José Miguel Cobián | 19
noviembre de 2014
Tribuna Libre.- ¿Será que el mexicano es revoltoso por naturaleza?
¿Crédulo?, ¿O simplemente ingenuo? Platicando con mi esposa en el desayuno, me
pregunta porque las gradas de la arena Córdoba aparecen vacías en las fotos de
los periódicos. E insiste, ¨Dicen mis
amigas que el gobernador apartó todos los boletos para no recibir abucheos, y
por eso no hay boletos ni gente en las gradas¨, y termina preguntando si eso es
cierto, porque lo que conocemos de Javier no tiene ese perfil.
Mi respuesta va de inmediato, mostrando un
diario local, con declaraciones de líderes del movimiento ciudadano y del
partido del trabajo, en contra del alcalde panista de la ciudad de Córdoba y le
explico:
Mira, como los juegos tienen un plazo para
clausurarse, no se pudo vender boleto por partido, sino por fecha. Es decir, si compras un boleto para hoy,
puedes entrar desde las cuatro de la tarde hasta las nueve de la noche, pero
como no todo el mundo puede estar diez horas en la arena Córdoba, los
espectadores deciden cuál es el horario que más les conviene, según los
partidos que quieran ver, y por eso hay horarios con partidos no muy
interesantes, o en horas de trabajo como los de las cuatro a las seis de la
tarde, y ves las gradas semivacías.
Esos que afirman que por parte del gobierno
del estado se compraron todos los boletos mienten y son unos revoltosos. Y aprovecho para comentarte que otra mentira
que hasta fue publicada en algunos medios de comunicación fue la de la supuesta
retirada de la representación de Venezuela, o el robo de una lancha del equipo
mexicano de remo. Todo mentiras,
aprovechando cualquier cosa para hablar mal de la organización de los juegos
centroamericanos y del caribe, organización que sabemos que tuvo y tiene
algunos problemas de organización, pero no los que se rumoran entre la
población crédula que no confirma lo que le dicen o lo que publican en redes
sociales o en el chat de sus teléfonos inteligentes.
Y te pongo el ejemplo de lo que pasa a nivel
municipio de Córdoba, en dónde los dos partidos mencionados critican que el
chofer del diputado Serralde sea coordinador municipal de oportunidades, pero
la crítica la basan en lo que los ciudadanos consideramos el ¨reparto del botín¨. Es decir, el reparto de puestos públicos entre
los amigos y conocidos, y también entre los que trabajaron en la campaña. Lo curioso del asunto es que el partido del
trabajo no tiene más de 800 votos en la ciudad de Córdoba, es decir, no
representa a nadie, y en cuanto al partido de movimiento ciudadano, cuando han
ganado algún municipio, ellos hacen exactamente lo mismo, e incluso, hasta
buscan sacar del erario municipal recursos para sus proyectos políticos, como
intentaron hacer cuando ganaron Chocamán, pero el alcalde, que por cierto es
gente honesta, no lo permitió, a pesar de haber sido abanderado por sus siglas. Sin embargo que bueno que sale a la luz esta
información, aunque su interés sea espurio.
A lo que quiero llegar es que tienen razón en
su reclamo, pero ese reclamo lo debe de hacer la sociedad, no grupos que
señalan con el único fin de obtener un beneficio político. A partir de ese momento me sigo con los
problemas nacionales en nuestra plática.
Para demostrarte que todos tienen intereses
políticos, y tratan de manipular al pueblo como si fueran borregos fácilmente
pastoreables, veamos el asunto de la casita blanca de Peña. En principio se agradece a Aristegui por el
reportaje. Por sacar a la luz pública algo que no debe de pasar en un país de
leyes, y por poner en evidencia algo que huele a podrido por todos lados. Sin embargo, llama la atención el que ella
jamás sacara reportajes similares respecto de las propiedades del Peje, del
cual es claramente simpatizante.
Incluso, muchas de las acciones reprochables
de este personaje mesiánico tampoco son transmitidas en sus noticieros. Así como no ha dado información sobre los
anarcos que llevan años con las instalaciones del auditorio Che Guevara de la
facultad de filosofía y letras de la UNAM, o tampoco ha informado sobre el
financiamiento de las marchas violentas en contra del gobierno federal por el
asunto de Ayotzinapa, y mucho menos ha dicho que los antiguos miembros de luz y
fuerza del centro, los locos del grupo pancho villa (así con minúsculas pues
con su acción lo demeritan), los atencos, e incluso la propia maestra Elba
Esther están detrás de la campaña en contra de las instituciones del país. Ella siendo una excelente periodista, también
sesga las noticias según su propia visión política y sobre todo sus rencores,
pues es claro que esta en el exilio por protegerse de la represión política.
Los mexicanos en general tenemos absoluta
razón en estar hartos de tener un gobierno que parece de ocupación, dedicado al
saqueo de las arcas públicas, y favoreciendo a una clase empresarial
privilegiada a costillas del trabajo y desesperanza de las grandes mayorías. Sin embargo, no tenemos razón en cuanto a
acusar al PRI del crimen de los 43, (Lo podemos acusar de muchos, muchísimos
otros crímenes, pero de ese no), pero escucho en todos lados alegría por la
quema de sus instalaciones, y por las muestras de repudio, supuestamente
buscando justicia.
Curioso pueblo el nuestro que busca justicia
tratando de linchar al inocente, en lugar de exigir que las bandas de los
guerreros unidos (asesinos de los jóvenes), y de los rojos (los que los
mandaron a Iguala) sean desmanteladas y llevadas ante un juez. No escucho que
se exija que la red de corrupción y relación entre políticos del PRD, PT, MC,
Morena, y PAN que fueron los que postularon al ex gobernador, sea investigada y
llevada ante la justicia. No escucho que los funcionarios de procuración de
justicia estatales y federales que no atendieron las denuncias, sean llevados
ante la justicia. No escucho que se exija que se identifique a cada uno de los
cadáveres en las fosas clandestinas, y
sus restos entregados a sus familiares.
No escucho que se investigue a los funcionarios del sexenio anterior
federal involucrados con el narco, que propiciaron que muchos de los ocupantes
de esas fosas clandestinas fueran asesinados, ya sea por omisión, por colusión,
o peor aún, por conveniencia política o económica. Simplemente escucho la alegría de los
revoltosos, pero no la inteligente propuesta para que esta tragedia además de
resuelta sirva para que nunca más vuelva a pasar en México algo así. Esa de la verdadera reforma política, del
combate con cero tolerancia a la corrupción e impunidad, de la rendición de
cuentas, de la reforma a los órganos de seguridad y justicia. Esa, no la
escucho entre tanto revoltoso.