016 sea todavía mejor, lamento
informarle que ante nuestra falta de previsión, la situación se vislumbra muy
grave, y me explico:
La
ciudad de Córdoba no posee grandes complejos industriales que defiendan su
economía en tiempos de desgracias agrícolas, depende en su mayoría de la
actividad económica generada por los cultivos de caña de azúcar y café, y para
ambos productos el futuro es terriblemente incierto.
En
el caso de la caña de azúcar baste ver el panorama a través de estos cristales:
Los mayores productores de azúcar son Brasil, India y Australia. Los tres
tendrán cosechas récord lo cual implica saturación en los mercados mundiales y
bajo precio del azúcar a nivel internacional.
A esto hay que agregarle un arancel del 17% para las exportaciones
mexicanas a Estados Unidos. La ausencia de un arancel equivalente a la alta
fructuosa que sustituye el azúcar en las bebidas nacionales. Una zafra muy buena para los mexicanos
gracias a la abundancia de lluvias. Nula
vigilancia de aduanas para evitar la importación subrepticia de miles de
toneladas de azúcar de Centroamérica a precios menores que los del mercado
mexicano. Ingenios casi quebrados en su mayoría.
Si
suma todo esto, vemos un panorama muy grave, con precios internos muy bajos,
pagos mínimos al cañero, recesión y conflictos sociales, sin que nadie, ni en
el estado ni en la federación se hayan ocupado de promover la producción de
etanol y alcoholes, para absorber cuando menos en parte los excesos de
producción de caña y azúcar.
En
cuanto al café: Tenemos más de un año previendo la llegada de la roya sin la
mínima medida de prevención. La producción de la zona centro de Veracruz caerá
cuando menos en un 50% para el siguiente ciclo de producción, y un 20% mínimo
en el ciclo actual. Hay miles de
campesinos que tienen roya en toda su plantación, tendrán una mínima cosecha y
nulos recursos económicos los próximos tres años. Dos mil millones de pesos para sustitución de
plantas alcanzan para dos mil hectáreas, pero hay treinta mil hectáreas dañadas
por la roya. Los apoyos del gobierno
estatal y federal son mínimos y no están a la altura del problema que se
enfrenta. No hay planta suficiente para
sustituir todas las que habrá que arrancar de raíz, y no hay dinero que pague
todas las plantas que serán necesarias (alrededor de treinta millones). Añada usted que el café una vez sembrado comienza
a producir a los tres años… dígame de que van a vivir todos esos campesinos, y
vea el problema económico y social que se avecina, mientras tenemos un
Secretario a nivel estatal que ha demostrado su ineptitud e incapacidad para
enfrentar y resolver los problemas del campo del estado.
Ante
este panorama, lo único que va a elevar un poco la actividad económica de la
región durante el primer semestre de 2015 serán las campañas políticas y lo
poco o mucho que se gasten los partidos políticos en compra de votos. Pero una vez que se haya realizado la
elección, el segundo semestre será terrible desde el punto de vista económico.
Y así seguirá el 2016
Si
usted no había pensado en esto, lamento amargarle el momento. No ha existido investigación y desarrollo de
nuevas variedades de caña de azúcar, aptas para los distintos suelos de las
zonas de cultivo, y especialmente desarrolladas para producción de azúcar o de
etanol desde la década de los 80´s. No hay inversión en plantas
etanoleras. Los ingenios poseen
tecnología de fines del siglo XIX y estamos en el siglo XXI. Cien años de atraso tecnológico. Tampoco se ha promovido y apoyado la
sustitución de cultivos, por otros más rentables, en la zonas dónde esto sea
posible.
En
el caso del café la situación se torna casi ridícula. En el país hay sólo dos investigadores
dedicados de tiempo completo al café.
Uno, quien se dedica al robusta, tiene cierto financiamiento de empresas
como la trasnacional Nestlé, a quien le interesan los desarrollos de ese tipo
de café, considerado de menor calidad, pero con mayor sabor y cafeína, lo cual
lo hace ideal para los solubles que comercializa. El otro investigador dedicado al arábica
enfrenta el problema de la escases de recursos y desinterés en lo poco que
logra desarrollar. Y si se tratara de traer semillas mejoradas de Colombia por
ejemplo, para frenarlo está la enorme burocracia que hay que enfrentar, la cual
evita cualquier intento al respecto, salvo de contrabando.
Si
pensamos que en países civilizados sólo se maneja semilla certificada, ya sea
de caña o de café o de cualquier otro producto agropecuario. Es momento de
celebrar, porque en México no tenemos certificación de semillas, lo cual
provoca que se comercialice cualquier variedad de cualquier producto agrícola,
sin la mínima certeza de calidad.
Total
que el agro veracruzano y en particular, el de la zona centro del estado, con
sus dos cultivos estrella enfrenta un problema como nunca en su historia, sin
previsión, sin prevención, sin interés de sus agrupaciones, y sobre todo,
abandonado por las autoridades estatales y federales.