*De traidor y sinvergüenza no lo bajan en redes sociales.
*Vendió su voto y traicionó a México para
salvar el pellejo de él, su papá y su hermano.
*Los 3 tenían órdenes de aprehensión activas,
las cuales se archivaron al venderse con Morena.
*En el PAN los Yunes hicieron el mayor saqueo
de sus vidas, en el ISSSTE, en Boca del Río, en Veracruz y en el Gob. Estatal.
Ciudad de México. | 12 diciembre 2025
Tribuna
Libre.- Durante su participación en el Senado, Miguel Ángel Yunes Márquez vivió
uno de los momentos más incómodos de su carrera reciente, sus propios
excompañeros de bancada lo enfrentaron sin miramientos, llamándolo por su
nombre y señalándolo como lo que hoy es para muchos en el PAN: un traidor y un
vendido.
Le recordaron algo que Yunes prefiere olvidar: su voto fue decisivo para aprobar la mal llamada Reforma al Poder Judicial, misma que abrió las puertas para integrar a los conocidos “jueces del acordeón”, funcionarios sin preparación ni carrera judicial que hoy ponen en riesgo la impartición de justicia en México y Veracruz.
Ese
error histórico (porque lo fue) le está explotando en la cara a este vende
patrias que por salvar el pellejo de él y su familia por corruptos pues
traicionó a todo México.
Acorralado,
Yunes amagó con “no quedarse callado” y con revelar supuestos negocios
millonarios hechos por dirigentes panistas. Sin embargo, la gran pregunta es
inevitable:
¿Y él?
¿También va a hablar de sus propios beneficios?, ¿Dirá algo sobre los
señalamientos de corrupción que rodearon a su padre cuando fue director del
ISSSTE, así como gobernador, especialmente en el escándalo de las cámaras de
videovigilancia?, ¿Hablará del desvío de recursos en la cuenta pública
atribuida a su hermano durante su paso por la presidencia municipal en Veracruz
que ronda los 100 millones de pesos?, ¿O de su propia gestión municipal en Boca
del Río, de la que tampoco salió limpio y en donde robó a manos llenas?.
Porque
si alguien se benefició del poder del PAN en Veracruz, fue la familia Yunes.
Hoy, paradójicamente, pretenden lavarse la cara bajo el cobijo de la 4T,
pintados de guinda y protegidos por quienes hace unos años insultaban desde las
siglas del PAN.
Lo
cierto es que el yunismo está en ruinas. Ese grupo reducido (Marijose Gamboa,
Indira Rosales, su hermano y uno que otro leal de ocasión) solo conserva un
pequeño bastión: Boca del Río. Nada más.
Aquel
aparato electoral que presumía siete millones de votos quedó reducido a una
votación mediocre, que apenas sirvió para colocar a Marijose y mantener ciertas
migajas de poder.
En
Veracruz, el yunismo ya no representa absolutamente nada. No construye, no
inspira, no moviliza.
Hoy,
más que un movimiento político, es un estigma: el estigma de la traición.
Y ese
sello, le guste o no a Yunes, lo llevará para siempre.


Comentarios
Publicar un comentario