* “No había policía vestida de civil” * Videos que incriminan * Rubén Espinosa y Karlo Reyes, agredidos por
halcones * “No me diga que anda
cruda” * Bermúdez se pitorrea de Mónica
Robles * Dos mentiras de Javier
Duarte * Gersaín Hidalgo: un accidente,
un lío judicial * La doble boda de
Keren * Al estilo Theurel-Lu-pilla
Mussio Cárdenas Arellano | 27 noviembre de 2015
Tribuna Libre.- Decrépito, Flavino
Ríos Alvarado ya no sabe mentir. No ve la violencia, ni la saña, ni el odio con
que se agrede a la sociedad. No ve a los porros que atacan maestros, que patean
periodistas, que transgreden la ley.
Disculpa el
secretario de Gobierno de Veracruz a las hordas que arremeten contra el
magisterio disidente, el que rechaza el proceso de evaluación que emana de la
reforma educativa porque lo sienten lesivo, porque, aducen ellos, agravia sus
derechos laborales, porque lo usa el Estado para eliminar a los enemigos del
peñanietismo, y en Veracruz, a los del callejismo.
No había elementos
de civil, dice Flavino Ríos, en alusión a los policías-porros que se mueven
entre la Fuerza Civil, golpeadores con objetivos claros, instruidos para
reventar protestas, para lanzar ataques hasta romper las filas de los maestros.
Necio, Flavino
Ríos sostiene que esos no son policías. Pegan, sí, pero no son policías, porque
ese día, el 21 y 22 de noviembre, nadie, ningún policía vestía de civil,
reitera, mientras se realizaba la evaluación magisterial y afuera de los
recintos, en Xalapa y en Veracruz, el magisterio disidente embestía para
reventar el examen.
Porros no había.
Halcones tampoco. Es la verdad histórica, según san Fla. Pregona Flavino Ríos
que se deberá investigar a los agresores y que se les sancione, como si la
razón estuviera muerta y las imágenes difundidas en medios de comunicación y
redes sociales no dieran una idea clara, dramática, vergonzosa, del ataque del
grupo de golpeadores contra maestros y periodistas.
Sus palabras son
expresión del cinismo duartista:
“Vamos a hacer una
investigación exhaustiva, vamos a hacer una investigación completa, (…) dejemos
que sea la investigación la que nos permita actuar con mucha seriedad y mucha
responsabilidad y sancionar a aquellos elementos de la fuerza publica que se
hayan excedido”.
A sus años, el
viejo hernandezochoísta, hoy salvavidas político de Javier Duarte —si es que
Flavino aún se puede salvar a sí mismo—, acude a la falacia y la negación de la
realidad.
Dice que sí, que
habían infiltrados, y que pegaban, y que infundían temor. Eran los infiltrados
en las filas del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano. O sea, los porros
fueron contratados por sus propias víctimas. Eso es poesía.
Hace tiempo que
Flavino Ríos perdió el estilo. Sucumbe al tiempo, al desgaste propio de la
política, a la erosión de la inteligencia cuando la represión no tiene
explicación, menos se justifica.
Tiene una más el
secretario de Gobierno del duartismo: los infiltrados, los golpeadores, estaban
en las filas del magisterio disidente y pretendían reventar el examen de
evaluación.
Repite Flavino a
Javier Duarte. O quizá aprende del gobernador. Que en lo sucesivo, los
periodistas que cubran la evaluación se acrediten ante la autoridad para evitar
que los agredan los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del
gobierno de Veracruz.
Hace Flavino Ríos
una copia fiel del discurso de Javier Duarte. Es el maestro secundando al
alumno. Que la prensa se acredite para no recibir paliza, que los maestros ya
no lleven porros para que nos los agredan, que se ciñan a las reglas y que la
evaluación va porque va.
Le faltó decir que
la evaluación con sangre entra, en la lógica de Aurelio Nuño Mayer, el
secretario de Educación Pública que más bien parece el secretario de Seguridad
Pública Federal o la reencarnación de Alfonso Martínez Domínguez.
Es la lógica de
Flavino, embustero, que criminaliza al maestro y que justifica el halconazo de
Xalapa y Veracruz.
A muchos podría
marear Flavino Ríos, pero no a uno de los periodistas que lo entrevistaban:
Iván Sánchez, agredido ese día por los porros , que se identificó como
reportero de MVS y de Veracruzanos.info y aún así fue apaleado, cortado en la
frente, sangrando profusamente.
Lo contradicen los
videos que son difundidos desde el día en que el duartismo desata la represión
contra la disidencia magisterial y que evidencia la tentación de Javier Duarte
por el baño de sangre, el instinto represor, la encarnación de Francisco
Franco, el dictador español.
Ahí no hay duda.
Decenas de videos muestran a los halcones duartistas entre las infanterías de
la policía estatal, la Fuerza Civil, los grupos antimotines.
Caminan entre
policías, emiten órdenes. En un momento, pasan al frente. Observan a los
maestros. Caminan hacia ellos. Corren tras ellos. Los alcanzan. Los agreden.
La policía sigue a
los porros. Le cuida la faena. Observa el ataque a maestros y periodistas, pero
no se involucra. Otras veces sí. Donde faltan porros, ahí está la policía,
igual de criminal.
Tratan a golpes a
periodistas que cubren la información, que registran en sus videos y cámaras
fotográficas la represión duartista. Contra la prensa crítica, todo. Los
despojan de sus equipos. Los golpean a mansalva. Les rocían gas. Y dice Flavino
Ríos que los golpeadores eran infiltrados que se movían en las filas
magisteriales.
Rubén Espinosa
Becerril sentía a la policía vestía de civil. Sufría el asedio de agentes
vestidos de civil desde que cubría una protesta frente a palacio de gobierno,
el 20 de noviembre de 2012, por la imposición Enrique Peña Nieto como
presidente de México.
Un agente lo
encara. Rubén Espinosa, el fotoperiodista de Proceso, Claroscuro y AVC, recibe
el ataque y la amenaza: “Deja de tomar fotos si no quieres terminar como
Regina”. El agente es miembro de la Ayudantía del gobernador Javier Duarte.
Alude el matón a
Regina Martínez Pérez, periodista crítica, insobornable y valiente, que
desnudara las tretas de Fidel Herrera Beltrán en el gobierno de Veracruz, la
corrupción policíaca, la debacle financiera, la violencia de Los Zetas y la
complicidad fiel.
Regina fue asesinada
la tarde de 28 de abril de 2012, en su hogar en Xalapa. Su cuerpo fue hallado
en el baño, golpeado y ella estrangulada.
Rubén Espinosa
cubría marchas y protestas, activismo social, represión del duartismo. Comenzó
a ser asediado por policías vestidos de civil que caminaban a su lado, que lo
esperaban frente a su casa, que lo encaraban y le sugerían que “se hiciera a un
lado”.
Se exilió en el
Distrito Federal. Allá lo siguieron. Lo ubicaron y cara a cara le expresaron
que era él el periodista de Veracruz. Junto con la activista social y
antropóloga, Nadia Vera Pérez y otras tres mujeres, fue asesinado el viernes 31
de julio pasado, en el departamento 401 de edificio marcado con el número 1909
de Luz Saviñón, en la colonia Narvarte.
Karlo Reyes, fotoperiodista
de AVC, registró la llegada de los acarreados al Grito de Independencia, en
Xalapa, el 15 de Septiembre. Captó unas imágenes. Sintió entonces el ataque de
policías vestidos de civil. Cobardes los porros, lo molieron a golpes en cara y
cuerpo, y le destruyeron su equipo fotográfico con valor de 100 mil pesos.
Militaba Rubén y
milita Karlo en el Colectivo Voz Alterna, que documenta y denuncia los agravios
a periodistas en Veracruz, la intolerancia oficial, que ha demostrado que
Javier Duarte tiene porros, que son agentes policíacos vestidos de civil,
usados para reventar protestas y golpear periodistas.
Vestidos civil, un
grupo parapolicíaco irrumpió la madrugada del 5 de junio en una vivienda de
Xalapa, cercana a la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana.
Vapuleó a ocho jóvenes universitarios. Empleó palos, macanas, machetes, bates
de beisbol, armas largas. No los mató por quiso. El grupo parapolicíaco fue
identificado como la célula represora entrenada en la Academia El Lencero de Seguridad
Pública del régimen duartista. El primer periodista en llegar, captar fotos,
documentar la agresión, fue Rubén Espinosa.
Veracruz ve el
rostro de la represión. Parte de la ilegalidad y de la inmoralidad política,
usando Javier Duarte a policías vestidos de civil, con instintos criminales,
entrenado para matar.
Pero Flavino Ríos
dice que no, que el día de la evaluación no había policías vestidos de civil,
que los porros agresores los llevaba el magisterio disidente. Falso. Del
complejo Omega se les ve salir, caminar junto a la policía y luego ir a cazar
maestros disidentes.
Un halconazo al
estilo Echeverría. Pero Flavino dice que no.
Lo que es la
senectud política.
Archivo muerto
Cáustico, el
“general” Arturo Bermúdez la vio incorporarse al evento cuando ya todos estaban
ahí. “Llegando tarde, diputada Mónica. No me diga que anda cruda”, le dijo el
secretario de Seguridad Pública de Veracruz. Y no paró. Dio el arranque a las
“nuevas” unidades de Tránsito en Coatzacoalcos y se la volvió a topar. “¿Una
chelita?”, le expresó, hiriente. Mónica Robles de Hillman si acaso esbozó una
sonrisa, quizá una mueca. Siguió la entrega de patrullas, que nada tienen de
nuevo. Son modelos viejos, con la huella del tiempo y el maltrato en su lámina,
una con 240 mil kilómetros. A la caza del “general” iba la prensa. Y Bermúdez
hablaba justificando semejante embuste. Otro sector de la prensa iba tras
Mónica Robles, la diputada por Coatzacoalcos, LadyCruditas desde que se le
salió decir “se nota que estoy un poco cruda hoy” cuando concluía su
intervención en el Congreso, justamente ante Bermúdez, con una pregunta que no
gustó al titular de Seguridad, el día que compareció ante diputados en la Glosa
del Quinto Informe. “Jefa”, le decían sus reporteros con doblez, como si en vez
de asalariados fueran esclavos. Y la jefa habló, oronda pues un grupo de
taxistas la aclamaba por el incremento de cinco pesos a la tarifa oficial en
Coatzacoalcos. Vaya gesta. Merece una estatua. O sea, Bermúdez ordena el
evento, lo refuerza el alcalde Joaquín Caballero y Mónica Robles se lo quiere
agandallar. “No me diga que anda cruda”, le decía Bermúdez Zurita a Mónica
Robles e ipso facto se le iban encima los esclavos de la diva de la succión en
los portales en internet. Enterado de la reacción, camino a casa, Bermúdez
gozaba. Dio el dardo en el blanco. El recordatorio de una mega cruda bien vale
una madriza… Crisis de comunicación en palacio de gobierno. Javier Duarte
afirma y sus subalternos lo desmienten. Decía el gober que el ex secretario de
Salud, Juan Antonio Nemi Dib, no había presentado denuncia alguna por
irregularidades, corrupción y venta de plazas, y lo contradice el contralor
Ricardo García Guzmán, quien sostiene que sí. Asegura el gobernador que de 3
mil maestros 2 mil 500 presentaron su examen de evaluación en las sangrientas
jornadas del 21 y 22 de noviembre; sus voceros deslizan que se evaluó el 70 por
ciento de los mentores. Lo desmiente la secretaria de Educación, Xóchitl
Osorio, al afirmar que sólo se evaluó el 48.5 por ciento de los maestros. Pobre
gordobés. A un jefe le mienten y lo exponen al ridículo cuando da muestras de
que su poder agoniza… ¿Quiénes son esos dos regidores del ayuntamiento de
Coatzacoalcos, que metieron mano en el caso Gersaín Hidalgo, acusado de provocar
daños en un accidente vehicular, con orden de aprehensión encima, amparado para
evitar ser detenido, argumentando que Tránsito, el Ministerio Público y el
mismo agraviado tienen identificado a quien provocó el percance, y así consta
en actuaciones judiciales? Hubo recomendación de un regidor, previo pago, en un
Ministerio Público. Otro de los regidores ocultó una prueba gráfica que sería
contundente para esclarecer si el líder los empleados municipales conducía el
vehículo o no, si lo abandonó, si caminaba con dificultad, presumiblemente por
los efectos del alcohol. Ambos regidores, compañeros de cabildo de Gersaín
Hidalgo, tienen especial interés en verlo tras las rejas. ¿Por qué? Otra
versión establece que los agentes ministeriales que interceptaron a el regidor
Gersaín Hidalgo con fines de detención, a bordo de cuatro automóviles, en un
férreo operativo, se hacían acompañar de un pull de periodistas para documentar
el arresto, el traslado y el encierro en el penal Duport Ostión. ¿Quién operó
la cobertura de prensa desde palacio municipal? Tormentoso, acusado de ser un
cacique, más que un líder, Gersaín Hidalgo protagoniza un episodio inédito. Se
lo están comiendo desde el interior del cabildo. Lo quieren fuera del Partido
Nueva Alianza y lo quieren fuera del sindicato. Hay más… Se casa Keren Prot. Se
casa la agente municipal de Villa Allende. Al estilo Marcos Theurel-Lupe Félix,
habrá doble boda: una para la sociedad y la familia política, y otra para el
pueblo que la sigue. No niega su esencia. Fan de Lu-pilla Félix, a quien sirvió
y sirve, Keren Prot quiere casarse y que el festejo evoque aquel episodio en
que Marco Cesar Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— y doña Guadalupe
Félix Porras unieron sus vidas con tremendo bodorrio en Coatepec, de pipa y guante,
y luego el de las bases del PRI, las promotoras vestidas de largo a mediodía,
maquilladas hasta lo simpático, el baile en el piso de tierra. Sólo faltaron
Regino Burrón y Borola Tacuche…