Córdoba, Ver. | 29 agosto de 2013
Tribuna Libre.- Con muchos deseos de vivir, felices, y gozando de mejor salud, se
encuentran los abuelitos beneficiados con la Terapia Acuática para Adultos
Mayores, clausurada este miércoles por la presidenta del DIF, Mary Lee Ross de
Rivas, en el parque Alameda Rafael Murillo Vidal, con motivo del festejo del
Día del Abuelo.
Enmarcados de una mañana soleada, los abuelitos realizaron un
calentamiento sentados en la alberca, bailaron dentro del agua, mostraron la
confianza adquirida con ejercicios de flotación y relajación, y por último,
hicieron una demostración de desplazamiento en el agua.
En su mensaje, Ross de Rivas, expresó que “aunque todos han tenido
caminos diferentes, se han unido para bien personal y grupal; la unión hace la
fuerza, les da salud, estimula el cuerpo, la mente y el espíritu, brinda
felicidad y mejora mucho la calidad de vida”, expresó.
Ross de Rivas disfrutó la demostración de los miedos superados por el
grupo de la tercera edad, quienes dentro del agua además bailaron “El lago de
los cisnes”.
“Me encantó el círculo, todos ustedes son bellos cisnes de la música,
cuando formaron los círculos y estaban en armonía, contemplé el círculo de la
vida, de cómo empezamos, y caminamos, disfrutamos, a veces hay repetición, este
círculo de la vida en cualquier eslabón que estemos, es bella, y todos ustedes
son bellos”, expresó en su mensaje.
La Terapia Acuática para Adultos Mayores inició en marzo de 2011,
implementada por el módulo Colorines, con la participación de abuelitos de la
Reserva Territorial, de la comunidad El Porvenir, y del centro de la ciudad.
Los participantes han vencido miedos, principalmente a desplazarse
dentro de la alberca; han adquirido confianza; el agua además los relaja y
favorece sus articulaciones.
Carmen Aguirre Peralta de 92 años, la mayor del grupo, realizó los
mismos ejercicios que el resto de sus compañeros.
Dijo sentirse feliz, pues la convivencia con sus amigas y la terapia han
mejorado su salud.
“En 1985 ingresé al club Caminos de Ayer, antes de entrar me sentía muy
triste, siempre andaba llorando, estaba mal”, dijo.
Sin embargo, asegura que desde que entró al grupo de adultos mayores,
“gracias a Dios he visto la vida de otra manera”.
Así mismo, antes de recibir la terapia acuática se sentía muy cansada, y
ahora sin importar su edad, se siente bien.
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