* Murad y Hillman: reclamos y
mentadas * Crisis en Integra * Mordida de 100 mil pesos a regidores para
aprobar paquete de obras de Theurel *
Los huevos tibios del gobernador.
Mussio Cárdenas Arellano | 28
febrero de 2013
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Tribuna Libre.- Profundamente corrupta, indefendible, cacique y tirana, Elba Esther
Gordillo Morales se inventó poderosa de la mano del salinismo y,
paradójicamente, cayó en desgracia bajo el yugo del ex presidente Carlos
Salinas de Gortari, vía Enrique Peña Nieto. Su aprehensión, sin embargo, no fue
un acto de justicia como el gobierno pregona; es, como en las mafias de la
historia, un ajuste de cuentas entre socios y cómplices, que se desechan cuando
caducan.
Masacrada por los suyos, aprehendida por cargos
de lavado de dinero, delincuencia organizada y operación con recursos de
procedencia ilícita —lavado de dinero—, “la maestra” duerme ya en Santa Martha
Acatitla, la cárcel de mujeres, como una de las Poquianchis de la vida
política, tras ser aprehendida en el aeropuerto de Toluca, la tarde del martes
26, procedente de San Diego, en un vuelo privado.
Le imputan tres delitos, pero en el centro de la
telenovela están los fondos del sindicato magisterial (SNTE), algo así como 2
mil 600 millones de pesos, que dice la Procuraduría General de la República le
servían para repellarse el rostro, estirarse la lonja y reposicionarse las
bubis, a la par de adquirir obras en galerías de arte o las galerías completas;
darle mantenimiento a sus aviones y adiestrar pilotos; darse vida de reina en
hoteles de lujo y derrochar en exclusivas tiendas; nutrir sus cuentas y las de
la familia, y atenderse tres males que si no acabaron con su vida, lo hará su
desventura política: insuficiencia renal, hipertensión y hepatitis C.
Dicho de otra manera, “la maestra” está en el
fondo del abismo. Si no la matan sus enfermedades, la mata la embestida del
gobierno de Peña Nieto.
Lo jurídico, sin embargo, es irrelevante. Elba
Esther Gordillo pudo ser acusada hasta por una infracción de transito y hoy estaría
igual, confinada en una celda, condenada a pasar sus últimos días tras las
rejas.
No es el punto si se enriqueció, si le robó a
los maestros, si lavaba dinero. Tampoco cuadra si es un tema índole federal o
del fuero común. No está claro si la PGR tiene jurisdicción o si se excedió.
¿Jodió al gobierno o jodió a sus pares, los maestros? Si fue a éstos, no hay
delito federal.
Lo de Elba Esther es político. De siempre se le
supo corrupta, pero fue la pieza usada por el entonces presidente Carlos
Salinas de Gortari, el 24 de abril de 1989, para derrocar a su antiguo mentor,
Carlos Jonguitud Barrios. Era corrupta pero útil al salinismo. Era corrupta
pero al servicio del PRI. Y así fue en el zedillismo, con el que acrecentó su
poder y se enriqueció escandalosamente.
Marcó su destino cuando traicionó al priísmo.
Pactó con Vicente Fox, en 2000, y tuvo a cambio un régimen a sus pies. Fue
clave para llevar a Felipe Calderón a Los Pinos, en 2006, y ganó una
subsecretaría en Educación, la Lotería Nacional, el ISSSTE, que entregó a su
aliado, Miguel Angel Yunes Linares, con quien luego habría de romper.
Insaciable, chantajeó al PAN y a Calderón, y
cuando pudo y le convino, desde su nuevo partido, Nueva Alianza, respaldó
candidaturas priístas. Impuso gobernadores, alcaldes y diputados, transformada
en el fiel de la balanza, la señora de los votos.
Incapaz de leer su futuro, Elba Esther Gordillo
no advirtió que Peña Nieto la atrajo, la alejó del PAN, le ofreció una alianza
y luego fracturó el acuerdo. Quedó al garete cuando el PRI se alejó, le negó
senadurías y diputaciones, pero sobre todo, la confrontó con el PAN y con López
Obrador.
Llegado el nuevo gobierno, de arranque Peña
Nieto le asestó una estocada mortal: la reforma educativa implicaba evaluar
maestros y arrancarle al SNTE el control de las plazas magisteriales, el centro
de poder y control de Elba Esther.
Su rabieta contra la reforma educativa, su
ausencia en la promulgación, los jaloneos con el secretario de Educación,
Emilio Chuayffet, y el golpeteo mediático, fueron el preámbulo de su
aprehensión.
Espectacular, la detención de la lideresa del
magisterio no eximió a Peña Nieto del sospechosismo popular y de la suspicacia
de todos. Que si es populista, que si es un golpe mediático, que si es un ardid
para legitimarse, que si es un mensaje a otros líderes corruptos, que si hay
gato encerrado, que si persigue a sus enemigos y a cambio solapa a sus amigos.
Elba Esther es una lideresa corrupta, pero no es
menos delincuente que otros especímenes del sistema político: Carlos Romero
Deschamps, el barbaján que gobierna al sindicato petrolero, cuyo derroche es
agraviante, su hija Paulina en hoteles de superlujo, aviones privados, el
Ferrari de 25 millones obsequiado al junior, los 500 millones trasladados
subrepticiamente desde cuentas de Pemex; Andrés Granier, ex gobernador priísta
de Tabasco, que robó más de 30 mil millones de pesos, derivando el dinero a
cuentas de los hijos; Humberto Moreira Valdés, ex gobernador priísta de
Coahuila, acusado de falsear información para obtener créditos con los que
elevó a 30 mil millones de pesos la deuda estatal y cuyos principales
funcionarios depositaron el producto del peculado en bancos internacionales.
Otros más son Juan Sabines Guerrero, ex
gobernador de Chiapas, que hurtó miles de millones de pesos, a través de
compañías manejadas por prestanombres y generó un endeudamiento de 40 mil
millones de pesos, de los cuales se sospecha que gran parte pararon en cuentas
particulares. El peculado asciende a más de mil millones. Así sería la
robadera, que pretendió apropiarse del Autódromo Chiapas con maniobras
legaloides.
Uno más fue Fidel Herrera Beltrán, ex gobernador
de Veracruz, que elevó la deuda de 3 mil 500 millones de pesos a 34 mil
millones, reconocidos oficialmente por su sucesor, Javier Duarte, aunque
investigadores de la Universidad de Veracruz estiman que la cifra real es de 60
mil millones. En su período, se forjaron fortunas, se entregaron bienes del
estado a particulares, vía fideicomisos.
Justiciero como ningún otro, Enrique Peña Nieto
tiene temas quemantes encima: Arturo Montiel, su predecesor en el gobierno del
estado de México, y Maritza Díaz, con quien tuvo un hijo fuera del matrimonio.
Fue omiso, cerró los ojos y encubrió el derroche y daño patrimonial que Montiel
provocó en su entidad. Lo de Maritza Díaz hiere la sensibilidad social, pues se
remite a las acusaciones que ella le hace por no aportar recursos para el
sostenimiento de su hijo.
Que hoy esté Elba Esther Gordillo tras las rejas
no pasa de ser un golpe espectacular, así hayan causas jurídicas y fundamentos
legales. Pero la verdadera justicia se verá cuando a otros corruptos del
sistema, estén tras las rejas.
Serán aliados del PRI, pero que Peña Nieto les
aplique la ley. Si no, sólo será un ajuste de cuentas.
Archivo muerto
Así, de golpe y porrazo, Murad Loutfe enfrentaba
la sentencia: debía dejar la candidatura y cancelar sus sueños. Escuchaba el
diputado local sin entender, sin admitir el golpe de timón, sin dar crédito a
la traición. Su gurú y hacedor, Iván Hillman, le hacía la lectura del fracaso:
no sería candidato a la alcaldía de Coatzacoalcos, ni a síndico ni a nada. Iván
El Terrible usaba su malsana lógica: Mónica Robles, la esposa, será candidata a
diputada plurinominal, no de mayoría porque no gana ni sin contrincante
enfrente, y él, Iván, el ex alcalde, funcionario del gobierno federal. No tardó
Pepe Murad Loutfe Hetty en perder la compostura, golpear la mesa, inquietar a
quienes lo observaban, alebrestar al personal del Fiesta Inn de Xalapa.
Reclamaba el engaño, el por qué meterlo en la contienda, inflarlo, empujarlo y
finalmente sacrificarlo. “Y yo qué obtengo”, soltó con ingenuidad de novato.
Nada, acaso el recuerdo de que algún día fue diputado. Tenso el nervio, de las
palabras pasaron al reclamo, a los gritos, a las mentadas, al rompimiento.
Usado para ejercer presión, Murad se sabía sentenciado. Todavía recibió la
amenaza sutil: ni Iván ni su Integra secundarían su sueño de ir por la
alcaldía. Estaba solo. Por eso nadie lo vio en el cambio de directiva de
Integra, ni en las reuniones de Iván El Terrible, alejado de todos. Sabíase
engañado, usado, moneda de cambio para que Mónica Robles, Madame Quetzalli, le
succione al PRI una diputación, e Iván agarre hueso en el gobierno federal.
Desde entonces, la perrada de prensa del grupo Hillman lo muerde y le ladra al
son que les toca su amo. Crisis, pues, en el Grupo Integra. Uno más, Pepe
Murad, que conoce los hígados de Iván… Una migaja bastó para que el cabildo le
aprobara al alcalde Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— el
paquete de obras para Coatzacoalcos, en 2013. Cuentan en los pasillos del
palacio municipal que 100 mil pesos colmaron las expectativas de algunos
regidores. Cómplices del saqueo, hermanos del mismo lodo –y del mismo loco—,
guardaron silencio, levantaron la mano y asunto arreglado. Se llevaron 100 mil
pesos, mientras Marcos la millonada a granel. Se sabe que las obras las
ejecutarán amigos y socios del alcalde y en casos específicos ni siquiera las
harán; sólo las cobrarán. Cinco puntos para la corrupción… Torea Marcos Theurel
al gobernador Javier Duarte de Ochoa y se mofa de él. Echada su suerte,
definida su salida de la alcaldía de Coatzacoalcos, pidió tiempo; quería
encabezar su último carnaval y celebrar su cumpleaños siendo presidente
municipal. Duarte, que es iluso superlativo, se lo concedió. Theurel rió como
nunca, sabedor que ese tiempo serviría para liberar cheques, realizar
contratos, corregir estimaciones, el saqueo en toda su expresión. Dice ahora
Marcos Theurel que se va, pero en 30 días más, allá por el 27 de marzo, cuando
Joaquín Caballero termine de desplomarse y él reposicione a su esposa Lu-pilla
Félix. Ríe, pues, el alcalde de Coatzacoalcos ante la fragilidad del gobernador
Duarte, sus temores y titubeos, el blandengue de palacio. Con sorna, cuenta
Theurel que son más sólidos los huevos tibios del desayuno que los del
gobernador de Veracruz. Así se las trae Marcos…
twitter: @mussiocardenas