José Miguel Cobián | 31 octubre
de 2014
Tribuna Libre.- Había
una vez una escuela normal rural, que se convirtió en semillero de algunos de
los guerrilleros más importantes del país. En
esta escuela rural, el adoctrinamiento marxista leninista se combina con
técnicas y tácticas de índole maoísta.
Durante
mucho tiempo fue solapada por el estado para evitar problemas mayores, aunque
esporádicamente algunos de sus distinguidos egresados caían bajo las balas del
ejército, como es el caso de su ex profesor más prominente y líder guerrillero
en el estado.
Conforme
la situación cambiaba en el estado, algunos dirigentes de esta normal rural
pasaron de ser apoyo de algún grupo guerrillero a apoyo de un grupo de
narcotraficantes denominado ¨los rojos¨.
Así, sabedores que en la zona de Iguala dominaba una banda rival, que
incluso se había hecho de la presidencia municipal, desde hace varios años,
enviaban a los jóvenes normalistas a realizar protestas en la zona de
Iguala. Hasta que cayeron dos de ellos,
abatidos por las fuerzas del orden.
En
protestas posteriores, en los aniversarios de la muerte de este par de
mártires, bloquearon la autopista del sol, e incluso asesinaron a un empleado
de una gasolinera que murió quemado vivo.
Por cierto en este cuento imaginario, la gasolinera era propiedad de un
prominente miembro de la banda de guerreros unidos.
Al
llegar 2014, los rojos se enteraron de que la esposa del alcalde de Iguala
usaría su informe como titular del DIF municipal para anunciar su próximo
destape como aspirante a la alcaldía con el fin de suceder a su esposo. Todos sabían que ella tenía relación directa
con guerreros unidos, por sus familiares y porque administraba recursos para
ese grupo delictivo.
Así,
ante la disyuntiva de que otra vez en Iguala gobernara Guerreros Unidos, los
rojos decidieron pedirle a sus amigos, los líderes de la normal rural, que
enviaran contingentes de jóvenes a estropear el evento del DIF, y el destape de
la esposa del alcalde.
Los
dirigentes de la normal rural, decidieron convocar a los alumnos de primer año,
que normalmente no están enterados de nada. Les pidieron –como siempre-, que no
usaran zapatos sino huaraches, e incluso a muchos de ellos les cambiaron las
camisas por ropa de manta para dar mayor imagen de gente rural, y los enviaron
a protestar a Iguala, con la esperanza de que una vez más guerreros unidos no
hiciera nada, al fin que eran muchachos estudiantes, y a esos no se les toca.
Por
azares del destino, el grupo de guerreros unidos se enteró del plan, pero como
siempre sucede en estos casos, el informe llegó equivocado, pues la información
decía que iban 17 sicarios entre los estudiantes con el fin de eliminar al jefe
de plaza, además de echar a perder el destape de la esposa del alcalde.
Inmediatamente
se dio la orden a los policías de Iguala y de Cocula al servicio de guerreros
unidos de detener a los estudiantes y de llevarlos a la presencia de los capos
con el fin de exterminarlos.
El
resto de la historia usted ya la conoce, y el desenlace todavía no llega, pero
en el momento en que sin lugar a dudas se identifiquen los restos de los
estudiantes en las fosas ya encontradas, se dará a conocer a la opinión pública
que los estudiantes fueron masacrados por la banda de guerreros unidos, quienes
pensaban que tenían en su poder a miembros de la banda rival de los rojos.
Todo
lo anterior es una simple historia que puede o no tener sustento real, la cual
se confirmará en unos días más, o quedará simplemente como parte de la
imaginación del escribidor.
Lo
terrible de la historia de la normal de Ayotzinapa en Iguala, es que ha dejado
muy claro algo que muchos mexicanos ya sabíamos y preveíamos. Que el estado es
incapaz de proporcionar seguridad a sus ciudadanos, mucho menos justicia y que
incluso, no sólo las procuradurías estatales son incapaces, también la
procuraduría dependiente del ejecutivo federal es incapaz.
Las
instancias investigadoras han sido relegadas tanto a nivel estatal como
federal, pues ni a los gobernadores ni al presidente de la República (actual y
anteriores) les ha interesado procurar justicia para sus gobernados. No hay laboratorios de criminalística, no hay
la mínima capacidad de investigación forense.
México es un país que tiene un nivel de investigación de hace 200 años,
de ese tamaño es el retraso de nuestra orgullosa República. Lo cual sólo confirma las estadísticas ya
conocidas de que sólo se denuncia uno de cada 25 delitos, y de los que se
denuncian, sólo se investiga uno de cada 25, y de los que se investiga, se
determina el culpable en uno de cada 25, y de los culpables se detiene a uno de
cada 25 y de ellos sólo uno de cada 25 llega a la cárcel. Es decir sólo uno de cada nueve millones
setecientos sesenta y cinco mil seiscientos veinticinco delitos es castigado
con cárcel. (Lo cual me hace pensar para
que pagar impuestos si el estado no cumple con lo que debe, que es darme
seguridad y justicia).
México queda desnudo ante la opinión pública
mundial. Descubriendo a ojos del planeta lo que los mexicanos ya conocemos, la
connivencia de los gobiernos con las bandas del crimen organizado, y lo que es
peor, el crimen organizado convertido en gobierno, en algunas zonas del país.
(RAE Connivencia definición.- Disimulo o tolerancia en el
superior acerca de las transgresiones que cometen sus subordinados contra las
reglas o las leyes bajo las cuales viven.)
Mostramos también a un gobierno
estatal financiado por el narco, tal como se desprende del líder detenido de la
banda guerreros unidos, y un gobierno federal incapaz de enfrentar la crisis
que vive, o quizá (lo cual sería peor), alimentando la crisis, y escondiendo
cadáveres, para distraer a la opinión pública de la difícil situación económica
que enfrenta cada mexicano, y que se pondrá peor, al caer en un 25% los precios
del petróleo, así que es mejor que todo mundo esté pendiente de los 43, y no
que estén pendientes del debilitamiento de las condiciones de vida en un país
con sesenta millones de pobres, y con 120 millones de habitantes hartos del mal
gobierno, y del saqueo que los sátrapas en el poder han venido realizando
históricamente.