*Que no
despierten al “tigre dormido” de las universidades
*Ojalá
el Presidente corrija: Enrique Levet
Tribuna Libre.- En México hay 10 universidades públicas que
tienen problemas para solventar sus gastos, incluyendo los salarios de
catedráticos y trabajadores, lo cual también repercute en la enseñanza hacia
los alumnos.
Enrique Levet Gorozpe, en su calidad de
secretario general de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios
(CONTU), ante este panorama hace votos porque el gobierno federal atienda a
“las universidades públicas consolidadas y que forman a jóvenes altamente
calificados, que generan conocimiento, que hacen investigación, que difunden y
están extendiendo la cultura”.
En este tipo de universidades se engloban las
10 instituciones de educación superior en el país que tienen problemas
económicos y son las de”: Zacatecas, Oaxaca, Nayarit, Morelos. Tabasco,
Guerrero, Estado de México, Sinaloa, Chiapas y la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo.
“A esas universidades hechas y derechas se
les tiene que resolver el problema”, puntualiza, en una entrevista publicada en
la revista Siempre, en su último número.
Su expectativa es que “el presidente esté
bien informado”.
Pero por si acaso, “por eso hemos insistido
en hablar con él y no hemos tenido éxito porque piensa que desde la Secretaría
(de Educación) van a resolver (el problema) y esperamos que lo hagan”.
Si el problema persiste –puntualiza- estarían
‘testereando’ -como se dice en el argot coloquial- al tigre, que está
tranquilo, haciendo y cumpliendo con sus funciones encomendadas.
Porque si el tigre se despierta –anota- “se
puede levantar un movimiento mayúsculo por la protesta enérgica de todas las
universidades públicas del país”.
Ya ha ocurrido antes, no sería lejano que
volviera a pasar.
El también dirigente estatal del Sindicato de
Académicos de la Universidad Veracruzana, Fesapauv, fue participe de los
movimientos universitarios de 1968 y 1972. Y como dirigente de Fesapauv le tocó
participar en el gran movimiento que se organizó en 2016 en defensa de la
Universidad Veracruzana, ante la retención de sus recursos que hacia el
gobierno de Javier Duarte.
Hoy, se anota en la entrevista de Siempre, el
dirigente de la Contu manifestó su convicción de que Presidente Andrés Manuel
López Obrador debe corregir la actitud hacia las universidades públicas, “como
está corrigiendo lo del CONEVAL, ahora con la problemática que tiene con los
médicos que ya alzaron la voz para protestar por la falta de condiciones para
trabajar en los hospitales”.
Confía en que así se hará, porque de lo
contario “si se empiezan a sumar movimientos de esta naturaleza en el contexto
nacional de la protesta generalizada, lo único que se va a estar mencionando es
que es un gobierno incapaz, que ya pone en cierto riesgo la gobernabilidad del
país”, advirtió.
Durante la entrevista “El Papo”, como llaman
muchos, también se refirió a las “intentonas” para vulnerar la autonomía
universitaria en algunas entidades, por parte de los congresos locales.
Ante esto, reafirma: “Nosotros revindicamos
la autonomía de la universidad pública, un valor supremo para poder ejercer las
funciones sustantivas de la universidad, elevada a rango constitucional, y que
querían desaparecer, pero las presiones hicieron que quedara incólume”.
Las “intentonas” salieron de legislaturas
como la de Baja California y el Estado de México, pero se echaron abajo.
Sobre este punto mencionó que incluso el
subsecretario de la SEP, Luciano Concheiro, habló en la Asamblea del ANUIES del
21 de junio pasado, pero “sin embargo la situación está latente”.
El problema económico en las 10 universidades
públicas puede reventar, porque a partir de septiembre no tendrán recursos para
pagar salarios y prestaciones a académicos y trabajadores. Esta es una
situación que ya se vivió el año pasado y que fue solventada, pero persiste
porque la solicitud de incrementar el presupuesto para las universidades
públicas, no tuvo eco.
El problema se originó porque desde la SEP se
le pidió a las universidades públicas que incrementaran la matrícula, porque la
cobertura era baja “hoy hay más jóvenes estudiando en las universidades
públicas y más maestros, pero ese aumento no está soportado por recursos
adicionales que la SEP tendría que haber invertido para resolver el problema y
esto se complicó”.
Además, está el agravante de que algunos
gobierno estatales no están entregando los subsidios a las universidades públicas:
“hay gobernadores que no han entregado oportunamente los subsidios que les
corresponden al convenio de paridad que se tiene que realizar con las
universidades”.
El líder de la Confederación dijo que ante
esta situación los sindicatos universitarios, al tratarse de un problema de
violaciones al contrato colectivo de trabajo tendrán que realizar acciones
–aunque han privilegiado el diálogo–, obligados por las circunstancias y
responsabilizando a los gobiernos federal y estatales.
Si la situación no se resuelve, anuncia, se
comenzaran a realizar “paros escalonados en las universidades públicas, en cada
uno de los estados donde se presenta esta circunstancia”.
Estos movimientos, al ser en 10 universidades
públicas afectarían a cerca de 600 mil estudiantes.
Sin embargo el movimiento podría llegar más
lejos, porque también se realizarían movilizaciones y plantones en la ciudad de
México, al pedir la CONTU la solidaridad de las organizaciones gremiales de las
demás universidades públicas del país, incluyendo las de mayor tamaño y que
están en la capital del país.
Hoy las autoridades de la SEP dicen que ya no
habrá rescates e insisten en que el problema debe resolverse al interior de las
universidades públicas.
Pero estás “no lo pueden hacer” menciona el
dirigente gremial, porque los subsidios que reciben tanto del gobierno federal
como de los gobiernos estatales, son insuficientes para cumplir las
obligaciones laborales contractuales con los más de 40 mil trabajadores, entre
académicos y administrativos.
“Al final del día, los trabajadores son los
que están pagando los platos rotos”, se duele Enrique Levet.
Por eso es que Enrique Levet clama porque se
resuelva el problema y que el conflicto no escale.