Héctor Yunes Landa | 11 enero de 2016
Tribuna Libre.- El Estado mexicano mostró
su efectividad al recapturar el pasado viernes 8 de enero, a Joaquín Archivaldo
Guzmán Loera mejor conocido como “El Chapo” Guzmán, quien representaba una
seria amenaza para la seguridad de las familias mexicanas.
Hoy se comprueba la fuerza y compromiso de
las instituciones nacionales y a la coordinación existente entre ellas,
demostrándose que el poder del Estado mexicano está por encima de cualquier
grupo del crimen organizado o de cualquier facción que ponga en riesgo la
tranquilidad y seguridad de los mexicanos.
Comparto plenamente la conclusión del
Presidente Enrique Peña Nieto, al decir que “lo logrado demuestra que cuando
los mexicanos trabajamos en unidad no hay adversidad imposible de superar, que
toda meta es alcanzable si confiamos en la solidez y fortaleza de nuestras
instituciones”.
La recaptura del temido líder del Cártel de
Sinaloa, es un acierto del Gobierno Federal y no una coincidencia, pues de 122
de los delincuentes más buscados, 98 han sido capturados gracias a las acciones
efectivas de la Marina Armada de México y el Ejército Nacional en coordinación
con otras instituciones con la única finalidad de servir y proteger a la
población civil.
Quiero sumarme también al reconocimiento
público de todos aquellos que fueron parte fundamental para la nueva captura
del “Chapo” Guzmán, porque su tarea no es fácil y asumen riesgos que ponen en
peligro su vida. Merecen saber que cuentan con nuestro apoyo, reconocimiento y
que agradecemos su valor y determinación de proteger a nuestras familias.
El Gobierno Federal sigue cumpliendo en
materia de seguridad y procuración de justicia, los esfuerzos siempre tienen su
recompensa y esa captura es benéfica para el Estado de Derecho que debe imperar
en toda democracia moderna.
Las acciones sin duda continuarán en la
lucha contra la delincuencia organizada, una lucha basada en la inteligencia y
el trabajo conjunto. Sea cual sea la conclusión de cada persona o grupo, los
resultados están allí a la vista de todos, sin que pueda demeritarse, pues ello
sería no reconocer a quienes arriesgan su vida en cumplimiento de su deber.