José
Miguel Cobián . | 30
agosto de 2013

Es
indudable que en los países civilizados ese tipo de mallas son cosa común, por
lo cual te felicito por tu decisión de apoyar a tu distrito con esta
gestión. ¡Qué bueno que se te ocurrió! Me preocupan algunas cosas al respecto de tu
intención, y de algunas opiniones negativas en las redes sociales.
Me
llama la atención que mencionas en tu declaración que en caso de que la
autoridad correspondiente no te haga caso en la solicitud, vas a involucrar a
la población recabando firmas, para insistir ante esa misma autoridad, que es
CAPUFE. Me llama la atención en dos
sentidos, el primero es que esperas que no te hagan caso, lo cual ya es grave,
pues si las autoridades no le hacen caso a los ciudadanos comunes y ahora vemos
que quizá tampoco a sus representantes, eso implica que la situación en México
está muy grave, pues tenemos autoridades sordas a las demandas ciudadanas, y
quizá algo peor: el hecho de que tú seas de un partido de oposición al
gobierno, y eso implique que no te hagan caso, olvidando que cuando se
gobierna, es para todos, no nada más para los del partido en el poder. El otro punto que me encanta, es que
involucres a los ciudadanos, les enseñas que con sus firmas, con sus
peticiones, pueden hacer un cambio en su comunidad. Eso es muy importante, siempre he querido
encontrar un diputado que encabece peticiones ciudadanas, en lugar de estar
sentado en San Lázaro, y hoy veo que tenemos a alguien que lo hace, pidiendo
algo lógico y razonable, con lo que todo mundo estaría de acuerdo.
Me
apenan, realmente con pena ajena, las críticas que leí en el medio de
comunicación mencionado, respecto a lo que se opina en las redes sociales. Tú estás buscando lograr algo lógico y
razonable, pero se te ataca por ello. La
ignorancia respecto de cuando comenzaste a ser legisladora, y sobre todo,
respecto a la labor de un diputado federal es tremenda. Por los comentarios se nota que quien los
hace no tiene idea de la diferencia que hay entre un legislador y un empleado o
funcionario del poder ejecutivo.
Prácticamente se te acusa por no haber puesto antes esa malla
protectora, cuando no entra en tus funciones, ni es tu responsabilidad. Es como si yo reclamara al abogado que
atiende mi despacho, por los baches y desperfectos en el boulevard
Córdoba-Fortín. Lamentablemente, ese
es el nivel de cultura cívica que tiene nuestra población.
También
debes de entender que en nuestro México el hecho de criticar cualquier acción
de gobierno, sea ésta buena o mala, es parte de una tradición. Tradición que nos impide aplaudir lo bueno
que se hace, y muchas veces también nos impide señalar lo que no se hace. Pues como verás, el tema de la malla se
volvió tópico de interés en el momento en que tú lo tocas. Mientras no
comentaste nada, ninguno de eso que hoy te critican, hicieron algo por remediar
la falta de la mencionada malla.
Y
no es que la malla sea tan importante, como para insistir en ella a lo largo
del artículo. Lo verdaderamente importante es la actitud de los ciudadanos. No
hacen nada por mejorar su entorno, y cuando alguien lo hace, surgen los ataques
y las críticas.
Emilio Carballido escribió que Córdoba es la
ciudad más chismosa del país. Yo creo
que no sólo es de las más chismosas, sino también de las más destructivas. El Dr. Zentella me comentaba que un mal que
aqueja mucho a la ciudad es la envidia. Los ataques por envidia, los chismes
por envidia, y las alegrías cuando a alguien le sucede algo malo, -también por
envidia-, son el pan nuestro de cada día en nuestra ciudad. Todo esto me hace pensar que algo está
podrido en Córdoba, y tenemos que comenzar a limpiar, a cambiar a esos
cordobeses para que en lugar de llenar su corazón de ponzoña, lo llenen de
alegría y paz. Algo que ofreció Tomás
Ríos y que creo que será su reto más difícil, sin embargo, fue la oferta que
atrajo a los cordobeses: Hacer de Córdoba una ciudad feliz… Ojalá Javier Duarte logre en el tiempo que le
queda, hacer de Veracruz un estado feliz.
Gracias
por tu gestión y cuenta con mi apoyo, y el de muchos cordobeses que sabemos que
la gestión es necesaria, y nos alegra que un diputado federal la lleve a cabo.
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