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octubre 27, 2010

¿Qué hacer para salvar a la policía?

Tribuna Libre / David Lee

Los policías encargados de velar por la seguridad de los mexicanos, son tradicionalmente señalados como ineptos y corruptos por una sociedad fastidiada de su ineficacia, abusos, actos de complicidad con los criminales y las omisiones que favorecen la comisión de delitos. No obstante, pocas veces son comprendidos y muchas menos reconocidos.
Si bien es cierto que la policía mexicana enfrenta, metafóricamente, un problema grave de salud, en el cual alguna parte de sus elementos están prácticamente desahuciados, resulta también cierto que no todos al interior están enfermos, que existen personas que presentan ciertos síntomas, otras tantas que son vulnerables a enfermarse y que muchas otras se encuentran perfectamente sanas.
Más allá de continuar únicamente con las críticas a los policías, como sociedad, deberíamos informarnos para conocer y comprender la situación que enfrentan y buscar, a través de las instancias de participación ciudadana, las formas de paliar sus males y, eventualmente, lograr su restablecimiento y condición de salud, para beneficio de todos.
Según datos recientes de la Secretaría de Seguridad Pública, la fuerza policial nacional se encuentra conformada de la siguiente manera:
ELEMENTOS % INSTITUCIÓN POLICIAL
35,386 8.28 Policía Federal
3,500 0.82 Policía Federal Ministerial
196,030 45.87 Policía Estatal
165,510 38.73 Policía Municipal
TOTAL FUERZA POLICIAL
26,928 6.30 Policía Ministerial
427,354 100
Estas cifras nos arrojan un promedio de casi 4 policías por cada mil habitantes, lo cual, en términos comparativos, no está nada mal, estamos al nivel de países europeos y por encima prácticamente del resto de los países latinoamericanos, incluso tenemos más policías per cápita que los estadounidenses.
Existen otros factores que, sin embargo, derrotan a la policía mexicana:
De los 2,439 municipios, más de 400 no cuentan con policía municipal.
El 40.5 % de los policías perciben entre $1,000 y $4,000 pesos mensuales.
El 20.4% gana menos de $1,000 pesos al mes.
68.3% de los policías municipales tiene un nivel de educación básica.
Existe un analfabetismo de casi un 2% en sus filas.
Si a esto aunamos el concepto de ineptitud y de corrupción en el que tenemos la mayoría de los ciudadanos a los policías y, encima de ello, observamos la falta de respeto y los insultos que se les profieren en cada oportunidad, el escenario donde se desempeñan estos servidores públicos no es nada prometedor.
Valdría la pena reflexionar en el hecho de que los actos de corrupción, y concretamente el delito de cohecho, lo comete tanto el que recibe, como el que otorga. ¿No será acaso que a lo largo de los años, a través de las dádivas y "mordidas" a los policías, fuimos sembrando pequeñas semillas de corrupción y que, al cabo del tiempo, crecieron y se convirtieron en auténticas plantas carnívoras? ¿Podríamos aseverar que los fuimos condicionando de cierta manera, que se convirtió ya en un estilo de vida, tanto para ellos como para nosotros?
Se dice que cada pueblo tiene la policía que quiere y que merece, ¿qué policía merecemos y queremos en México?
¿Ganaremos algo únicamente criticando y denostando a nuestra policía? Es evidente que requieren una reestructura. Se está trabajando arduamente en ella, veremos seguramente cambios de forma y fondo en el corto, mediano y largo plazo a través de los nuevos modelos policiales; sin embargo, los ciudadanos no podemos simplemente cruzarnos de brazos y esperar a que las cosas se den por sí solas. Podemos y debemos coadyuvar a su dignificación y reconformación.
Nuestra policía está enferma, no permitamos que se convierta en una enfermedad crónica y ayudemos a su recuperación, pues para contar con niveles adecuados de seguridad, es preciso ayudarla a vivir.
La fórmula requerida se llama Participación Ciudadana, con la cual, a través de comités y observatorios ciudadanos, no sólo se pueden auditar y supervisar sus acciones, pues al mismo tiempo se debe estimular a los seres humanos que se encuentran debajo de cada uniforme, mostrándoles el respeto debido al tiempo mismo de obligarlos a cumplir con su deber y misión, de acuerdo con el rol que ellos mismos han asumido para desempeñar en nuestra sociedad.

Los mexicanos queremos y merecemos una buena policía, trabajemos juntos por ella. Para reportar a un policía "enfermo" en el Distrito Federal, tanto para denunciar policías deshonestos como para felicitarlos, debes comunicarte directamente al Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del D.F., al teléfono 5533-5533 o en su sitio web www.consejociudadanodf.org.mx
En el resto del país, lo recomendable es denunciar ante la Secretaría de la Función Pública a través de su sitio web: www.funcionpublica.gob.mx

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