En el
tren descarrilado
Jorge
Arturo Rodríguez | 07 junio de 2018
Tribuna Libre.- Por todas partes, por todos lados, de todas
las formas y modos, por todos los medios y hasta en los baños, nos arrojan
propaganda política electoral, sin contar la gubernamental por ahora en veda
–otra historia es la voraz publicidad comercial-, que nos causa la sensación de
vómito, si no es que lo hacemos con el hedor de la bilis. Ya no sabemos, o al
menos un servidor, si enojarme, encabronarme, reír, llorar, reír con llanto o
llorar con carcajadas, escribiera el poeta Juan de Dios Peza.
De ahí que intentaré no referirme a los acontecimientos trágicos (de)
generados por la violencia; al hambre y las injusticias por muchos padecida;
espero no comentarles de los desperdicios –en todos los sentidos- electorales,
menos ahora que se avecina el 1 de julio. Tenemos que concentrarnos, meditar,
reflexionar nuestro voto.
El pasado 5 de junio fue el Día Mundial del Medio Ambiente. Pa’ muchos
pa’ lo que importa. Y pa’ pocos, pos hacen su luchita, ponen su granito de
arena, y enseguida las palabras: “Hagamos conciencia”. Ajá. Cada día nos
alejamos más de esa palabrita -¡esa acción!- que puede salvar al mundo.
Ese mismo día fue el cumpleaños 120 del gran poeta Federico García
Lorca. Desde luego, pocos nos acordamos y pal caso, da igual. Ahí les va el
poema “Sorpresa”:
“Muerto se quedó en la calle con un puñal en
el pecho.
No lo conocía nadie.
¡Cómo temblaba el farol!
Madre. ¡Cómo temblaba el farolito de la
calle!
Era madrugada. Nadie pudo asomarse a sus ojos
abiertos al duro aire.
Que muerto se quedó en la calle que con un
puñal en el pecho y que no lo conocía nadie.”
Él escribió: “La única cosa que la vida me ha
enseñado, es que la mayoría de las personas pasan sus vidas embotelladas dentro
de sus casas haciendo las cosas que odian.”
En 2011 la revista Nexos publicó el ensayo
“Mexicano ahorita, retrato de un liberal salvaje”, resultado de un estudio
realizado por la misma revista. Ahora en el 2017 lo elaboraron de nuevo, y en
unos de sus párrafos apuntan: “…se mantiene el profundo individualismo encontrado
en 2011, los mexicanos continúan creyendo más en sí mismos que en el país donde
viven, pero con un creciente enojo y sentimiento de abandono del gobierno. En
este entorno cada quien continúa buscándose la vida como puede, y el altruismo
y solidaridad frente a las tragedias son solamente un paréntesis en la lucha
“de cada quien para su santo”. Seguimos sin poder articular una visión o un
sueño común, y seguimos divididos por las diferencias de expectativas,
interpretaciones de la realidad y las experiencias diarias en el trabajo, en la
interacción social y en el trato entre nosotros. Hace siete años quizás
sabíamos que había “ladies” y “lords” pero no los habíamos etiquetado. En estos
siete años la prepotencia y el maltrato empezaron a tener cara e identidad.”
Luego señalan: “Encontramos un estado de ánimo más pesimista, más
personas piensan que viven peor que sus abuelos y que sus hijos vivirán peor
que ellos. Crece el grupo que ha hecho lo que se le dijo que debía hacer, ir a
la escuela, sacar buenas notas, cumplir con sus obligaciones, sin embargo, la
sociedad y el país no han hecho su parte, México le sigue quedando a deber a
una parte significativa de los mexicanos. No es de extrañar que ante la
desconfianza sobre los otros los mexicanos sigamos pensando que nuestra patria
es nuestra familia. Los mexicanos, como personas, sí sabemos hacia dónde vamos
y qué queremos, pero el país sigue a la deriva. El enojo social extendido es el
tema que subyace los resultados de la investigación.” (nexos.com.mx, 01-05-18).
No es grave el asunto, sólo vamos en el tren descarrilado, y de pilón,
en sentido contrario.
Volviendo al miedo ambiente, digo, medio ambiente. Si seguimos así vaya
a usted a dónde vamos a parar.
Sólo les comparto lo que dijo Adam Frank, de la Universidad de
Rochester, sobre el cambio climático y calentamiento global: "Si cambias
el clima de la Tierra lo suficiente, hay un punto de no retorno en el que será
demasiado tarde para cualquier acción; hay que dejar de pensar en la evolución
de la humanidad por sí misma, y empezar a considerar que el planeta y nuestra
especie evolucionan de modo conjunto".
O sea, nos juntamos o no nos juntamos. O lo que es lo mismo, copulamos
–en el sentido más amplio y creativo- o ya valimos…
De cinismo y anexas
En el caos hay orden, dicen. Paul Auster
decía que “necesitamos desesperadamente
que nos cuenten historias. Tanto como el comer, porque nos ayudan a
organizar la realidad e iluminan el caos de nuestras vidas.”
No todo está perdido. Me enteró que el bailarín mexicano Isaac Hernández
recibió el Premio Benois de la Danse 2018, considerado a nivel internacional
como el Oscar del ballet. Ahí nomás.
Un comunicado del sitio web de los Premios Benois señala: “Es un
reconocimiento al incansable trabajo, profesionalismo, disciplina, virtuosismo
y pasión que demuestran los mejores bailarines del mundo en cada
interpretación, en su día a día, en cada temporada, en cada clase, en cada
ensayo y en cada obra.”
Mexicanos al grito de…
Ahí se
ven.