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julio 13, 2018

Crónicas Urgentes… La Elección de los Humores


A propósito de Retomar la Funcionalidad Institucional.

Lenin Torres Antonio | 13 julio de 2018
Tribuna Libre.- Retomar la Funcionalidad Institucional, hacer que cada mexicano cumpla con su deber, lograr que la División de Poderes sea un hecho, y que la Democracia sirva como instrumento de la igualdad, la libertad y el bienestar, no significa la Cuarto Transformación Social de México, significa simple y llanamente retomar lo que se dejó de hacer, lo que fue abandonado y sustituido por la vorágine pulsional individual narcisista, significa el espíritu perdido de la mexicanidad, significa la identidad confusa de nuestra condición humana prehispánica, es el fantasma que deambula por doquier de la tercera raza cósmica vasconcelista abriéndose paso entre las cenizas de la decadente civilización occidental, significa un punto de sin retorno en la búsqueda del lazo social que haga que nos veamos nuevamente exclusivos, pedantes y racionales.

México es el extremo del síntoma de la decadencia de occidente con su hombre universal y su pensamiento único legitimador, si en un tiempo nos sorprendió y nos horrorizó las conductas violentas en Sudamérica del Narcotráfico, especialmente en Colombia, o los castigos a los infieles del ISI, aquí los videos y fotos del Blog del Narco supera con creces las escenas de violencia de esos aprendices a sádicos y perversos; si nos espantamos con los excesos de las dictaduras centroamericanas y sudamericanas, si nos espantamos con el abuso del poder y la corrupción de la clase política de los Kirchner (Argentina), los Ortegas (Nicaragua), los Kadafis (Libia), los Pinochet(es) (Chile), los Partido(s) Popular (es) español, entre muchísimos más casos en el mundo, nosotros los superamos con creces esos excesos, con los Duartes, con los Peñas Nietos, con los Slim(es), incluso con los ayudantes, los guardaespaldas, y las damas (Barbie) de compañías venidos a políticos y ricos de la noche a la mañana, en fin, que nuestra radiografía nos desvela tal cual somos los mexicanos.

Pero el caso más paradigmático de esa mexicanidad contradictoria, de esa identidad perdida, se da en las pasadas elecciones del 1 de julio de 2018, donde vemos como el éxtasis orgiástico público llega a su culmen, y nos desvela un rostro aún más contradictorio, con escenas vulgares que distan mucho de asegurarnos que la calidad de la democracia nos dará tiempos buenos, así vemos a una senadora electa de Morera alcoholizada festejando su triunfo y expresar con ademanes grotesco y vulgares “ya los chingamos”, o la historia de una diputada local electa de unos de los distritos de la ciudad capital Xalapa del Estado de Veracruz, que en su tercer partido político logra su sueño de ser diputada, antes compitió por el PRI, el PAN, y viene ser “el plural” Movimiento de Regeneración Moral quien le hace su sueño realidad, así podemos enumerar aún más cuantiosos ejemplos, estupefactos vemos como nos deslizamos de los diputados de cuello blanco a “los rastras” que jamás en sus vidas pensaron que podrían llegar al “pinche poder” de forma tan fácil, se me atraviesa la cara que puso Rajoy (el expresidente español) al ver a “un rastra” advenir como diputado del imprevisto Partido Podemos, aunque en éste caso fueron las minorías, y ya cayeron de la gracia de la sociedad española por su discurso fuera de la realidad, el punto medio se vuelve un punto perdido, pero lo preocupante de esa mayoría absoluta, es ver como esos “rastras” son aventados a recitar las frases del mesías, aunque hay que decir que detrás del mesías vemos a los rostros de siempre, esos tránsfugas que han sobrevivido a las cambios de estafetas del poder, a esos políticos de cuello blanco bautizados por el mesías para evitar su excomulgación, y quien están detrás del mesías dictando lo que el mesías ignora, lo que el mesías no sabe, los gajes que da el oficio. La masa aprobara sin peros, levantará el dedo emulando la época gloriosa priista del “carro completo”, lo escribí en muchas ocasiones, lo peor que le puede pasar a México es una mayoría absoluta sin cortapisa, una mayoría que no tenga enfrente oposición argumental, que esto irá en detrimento de la calidad de la democracia y el debate parlamentario, aunque en lo real no haya oposición argumental a algo totalmente instrumental, obvio; que la clase política debe dejar de tener privilegio es obvio, que necesitamos que el ejercicio público sea eficiente y transparente, es obvio, que debemos apuntar hacia la educación como el eje trasversal de las políticas públicas, y el discurso político, es obvio, en fin, que retomar la funcionalidad institucional es algo que debió y debe hacerse, la cuestión y el reto no está hacer eso, puesto es cuestión que el que tenga el poder lo haga y vigile irrestrictamente que se haga, el reto y la cuestión está en cómo hacer que México y los mexicanos hagamos del acto de civilidad parte de nuestra consciencia, parte de nuestra identidad, de nuestra cultura, y fundamentalmente, cómo aspirar a construir un país como una potencia mundial que aproveche sus fortalezas naturales, culturales, su diversidad humana, y esto tiene que ver con un proyecto de nación que se contraponga a los ejes del poder trasnacional, llamado el 1% que gobierna éste mundo, o que se confabule con ese poder y participe del real orden internacional; seguro se logrará si permitimos hacer frente al modelo global indignante y retrograda, modelo en franco fracaso, y no caer en la trampa de su espejismo.

El tiempo público que vivimos los mexicanos: donde las expectativas por un Nuevo México inundan los espíritus de los mexicanos, donde la lucha por el poder público cimbró la civilidad con que debimos conducirnos, donde los humores se desbordan no dando tiempo a la reflexión, a la meditación, al análisis riguroso de lo que necesita nuestra Patria, donde los planteamientos y diagnósticos monotemáticos (la corrupción) parecieran que hará más fácil lograr una transformación pacífica y los horizontes de un nuevo porvenir se pudieran garantizar.

Creo que no será así. No en cuanto como sociedad no nos responsabilicemos en la construcción de nuestros espacios públicos y de nuestras instituciones, No en cuanto la democracia sea incipiente, y la pluralidad y el debate parlamentario no estén a la altura de nuestras circunstancias, y sepamos que nuestra responsabilidad pública y ética "no termina en el sufragio", y que para que la cuarta transformación social y política de México sea realmente “transformación” necesitamos:

Tener bien claro una nueva idea de mundo y sociedad de y desde la mexicanidad. Y fundamentalmente, construyamos alternativas al Mundo global que ha desfigurado las identidades nacionales y nos ha hecho unos extraños en nuestras propias tierras, al Sistema Económico Neoliberal que tiene su fundamento en la dialéctica perversa del Rico-Pobre, y al Estado Democrático que es una utopía y un "estado fallido" que se ha descalificado al haber permitido, aunque sea un sólo muerto por hambre o por la violencia de "Estados paralelos" que tienen la potestad de la violencia. Y estoy seguro que eso no sucederá con AMLO y su partido MORENA variopinto y contradictorio que ha llegado al poder público.

En fin, unas pasadas “elecciones de los humores”, y entiendo la impronta de los humores como todos los efectos subjetivos puestos en juego como sustituto del criterio de verdad para alimentar el juicio y la toma de decisiones, se reafirma en Morena, lo que decía un ilustre priista de su partido, que si postulaba a “Una Vaca” ésta saldría electa sin ningún problema. Espero que el sermón de honestidad y anticorrupción que nuestro presidente electo a “su mayoría” haya sido suficiente para que las cosas cambien realmente en México, y lo deseo de corazón, igualmente, deseo que mis reflexiones sean más mis delirios que realidades que prontamente se confirmen.

Termino retomando algunas frases que escribí hace algún tiempo:

Quizás estás letras pasen desapercibidas por la vorágine esquizofrénica de la lucha encarnizada por el poder que vivimos, que nubla la razón y los sentimientos, y no nos deja ver la pobreza de nuestra sociabilidad e instituciones, y más aún, de nuestra clase política.

Quizás mi paranoia me haga escribir esto y exageré la realidad pública, y el proceso de transición democrática, que, a fuerza y aún con la resistencia de muchos, presenciemos, sea lo que realmente necesita México.
Quizás el cuero de nuestros hombres y mujeres pueden resistir más tortura, abusos y vejaciones.

Quizás todavía el agente revolucionario althusseriano somnoliento se resiste a surgir para cambiar y detener de tajo lo que estás pasando.

Quizás Usted Señor Obrador puede ser inmortal y le dé tiempo para educar y preparar a las nuevas generaciones para lo que necesita México, y rehabilitar a las mareas tránsfugas que se le han colado (y espero que sea por inocencia y no como una pinche estrategia electoral para asegurar el triunfo) por montones y que ahora son más obradoristas que Usted mismo.

Quizás lo Nuevo sea más Viejo de lo que esperamos, y que nuestro ser sea estar rajados por siempre muy cercano a lo decía Octavio Paz y Samuel Ramos.

Quizás sentar al diván a la sociedad mexicana tenga que posponerse a un tiempo posterior, aunque veamos que es de locos lo que está pasando, y que agregar la clínica y la misma psicología política como herramientas para eso Nuevo que esperamos sea un alucín de un servidor, así como pensar que la gran política pospuesta implica una historia lineal que se alimenta de la acumulación de experiencias enriquecedoras, y no cíclica que termina con la sustitución del hombre del poder en turno.

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