* Los Yunes rojos, “ladrones y corruptos” *
Yunes azul, “ratero” * Cuitláhuac, la imposición democrática *
Bejarano y los fajos de dinero *Mandoki y Costa, pase de charola
* El Mesías también peca * Desafía la UV al gober *
Periodista amenazada * Los porros y el Grito * Del funeral a la
fiesta
Mussio Cárdenas Arellano | 15 septiembre de 2015
Tribuna Libre.- Sobreviviente de
todo, un susto cardíaco incluido, Andrés Manuel López Obrador se duele por
Veracruz, por la violencia y la inseguridad, por los periodistas muertos, por
los Yunes rojos y azules, unos “ladrones y corruptos” y el otro “ratero”, y por
el PRI y el PAN, que no son opción porque “son lo mismo”.
Sigue siendo un
imán. Atrae mayorías. Lo siguen a ciegas, sin condiciones, envuelto en esa aura
en que se entremezcla el idealista y el patriota, el populista y el mesiánico,
el indoblegable que habla con la fuerza de la realidad en sus palabras, el
obsesivo que se anuncia desde ya candidato —por ene ocasión— presidencial.
Qué va que lo
acusen de autócrata, de impositivo, de terco cuya palabra es única en el
naciente Morena, su Movimiento de Regeneración Nacional, aunque los suyos,
Batres, Huerta, Luján, Pinchetti, Brugada, Taibo, Rosario Ibarra, sepan que su
líder habla y escucha, que no es como lo pintan, que no impone y si lo hace,
teje fino, a veces con alto costo y graves daños.
Toca Veracruz con
su discurso incendiario, quizá sobado, quizá trillado, pues hace ya 15 años que
habla de un gobierno rico y un pueblo pobre, de la mafia en el poder, de la
revolución pacífica, del lado del pueblo, como si la toma de Reforma no hubiera
desquiciado al DF y le haya provocado el desplome de gran parte de su fuerza
política.
Llega a Xalapa
—sábado 12— y sacude con su discurso, con el que arenga y confronta, con el que
desnuda al PRI y al PAN, con el que se duele de Fidel Herrera, de su mala
administración y derroche, de Javier Duarte y la tremenda crisis en que se
metió y el caos del que no puede salir.
Al Peje no se le
niega Plaza Lerdo o Plaza Regina Martínez. Ahí lo ven los morenos de la capital
y alrededores. A López Obrador no le envía Javier Duarte sus huestes de los 400
Pueblos o Antorcha Campesina o el Partido Cardenista a secuestrar la explanada
para evitar que grite sus verdades frente a palacio.
No aparecen los
robocops del general de cero estrellas Arturo Bermúdez Zurita para asestarles
una madriza como la que le propinó a los maestros disidentes la madrugada 13 de
septiembre de 2013 porque había que garantizar que Javier Duarte diera el Grito
con voz tipluda, de pito, el gemido del gato desde el balcón.
Un actor que ya no
está, Rubén Espinosa Becerril, registró las imágenes de la noche de los
bastones eléctricos. Fue golpeado, obligado a borrar las escenas contenidas en
su memory stick y luego la agresión para que entendiera que con el gorilato
duartista no se juega. Pero Rubén no entendió. Protestó en el Congreso de
Veracruz, protestó en las calles por los colegas asesinados, reseñaba con su
lente cada movilización contra el déspota ilustrado.
Casi dos años
después, Rubén Espinosa, aquel fotógrafo de Proceso, AVC y Cuartoscuro, se
exilió en el DF tras una serie de amenazas, detectó que lo seguían, alertó, fue
desoído, olvidado, dejado a su suerte y finalmente asesinado en un departamento
de la colonia Narvarte, junto a la activista social Nadia Vera Pérez.
Al Peje no lo
inquieta Javier Duarte. El Peje sí inquieta al gordobés. Le recuerda los 14
periodistas asesinados en sus casi cinco años de gobierno. Lo tilda de
vergüenza y exige que se castigue a los autores de los crímenes y condena la
desaparición de comunicadores.
“No se puede
aceptar una realidad de represión, injusticia y pérdida de libertades
fundamentales”, dice El Peje.
Denuncia a Fidel,
a Javier Duarte, a Calderón, a Peña Nieto. “Nada ha dañado más a Veracruz, a
México que sus gobernantes, es la causa principal de la pobreza y por eso
tenemos que cambiar al régimen de corrupción, de privilegios y no perder la fe,
las esperanzas”.
Que los
veracruzanos no se queden con el oprobio, con la opresión, con las injusticias.
Que deben seguir adelante. Que debe darse el despertar de la sociedad como
nunca se había visto en Veracruz y en el país. Ve a la gente buscando una
salida, porque ya es insoportable esta crisis. “No se puede seguir con estas
pesadillas”, refiere el dueño de Morena.
AMLO es
implacable. Habla de las mafias, de las herencias malsanas, de la estirpe
corrupta. Pregunta a los priístas si creen que al PRI le importa quiénes son
los líderes de otros partidos. Habla del cáncer verde, el PVEM en Veracruz: el
hijo de Fidel Herrera, o el líder del PVEM en Tabasco, el junior de Roberto
Madrazo, o el líder en Chiapas, el Güero Velasco, gobernador, nieto de Manuel
Velasco Suárez, ex gobernador, surgido del PRI.
Remata El Peje:
“A la mafia no les
preocupa que esos partidos avancen. Son ellos mismos. Ahora hasta compraron a
los dirigentes del PRD, pues se fueron con Peña Nieto que firmaron el llamado
Pacto por México. Por eso pintamos nuestra raya. No tenemos nada que ver con el
PRD”.
AMLO ve en el PRI
y PAN simulación yunista. Alza el brazo de Cuitláhuac García Jiménez para el
gobierno de Veracruz. Lo tilda de “promotor de la soberanía nacional en
Veracruz”, pues decirle candidato sería darle argumento a sus contrincantes y
ser acusados de campaña anticipada.
Cuitláhuac García,
el diputado federal por Xalapa, moreno e hijo del ex diputado local perredista
Atanasio García Durán, candidato sin consulta a la bases. Dice El Peje que su
promotoría obedece a un acuerdo democrático. O sea, AMLO actuando como los
priístas y los panistas que tanto detesta, imponiendo y maquillando. No
aprendió la lección de Colima. No entendió la realidad. No escuchó las voces de
los morenos que reclamaban que al general Gallardo le iba a ir mal en la
elección y aquello terminó en un desastre.
Viene a Veracruz
AMLO y consuma la imposición de Cuitláhuac García. ¿Cuitláhuac qué?, se
preguntan fuera de Xalapa, desconocido el as de la baraja morena por medio
Veracruz.
Pero El Peje lo
exalta. “La salida está en Morena con Cuitláhuac García y no con los
Yunes, que son lo mismo (…) El PRI y el PAN son lo mismo (…) No hay ninguna
diferencia de fondo”.
Dice que el
destino de Veracruz está con Cuitláhuac. Sean rojos o sean azules, según López
Obrador, los Yunes no son la solución. “Son lo mismo”, agrega. La única
diferencia entre los priístas Héctor y José Francisco Yunes y el panista Miguel
Ángel Yunes Linares es que “los primeros son corruptos y ladrones” y los
segundos “rateros”.
“PRI y PAN son lo
mismo —precisa—. Se pueden pelear abajo pero arriba siempre se ponen de
acuerdo. Los priistas y panistas de Veracruz están igual de dispuestos a que
haya un cambio pero arriba son lo mismo porque no hay diferencia de fondo, solo
que los priistas son corruptos, ladrones y los panistas son ratero”.
Punza el lenguaje
del Peje. Los rateros están en la otra orilla; las virtudes en Morena, como
antes, en sus días de reinado, estuvieron en el PRD. No dice más. No argumenta
ni da detalle. No identifica a los senadores Héctor Yunes Landa y José
Francisco Yunes Zorrilla con ningún acto de corrupción. No cita las recientes
denuncias contra Miguel Ángel Yunes Linares, venteadas por los legisladores del
PRI.
Olvida dos
episodios: Bejarano y Ahumada, los fajos de billetes en las manos y hasta las
ligas en los bolsillos, para financiar la campaña presidencial del Peje en
2006, y el pase de charola de Mandoki y Costa Bonino en 2012.
Salinas de Gortari
urdió aquel video en complicidad con Ahumada. Bejarano, el operador de López
Obrador, fue a su cita con la trampa, con el dinero subterráneo. “Mientras
observaba el video, pasaba por mi mente una disyuntiva: era Andrés o era yo. Y
preferí caer yo”, dijo en 2007, tras salir de la cárcel el profe Bejarano, en
su oficina de la colonia Narvarte.
Seis años después,
dos personajes, el cineasta Luis Mandoki y el asesor uruguayo Luis Costa
Bonino, pedían recursos a empresarios en una mansión de Las Lomas. Lo pedían a
nombre de AMLO. No sabían que eran grabados. La reunión ocurrió el 24 de mayo
de 2012 y la cantidad requerida era de 6 millones de dólares para darle el
último jalón a la campaña del entonces perredista. El dinero no lo obtuvieron.
De todos se
deslindó López Obrador. Ni Bejarano era su operador ni Costa Bonino y Mandoki
eran sus asesores. Ajá.
Prende, pues, AMLO
a los morenos. Toca las llagas de Veracruz, la violencia y muerte, la crisis
por mala administración. Identifica a sus autores, a Fidel, a Duarte. Tilda de
ladrones y corruptos a los Yunes rojos y de ratero al Yunes azul.
Falta la
autocrítica. El mesianismo lo nubla. Dos episodios de dinero sucio, al estilo
priísta, al estilo panista, en dos campañas presidenciales, mereciera por lo
menos admitir que el caudillo es de carne y hueso, que falla, que se derrumba y
se vuelve a levantar, que el discurso de amor en 2012 no fue pantomima,
demagogia y farsa.
Sigue siendo un
imán. Le falta ser auténtico.
El Mesías también
peca.
Archivo muerto
¿No
es caos? Decreta el gobernador Javier Duarte suspensión de actividades
escolares, martes 15 y miércoles 16. Se arma el mega puente, incluido este
lunes 14 y algunos van por el jueves 17 y viernes 18. O sea, la semana
completa. Responde la Universidad Veracruzana que ahí sólo suspenderán el
miércoles 16, como debe ser. Es el desafío. Javier Duarte escamoteándole los
recursos a la UV, diciendo que no le debe nada, que seguirá subsidiando en la
medida de la disponibilidad financiera. O sea, cuando quiera y si quiere. Obvio
que ante la irresponsabilidad de armar un mega puente, la UV lo que exige son
clases. Es el desafío al gobernador de Veracruz... Su voz cimbra. Su prosa gusta. Así encaja Claudia Guerrero Martínez
entre los lectores críticos, los sacude, les da espacio, indaga, escudriña en
el poder, documenta el tip, lo dimensiona, lo vuelve una denuncia demoledora.
Se expresa a través de Entre lo utópico y lo Verdadero, su columna. Difunde la
realidad de Veracruz en Periódico Veraz.com y disecciona los actos de poder en
Círculo Rojo y Arena Política, ahí el debate, ahí las ideas, ahí la vida
pública explicada y entendida. Hoy enfrenta amenazas, un anónimo surgido de una
mente enferma: “Claudia Guerrero, sigues tú, pinche perra. Sigues tú
malnacida. Te vamos a decapitar”. Ya denunció y el caso no lo pueden
soslayar los mecanismos de defensa y protección a periodistas. El jueves, a más
tardar, tendrá que haber acciones por parte del gobierno de Javier Duarte. Si
no, el escándalo escalará a niveles como el PEN Internacional, el PEN América,
los Nobel, los organismos europeos y americanos de defensa de los periodistas.
El jueves, pues, don Javier... Tiene todo el derecho el alcalde Joaquín
Caballero de invitar a la ceremonia del Grito, como sus detractores a no ir y a
que muchos no lo hagan. Lo imperdonable es el uso de porros para amedrentar,
para intimidar, para negar el derecho de libre expresión y de libre asociación.
Lo imperdonable es que en ese grupo de choque haya ex convictos. ¿Y si se les
pasa la mano y un día matan a alguien? Nunca se había visto que el porrismo se
impulsara desde la presidencia municipal de Coatzacoalcos, latente el riesgo de
una tragedia, un caso para la prensa nacional... Muy prendidos acudieron los
ediles al funeral. Y de ahí a la fiesta. Un abrazo, unas palabras, un gesto de
solidaridad a Juan Pablo Sosa, regidor primero, conmovido ese día por la muerte
de su mamá. Acudieron a él sus compañeros de cabildo. Y de ahí, sin cambiar el
atuendo, al festejo de la regidora Nora Cortázar. Los inmortalizó la edil
panista Martha Beatriz Hernández Montalvo en su Facebook, en un par de fotos
que luego, quizá por prudencia, bajó. Lástima porque alguien ya había realizado
una impresión de pantalla...
twitter:
@mussiocardenas