Taiwán, país invitado de honor en el FINI 2016

* La “Educación”, tema central del FINI, es para Taiwán el pilar de su desarrollo cultural y de su boom económico; lo ha convertido en el tercer productor de electrónica en el mundo


Pachuca de Soto, Hidalgo. | 10 diciembre de 2015
Tribuna Libre.- El Festival Internacional de la Imagen tendrá como país invitado en 2016 a Taiwán o República China, antes conocido como “Formosa”, una isla que comparte con el gigante continental República Popular China, una tradición milenaria de cultivo de las artes.
Dado que la sociedad multicultural de Taiwán posee una historia compleja, que se suma a un impresionante marco de paisajes y medio ambiente paradisiacos en los que aún perviven culturas y especies aborígenes únicas, los taiwaneses se han convertido en prolíficos creadores de documentales, pues son dueños de una larga historia de coloniaje y migraciones, que los hacen amantes irreductibles de la libertad.

La población de Taiwán es mayoritariamente de origen chino y se divide en tres grupos diferenciados: uno de ellos, los llegados a la isla antes de 1949, provienen de la provincia china de Fujian y hablan el idioma min del sur o minayu (llamado "taiwanés"). Los hablantes de minayu constituyen el 60% de la población taiwanesa.

Otro 10% de la población se le designa habitualmente con el término chino běnshěngrén ("gente de la provincia", es decir, "habitantes de antes de 1949”, año en que la isla recibió el éxodo de más de un millón de chinos prosélitos del Kuomintang continental, hablantes principalmente de chino mandarín, quienes se asentaron principalmente en la ciudad capital Taipéi. A este último grupo se le conoce con el término chino wàishěngrén ("gente de fuera de la provincia" y significa "habitantes de después de 1949").

Las tensiones entre estos grupos han sido uno de los ejes centrales de la política taiwanesa en los últimos años y forma parte del dinamismo cultural de la isla.

Fue a mediados de la década de 1980 del siglo XX cuando el ambiente político de la isla se tornó cada vez más libre y cuando Taiwán comenzó a generar documentales independientes dándole voz a los desfavorecidos y disidentes, así como registro de los instantes determinantes en el devenir de su democracia emergente y floreciente.

Ya para el año 2000, documentalistas taiwaneses se inclinaron más hacia las cuestiones sociales, ambientales y emocionales, como en el caso del exitoso documental “Go Grindriders” de 2012, que narra la aventura de 17 ancianos decididos a correr un concurso de motocicleta, de la directora Tian-Hao-Hua, graduada de la Universidad Shi-Shin, quien ganó fama internacional con este filme.

La educación en Taiwán es un asunto muy importante, que se basa en la Constitución de 1946, y tiene como finalidad aplicar las enseñanzas de Sun Yat Set, ideólogo y político fundador del Kuomitang (Partido Nacionalista Chino) considerado en ambas Chinas (República Popular de China y República China –Taiwan) como el padre de la modernidad.

En Taiwán, la educación es gratuita y obligatoria para todos los niños entre 6 y 15 años; 94% de los habitantes de 15 o más años leen y escriben. A finales de los 80’s había 2.4 millones de alumnos en educación básica y aproximadamente 1.7 millones de estudiantes arribaron a la enseñanza secundaria y de formación profesional.

Entre sus instituciones de educación superior destacan la Universidad Nacional de Taiwan y la Universidad Soochow en Taipei; la Universidad Nacional Cheng Kung, en Tainana; la Universidad Nacional Chunghsing (en T'aichung, y la Universidad Nacional Central (1968), en Chungli.

La educación en Taiwán, también ha hecho relevante los temas referentes a las manufactura en serie, electrónica y tecnología, que lo han puesto a la vanguardia e incrementado su producto interno per cápita en los últimos 30 años. En un estudio sobre la preparación de las mil primeras compañías manufactureras de Taiwan en el terreno del comercio electrónico, se puso de manifiesto que las ventas en línea pasaron de 12 por ciento en 2001, a 18 por ciento en 2002, cuando ya un 40% de las empresas disponían de catálogos electrónicos para mover sus mercancías a través de todo el mundo.

En cuanto a su desarrollo artístico, ya desde la época colonial japonesa (1895-1945), una generación de pintores al óleo taiwaneses buscaba expresar cualidades especiales de la isla a través de retratos impresionistas de vida y paisajes locales. Estos incluyen a Chen Cheng-po (1895-1947) a quien podría considerarse como padre de las “selfies”, pues utilizó el autorretrato, con técnicas occidentales, para imprimir el estado de ánimo y la situación social de sus entornos.

Otros pintores como Yang San-lang (1907-1995), Liao Chi-chun (1902-1976) y Chen Chih-chi, se asentaron en Taipei durante la migración de posguerra de la década de 1970, y un nuevo movimiento fue provocado por el pintor naturalista Hung Tung Piao , autor de acuarela en colores vívidos e infundidos de imágenes del medio ambiente y la cultura de Taiwán.

Los acontecimientos políticos de los años 1980 y 1990 inspiraron una ola de arte inyectada de comentarios políticos, pero a partir entonces, los artistas han variado sus temas hacia los estudios introspectivos y filosóficos de cuestiones sociales, morales y meramente estéticas.


Y de entre el enriquecimiento constante que Taiwán da y recibe de las diversas culturas del mundo globalizado de hoy, Taiwán en su lucha de ser reconocida como una nación independiente está creando lazos con la comunidad internacional y le toca hoy, al Festival Internacional de la Imagen ser huésped de este país, invitado de honor en la VI Edición, que se realizará del 21 al 29 de abril de 2016.