José Miguel Cobián | 16
octubre de 2014
Tribuna Libre.- Los mexicanos le hemos hecho creer a
nuestros gobernantes que todo lo que ellos dicen, así sea la mentira más grande
del mundo, nos la creemos y la aceptamos como verdad absoluta. Si a eso le añadimos que hay poca capacidad
crítica en la población, y que la mayoría se deja llevar por lo que otros
dicen, o por la impresión que se llevan de alguien en un momento dado, nos
damos cuenta de que en México se gobierna más en base a percepciones que en
base a realidades. No sólo eso, se vive en base a percepciones.
De
nada sirve que un prestador de servicios sea el mejor en su área, si los
posibles clientes no lo perciben como el mejor.
Podrás ser el mejor radiólogo, el mejor dentista, el mejor contador, el
mejor abogado, pero si la gente no te percibe como tal, no tendrás éxito. En México no hay costumbre de evaluar en
función de resultados, sino en función de percepciones. ¨Me cae bien¨, ¨Yo creo que… ¨, ¨tengo la impresión de…¨. Esos son los juicios de valor que emitimos,
en lugar de considerar cuestiones como los resultados obtenidos, los
diagnósticos bien realizados, los años sin problemas con su cuenta, etc.
Precisamente
por esa falta de evaluación del pueblo de México, no existen datos
cuantitativos reales sobre la eficiencia o efectividad de los servidores
públicos, y ellos, - siempre pensando en la próxima elección-, se preocupan más
por aparentar eficiencia que por ser eficientes. Así se generan llamados como el del
presidente de la República que le pide a los mexicanos hablar bien de México, o
el reciente del gobernador de Veracruz, pidiendo a los medios resaltar lo buen
y no lo malo del estado. En ambos
casos, se busca cambiar la percepción respecto del país o del estado, sin
considerar si lo que se busca que sea percibido es la realidad o no.
Por
ejemplo, hablemos del turismo en el estado de Guerrero. Hoy todavía hay publicaciones de la
secretaría de turismo presumiendo un incremento en los ingresos por turismo a
nivel nacional, y la promoción de las playas, Acapulco incluido sigue viento en
popa. No importa si la realidad nos
muestra un Acapulco casi vacío. No importa si los turistas cancelan sus viajes
y sus vuelos a un país sumido en la peor barbarie de la historia contemporánea
en América. (No podemos decir a nivel mundial, porque los musulmanes nos siguen
ganando).
Así,
en la zona centro del estado tenemos a uno de los mejores procuradores de
justicia, hábil en su trabajo y en sus relaciones públicas, buscando una
percepción de mayor certeza jurídica en la procuración de justicia, cuando la
población sigue percibiendo falta de recursos para investigar y entregar
resultados favorables en cuanto a los delitos cometidos en la región. Y curioso, platicando al respecto con un
agente del ministerio público, cuando le dije que la eficiencia es espantosa,
porque tienen una calificación de 0.5 en una escala de diez, o una calificación
de cinco en una escala de cien, me contesta que no hay dinero del presupuesto,
que el congreso y el gobernador no le asignan recursos a la procuraduría.
Afirma que no entiende la razón por la cual yo insisto en que deben
investigarse los delitos, si nunca se han investigado, y defiende al procurador
al afirmar que está haciendo su mejor esfuerzo, pero que comenzó tarde, pues la
reforma a la Procuraduría debió comenzar con el sexenio, y el tiempo que queda
no alcanza para resolver los problemas de corrupción e impunidad que campean
por toda la procuraduría de justicia del estado. Pero lo que importa es que la gente se sienta
segura, aunque no lo esté.
A
nivel policía preventiva es lo mismo.
Las patrullas circulan y circulan.
Hasta es posible medir el tiempo que tarda una patrulla en pasar después
de otra, y así considerar cuántos delitos se pueden cometer, desde un
cristalazo, asalto a transeúnte, secuestro o cualquier otro que deba realizarse
por el bien de los malosos. Y aquí
viene otro ejemplo local de que la realidad se impone a cualquier intento de
mejorar la percepción. Hace unos días
con bombo y platillo se anunció que 30 policías preventivos vigilarían la zona
de San José en Córdoba, Ver., algo así como la zona de restaurantes y antros de
la ciudad. Los vecinos emocionados ante
la seguridad que tendrían confiaron en su percepción, sin embargo, la mugrosa
realidad trae otras noticias, siguen los cristalazos, los asaltos, los robos a
negocios, y la percepción de seguridad se perdió, con un adicional, ahora los
vecinos están más molestos con las autoridades que les ofrecieron seguridad y
no les cumplieron.
Me
llama mucho la atención que hay pocos policías en Córdoba (sigo con ese
ejemplo). Hay robos en zonas comerciales y de esparcimiento, incluso en
cinepolis y sam´s se roban autos, y algunos robos menores en plaza
cristal. Uno se pregunta, si la policía
no es capaz de brindar seguridad, si tiene pocos elementos, ¿porque los dueños
de Wall Mart, Sam´s, Vip´s, Cinepolis, toks, e incluso de los restaurantes y
antros de San José o hasta los vecinos, por qué no contratan en conjunto
seguridad privada? La respuesta es
sencilla, todo mundo quiere que el gobierno cumpla con su función, y si el
gobierno no cumple, nadie quiere poner un peso de su bolsillo para proteger a
sus clientes.
Y
aquí llegamos al siguiente paso. Si la
gente no deja de ir a cinepolis, si las sras. Siguen comprando en sam´s y en
wall mart, pues a ellos no les va a importar que asalten a sus clientes en su
estacionamiento. Sólo cuando el propio
ciudadano reaccione, entonces a sus prestadores de servicios les va a importar
el daño económico y encontrarán la solución aquí planteada.
Mientras
tanto, sigamos disfrutando de la percepción de seguridad que genera ver
circular en camionetas artilladas a miembros de la marina, en pick ups a los
del mando único, y vivir el placer de presentar una denuncia que jamás será
investigada, en los ministerios públicos.
Sentir la tranquilidad de dejar un auto en la calle, con la percepción
de que no le va a pasar nada, y no sospechar que al regresar encontraremos en
lugar de llantas unos hermosos ladrillos, como ya ha pasado en el
estacionamiento de toks y office depot.
Mientras
tanto, que Peña y su equipo esperen que sus trabajos para cambiar la percepción
no se vean dañados por lo que está pasando en todo el país a raíz de los
sucesos de Iguala.