José Miguel Cobián | 30 octubre 2025
Tribuna
Libre.-
Resulta absurdo el nivel de la discusión pública en nuestro país. Todos los días uno o varios nuevos escándalos
distraen al pueblo, a tal grado funciona el método de llevar el circo todos los
días a la discusión pública, que los escándalos de ayer, esos que debería ser
muy importante resolver para mantener un rumbo favorable, esos escándalos son
olvidados y jamás resueltos. Es decir,
la cadena de daños al país y a los mexicanos aumenta sus eslabones día con día,
sin que nadie se ocupe de hacerla más pequeña.
El caldo de cultivo está a la vista, una
población que no lee, que no se informa, que no tiene una opinión
fundamentada. Una población que se cree
lo que le dicen o informan sus gurús, ya sea la propaganda oficial -que es muy
poderosa-, o la propaganda anti gobierno, -que a veces surge del propio
gobierno-.
México ha sido un país que se ha
caracterizado una y otra vez, por perder TODAS las oportunidades que se han
presentado para elevar el nivel de vida de la población a niveles
sustentables. México es el eterno país
en vías de desarrollo que jamás logra el desarrollo. El país del ¨ya merito¨. Perdimos la oportunidad de los elevados
precios del petróleo en tiempos de Fox y Zedillo, aprovechamos a medias la
oportunidad del tratado de libre comercio de Salinas, desperdiciamos totalmente
la oportunidad de la relocalización o nearshoring en tiempos de López Obrador,
y ahora estamos desperdiciando la oportunidad que nos brinda la política del
presidente Trump generada por los fallos de las cadenas de suministro durante
el COVID, que provocaron que Estados Unidos tenga como prioridad estratégica
tener proveedores y socios de negocios afines y lo más cercanos posible.
El mundo está observando como Estados Unidos
padece una fiebre de inteligencia artificial, y México es un espectador
pasivo. La sangre que corre por las
venas de la IA es la electricidad, no sólo necesaria para industrializar un
país, sino ahora, para abastecer la ingente demanda de los centros de datos. Y México durante el sexenio pasado y lo que
va de éste, obstaculiza el incremento de producción y transmisión de
electricidad, como si estuviera gobernado por sus enemigos, que lo quieren ver
postrado. Al país no le importa la
ideología, importan los resultados. Pero
es la ideología el gran freno de hoy.
Mientras la mayoría de las empresas que
cotizan en el SP500 muestran resultados en rojo o laterales, las empresas
dedicadas a la tecnología son la que generan el crecimiento económico de
Estados Unidos. Son tan grandes sus
inversiones que tan sólo Google acaba de firman un contrato con un proveedor de
electricidad, que va a requerir que echen a andar una planta nuclear del tamaño
de Laguna Verde, sólo para abastecer a ese único cliente.
De ese tamaño es la demanda eléctrica en
USA. Y no tienen suficiente
electricidad. Nosotros no tenemos ni para prevenir picos de demanda en tiempos
de calor extremo.
En lo personal, considero traidor a la
patria, a cualquier mexicano, ya sea en el sector público o privado que frene
el desarrollo del país. Un país que tiene todo para estar en el grupo de
naciones desarrolladas, cuyo gran obstáculo son los propios mexicanos, que una
y otra vez, buscan su beneficio personal, en lugar del beneficio de la nación.
México va a ser dependiente de los centros de
datos de Estados Unidos, aquí ni siquiera se han adaptado los planes de estudio
para incluir el aprendizaje y uso de la inteligencia artificial. Lo que implica que la mayoría de los jóvenes
que se integren al mercado laboral, no van a encontrar lugar en los niveles
inferiores de la escala laboral, para iniciar su carrera ascendente, porque
esos lugares ahora serán ocupados por la propia inteligencia artificial.
No sólo eso, habrá despidos en muchos
sectores económicos en los cuales la IA va a sustituir a los trabajadores, y
México no está preparado ni para capacitarlos para obtener las nuevas
habilidades que se van a requerir, ni para crear puestos de trabajo para ellos
en algún otro sector económico. La
economía mexicana funciona en su mayoría de manera similar a como lo hacía en
la época de la colonia, salvo algunos sectores que se han adaptado y tienen
niveles de competencia mundial. Falta
visión y políticas económicas de largo plazo.
Los actuales diputados y senadores federales,
que deberían ser los primeros en ocuparse para crear ese México del mañana, no
tienen ni la mínima intención ni la mínima capacidad para hacerlo. Son personajes elegidos por su lealtad a un
proyecto político sin importar su elevado nivel de ignorancia. La población en general no tiene la menor
idea de tsunami que se viene encima en los próximos años, además de que su
carácter apático y sumiso evita que exija algo positivo de sus
gobernantes. El poder ejecutivo está
muy ocupado tratando de sobrevivir (no de resolver) los errores del pasado
sexenio. México no tiene remedio,
seguirá hundido en la mediocridad.
Observar la lista de despidos programados de
algunas empresas de Estados Unidos pone los pelos de punta. Si más de cien mil perderán su empleo en solo
unas cuantas empresas, ¿Qué va a pasar con los demás? Si en México la economía informal proporciona
el 53% del empleo total, ¿Cuántos empleos más puede absorber? ¿Es viable una
economía con más del 50% de su empleo en la informalidad? ¿Alguien va a
comenzar a pensar cómo enfrentar y cómo
resolver estos problemas que vienen más rápido de lo que nos imaginamos?
Elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex

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