Xalapa, Ver. | 19 noviembre de 2015
Tribuna Libre.- El fin de semana
pasado el Consejo Estatal de mi partido aprobó la alianza electoral y también
optó por dejar en manos del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y su Comisión
Permanente la designación del candidato a Gobernador, todo esto con miras a las
elecciones de Veracruz el próximo año.
No fueron
decisiones menores, sí estatutarias, pero que necesariamente obligan a una
reflexión de fondo que quiero compartirles.
Al optar por la
designación de candidato –con votos a favor y en contra como en todo órgano
deliberativo- el Consejo Estatal del PAN no dejó en claro la metodología para
llegar a esa designación, es decir, el cómo no quedó especificado, por lo que
en lo personal propondré a las instancias nacionales (el CEN y la Comisión
Permanente) incluir otras variables para la toma de decisiones, es decir, no
sólo dejar a las encuestas abiertas que se van a aplicar a la entidad, sino
incorporar la opinión de los miles de militantes panistas veracruzanos, que en
estricto sentido se quedaron sin ser considerados para votar en una elección
interna.
Estoy convencido
que no tomar en cuenta y con seriedad a la militancia en esta decisión tan
importante no sólo para el PAN sino para Veracruz, puede ponernos en una ruta
poco exitosa hacia la gubernatura, porque está comprobado que una militancia
desairada y menospreciada no genera un sinergia de triunfo que ahora requerimos
como nunca antes.
Recuerdo que al
hablar del militante panista, Carlos Castillo Peraza se refería y valoraba en
ellos su fuerza “ganada a pulso con su inteligencia, destreza, voluntad,
magnanimidad, sacrificio, disciplina, entrega, generosidad, sacrificio e
incluso en muchas ocasiones el heroísmo de muchos panistas de ayer y de hoy”.
Bajo esta óptica
algunos Consejeros propusieron una elección interna con el voto directo de la
militancia blanquiazul para elegir el candidato a Gobernador, petición que hago
mía para llevarla a las instancias nacionales del partido, para se incluya en
una consulta amplia a los militantes de Veracruz como parte de la metodología
del proceso de designación.
También decía el
mismo Castillo Peraza “que para que el pueblo confíe en nosotros, debemos
mostrar reciedumbre moral y capacidad de conducción para pasar de ser una
simple fuerza electoral a una fuerza política”.
Esta visión que
comparto, no puede darse sin una militancia panista que además de no ser
incluida es desdeñada, situación que hemos vivido antaño cuando las
designaciones sin procesos democráticos internos y/o consultados con militantes
y simpatizantes, nos han negado los triunfos electorales y sobre todo hemos
ganado a pulso la condena y crítica ciudadana al recriminarnos que “no somos congruentes entre el pedir hacia
afuera lo que no podemos ofrecer adentro de nuestro propio partido”.
Veracruz vive
momentos cruciales en su historia moderna y como nunca tenemos la alternancia
en la palma de la mano, pero insisto que para ganar necesitamos un partido
unido en torno a un candidato cercano, pero sobre todo panista, con militancia,
resultados y experiencia y que además haya sido capaz de derrotar en una
elección al PRI-Gobierno.
Reitero a la
militancia panista y a los ciudadanos veracruzanos mi aspiración por ser el
candidato del PAN a gobernador de Veracruz basado en mi trayectoria y
resultados como ciudadano, padre de familia, funcionario público, empresario y
legislador y que en este largo recorrido he podido escuchar al taxista, ama de
casa, jóvenes, empresarios, mujeres,
cañeros, cafeticultores, madres solteras, estudiantes, campesinos, obreros, que
piden, exigen un cambio en el gobierno de Veracruz que les garantice una vida
digna y con oportunidades de empleo, educación, seguridad y salud.
Estoy listo para
enfrentar el proceso interno mediante el método de designación que consulte
también a la militancia panista; mi trabajo y trayectoria está a la vista de
todos, lo he dicho y lo reitero, la mejor alianza es con los ciudadanos,
nuestros militantes y simpatizantes del PAN; ya derroté el PRI-Gobierno, cuando
nadie pensaba que era posible hacerlo, enfrentando una elección de estado,
porque como decía Castillo Peraza “sueño con un partido al que no lleven al
baile con el chantaje político de los recientes conversos a la democracia o con
el apapacho de quienes apenas empezaron a hablar de política y mueren por el
apapacho de un recién converso a la democracia. Somos o no somos”.