El
Neomapachismo de MORENA y su 4T
Héctor Yunes Landa | 18 marzo de 2018
Tribuna Libre.- Este año hay elecciones en 6 estados del
país, las primeras de la auto alabada Cuarta Transformación. Se trata de
Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla, Tamaulipas y Quintana Roo,
entidades en las que ya hay un común denominador: las denuncias por el uso
electoral de los recursos públicos. Lo anterior nos obliga a quienes formamos
parte de la oposición, no solo a alzar la voz, sino a exigir elecciones limpias
y transparentes, así como congruencia, a este nuevo gobierno. Les pongo unos
cuantos ejemplos.
En Aguascalientes, en donde se elegirán 11
ayuntamientos, hay denuncias de condicionamiento de la entrega de recursos
públicos a cambio de credenciales para votar. En Baja California, renovarán la
gubernatura, 17 diputaciones de mayoría; 8 diputaciones de representación
proporcional y 5 ayuntamientos; ahí, a la fecha, hay cinco procedimientos
especiales sancionadores ante la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto
Estatal Electoral (IEE). Una situación muy similar se da en Durango, donde se
renovarán 39 ayuntamientos y en Quintana Roo que elegirá a su Congreso local
con 15 diputaciones de mayoría relativa y 10 de representación proporcional. En
Tamaulipas se elegirán 22 diputaciones de mayoría relativa y 14 de
representación proporcional, pero el pasado fin de semana, la situación de
inseguridad que prevalece se recrudeció al ser secuestrado un autobús con 19
personas.
Obligar a los beneficiaros de programas
sociales a acudir a los eventos presidenciables; las brigadas que levantaron el
famoso “censo para el bienestar” (que ni es censo ni es para el bienestar),
casa por casa, para el diseño de programas sociales eran militantes del partido
en el Gobierno; las denuncias por actos anticipados de campaña o la que existe
contra la Secretaria de Turismo por considerar que se desviaron recursos
públicos con fines de propaganda electoral a favor de Morena en la difusión en
redes sociales de un promocional, son algunos de los focos rojos para estos
próximos comicios.
Sin embargo, cada día los mexicanos
comprobamos que hay la intención de personalizar el poder y de privatizar, ya
no en los Pinos, pero sí en Palacio Nacional, las decisiones que deben ser
potestad de la nación; por eso, no solo es el llamado al nuevo gobierno de
sacar las manos de estos seis procesos y a conducirse con legalidad, sino
también la advertencia, a tiempo, de no caer en la tentación de perpetuarse en
el poder, como intentan hacerlo con la revocación de mandato y la consulta
popular. Vemos con preocupación que, lejos de cumplir su cometido de ser
herramientas de la democracia, se convierta en mecanismos intimidatorios contra
los gobiernos de oposición, por eso las y los diputados federales del PRI
votamos en contra.
Así, con el uso y abuso de programas
sociales. La crítica a los críticos. La amenaza a quien opina diferente. La
imposición de funcionarios estatales para suplantar a los ejecutivos locales.
La mezquindad del abucheo orquestado. El acecho al INE, el asalto al Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación, la revocación de mandato con
fines tramposos y electoreros, seguido de un largo etcétera, son indicadores de
que el gobierno federal y su partido, Morena, están dispuestos a hacer lo que
sea, lo que sea, para arrebatar el poder a las oposiciones y perpetuarse en los
gobiernos de la República. Peligroso hecho: el país se ha roto cada vez que se
han violado las reglas del respeto al voto y de la renovación de los poderes.
Como diputado federal, desde la oposición,
defenderé siempre a las instituciones y el derecho de las y los mexicanos para
decidir libremente quién debe gobernarle. Defender la democracia es decirle no
a los excesos del Presidente y de su propio partido. Por eso reitero que no se
puede ser demócrata de palabra: se es siempre de hechos. Ésta, insisto, es la
primer gran prueba de fuego para ellos.
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