*Al monopolio del transporte de pasajeros marítimo de Quintana Roo lo persigue una larga lista de denuncias, investigaciones y abusos
Cancún, Quintana Roo. | 27 octubre 2025
Tribuna
Libre.- (XPFM).- La empresa de transporte marítimo Ultramar -principal
operadora de rutas entre Cancún, Isla Mujeres, Playa del Carmen y Cozumel-
arrastra un largo historial negro.
Son constantes las denuncias públicas por el servicio y precios elevados, saturación de pasajeros, abusos y cobros indebidos, problemas en las instalaciones y discriminación, así como constantes violaciones a normas federales.
El
monopolio del transporte de pasajeros marítimo de Quintana Roo se encuentra en
un largo proceso de descomposición empresarial.
Con más
de 2.5 millones de usuarios anuales, Ultramar enfrenta un creciente escrutinio
público y legal que pone en duda su reputación y estabilidad operativa en
Quintana Roo
En los
últimos meses y años, la empresa de transporte marítimo ha sido objeto de
múltiples denuncias y quejas públicas.
Ciudadanos inconformes
De acuerdo
con los testimonios, los usuarios señalan diversas irregularidades en el
servicio que ofrece la compañía, especialmente en rutas populares como Puerto
Juárez–Isla Mujeres.
Entre
las principales quejas destacan el mal servicio al cliente y los precios
elevados de los boletos; además, se ha denunciado la saturación de pasajeros en
algunas embarcaciones, sin respetar las medidas de sana distancia, situación
que generó especial preocupación durante el periodo de pandemia.
Algunos usuarios también acusan abusos y cobros indebidos, señalando la venta de servicios a bordo —como la renta de carritos de golf— a precios inflados.
En
distintos foros en línea se han reportado problemas con las instalaciones y
presuntos casos de estafa en los muelles. Asimismo, un usuario denunció un
incidente de discriminación por parte de un miembro de la tripulación.
Finalmente,
en 2023, un grupo de transportistas federales acusó a la empresa de haberlos
expulsado del estacionamiento del muelle de Ultramar en Puerto Juárez, lo que
generó inconformidad entre los trabajadores del sector.
En el
ojo federal
Por si
no fuera suficiente, la empresa marítima ha enfrentado múltiples revisiones por
parte de autoridades federales, así como denuncias de usuarios, lo que
evidencia un proceso de supervisión y cuestionamientos sobre su operación en la
región.
Dependencias
federales han realizado inspecciones y revisiones enfocadas en aspectos
ambientales, sanitarios, de competencia económica y protección al consumidor.
Por
ejemplo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente ha sancionado a
Ultramar en varias ocasiones. En 2015, evaluó posibles irregularidades en el
muelle de Playa del Carmen, mientras que en 2020 impuso medidas correctivas por
la remoción y relleno de manglares en el Malecón Tajamar, exigiendo la
restauración de 7.2 hectáreas afectadas.
La
Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios suspendió un
barco en la ruta Playa del Carmen–Cozumel en 2025 por incumplir normas sanitarias
y exceder la capacidad de pasajeros; y en 2020, multó a la empresa por no
respetar la sana distancia durante la pandemia, permitiendo que los barcos
operaran con más del 100 % de su aforo.
La
Comisión Federal de Competencia Económica abrió en 2024 una investigación junto
con la empresa Winjet para determinar posibles prácticas monopólicas en el
mercado del transporte marítimo en Quintana Roo.
Y la
Procuraduría Federal del Consumidor revisó en 2019 las tarifas de Ultramar tras
denuncias de aumentos superiores al 200 % en los boletos de Playa del Carmen,
verificando que los precios exhibidos coincidieran con los cobrados
efectivamente.
Estas
acciones reflejan un control creciente de las autoridades sobre Ultramar y
evidencian un contexto de cuestionamientos sobre su gestión, tanto en materia
legal como en la atención al usuario y cumplimiento de normas.
Uno de
los reveses más importantes para la compañía fue cuando la Comisión Federal de
Competencia Económica negó la compra de la empresa por parte de Grupo Xcaret al
considerar que la operación representaba un riesgo de concentración excesiva en
el mercado.
De
acuerdo con la resolución del organismo, la adquisición implicaba que Grupo
Xcaret obtuviera el control de varias navieras que operan rutas estratégicas,
entre ellas Puerto Juárez–Isla Mujeres, Zona Hotelera de Cancún–Isla Mujeres y
Playa del Carmen–Cozumel.
El
resolutivo emitido en agosto de 2024, se basó en un estudio de mercado que
mostró que más de 2.5 millones de usuarios anuales dependen de estas rutas para
su movilidad, por lo que mantener la competencia es esencial para garantizar
tarifas accesibles y un servicio eficiente.
Escándalos
sin freno
Durante
el presente año, Ultramar enfrenta nuevos cuestionamientos por incidentes
recientes que han afectado tanto a pasajeros como a empleados y empresarios
locales.
En
enero, más de 300 pasajeros quedaron varados en el cruce Isla Mujeres–Cancún
debido a una falla mecánica en una de sus embarcaciones.
Aunque
la empresa desplegó embarcaciones de apoyo, la situación generó caos y
preocupación entre los usuarios, algunos de los cuales recurrieron al 911 para
pedir ayuda.
A ello
se suman conflictos laborales, como el ocurrido en septiembre, cuando empleados
de Ultramar iniciaron un paro por falta de pago de sus quincenas, situación que
la empresa atribuyó a bloqueos de cuentas por parte del gobierno municipal de
Isla Mujeres.
Empresarios
locales denunciaron restricciones arbitrarias para el transporte de carga en
los ferries, mientras que taxistas en Playa del Carmen han protestado contra la
competencia desleal de operadores autorizados por la compañía.
Toda
esta larga fila de hechos evidencian que Ultramar continúa enfrentando
problemas operativos, administrativos y legales que afectan su reputación.
La mala
fama arrastra al grupo empresarial.




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