* Lo que le parece más importante del FINI es su
carácter internacional, que los jurados sean de otros países; además, da “luz”
a la obra de los artistas visuales para que dialoguen entre sí
Pachuca de Soto, Hidalgo. | 15 enero de 2016
Tribuna Libre.- Ganadora del
tercer premio en técnicas alternativas con su obra “Mapas sociales” en la
pasada edición del Festival Internacional de la Imagen, FINI 2015, Coral
Revueltas Valle, es heredera de sobresalientes estirpes de artistas e
intelectuales. Por una parte del clan Revueltas, pues es nieta del grabador,
pintor, dibujante y vitralista Fermín Revueltas, y sobrina del escritor José
Revueltas, del músico Silvestre y de la actriz Rosaura del mismo apellido.
Y, de la raíz
materna, la ganadora en el Concurso Internacional de la Imagen FINI 2015
también hereda de un clan de intelectuales y artistas, especialmente de su
madre Perla Valle Pérez, antropóloga que se desarrolló como investigadora,
docente y funcionaria cultural, quien le enseñó el universo del pasado mexicano
y la meticulosidad del registro puntual del trabajo cotidiano. “Mi mamá se
especializaba en códices coloniales de tradición prehispánica de la cuenca del
Valle de México del Siglo XVI: mi mamá era un genio; dejó el cello para
dedicarse a la antropología”.
De esa rama
familiar emanaron investigadores, como su tío Virgilio Valle, connotado músico
que dirigió la Orquesta Sinfónica del Estado de México de 1971 a 2013
(fallecido el 7 de enero reciente) y Homero Valle Pérez, hermano gemelo del
anterior y a su vez pianista, percusionista y catedrático, también fallecido en
2000. “Mis tíos y mis primos, son músicos, bailarines… siempre ha habido arte
en la familia”.
Respecto a su
despertar estético, la artista dice: “Yo soy nieta de Fermín Revueltas, en casa
de mis padres, siempre estuvo la imagen de Revueltas en las paredes, sus
proyectos, es ese el ambiente en el que yo crecí. Entonces pues más bien nunca
pensé en otra manera que no fuera en imagen, en arte. Mi madre y mis tíos
siempre estuvieron en la academia y en la música”.
La obra que Coral
Revueltas Valle envió al FINI 2015 forma parte de un collage conformado a través
de cuadernos en los que, como si fueran una bitácora de viaje o de arqueólogo,
ella fue registrando el devenir de diferentes sucesos sociales a través de
imágenes que trabajó como grabadora, como artista visual.
Tales cuadernos
son muy extensos, superiores a las 200 hojas, pero al cabo pudo seleccionar las
seis imágenes con las que impactó satisfactoriamente a los jurados. “En
realidad los cuadernos son una locura, porque cada página es una imagen
distinta sobre las reacciones por el tema de ‘Ayotzinapa’, las hay de las
movilizaciones de Nueva York, del 20 de noviembre, Ayotzinapa, que al final del
día son las que envié”.
La jueza Ana Soler
le dijo que en algún momento pensaron que presentara sus grabados en físico,
pero Revueltas Valle dice que: “La convocatoria al FINI es como curiosa para
artistas como yo, porque en ese sentido está abierta a las técnicas
alternativas, ya sean de grabado digital, collage, estampa, etcétera, pero a
fin de cuentas lo que se manda es una fotografía”.
De niña, como hija
de Perla Valle —quien como historiadora y antropóloga tenía un cargo importante
en el Museo de las Culturas—, Coral pasó su infancia entre arte, etnografía y
el cuidado férreo de su madre: “Fui cuatro años seguidos al taller de artes
plásticas de Shinsaburo Takeda. Allí empecé a dibujar, pintar y grabar”,
expresó en la semblanza con que el INAH (Instituto Nacional de Antropología e
Historia) homenajeó a su madre, a su fallecimiento en 2011.
En cuanto a su
convivencia con los demás estudiantes desde la primaria, ella explica que ama
la luz y todo lo que entre por la mirada. “Siempre mi rollo súper visual; mi
desempeño en la escuela desde la primaria siempre fue en función de los
dibujos”.
Entonces, al ser
tan visual, para participar en el FINI, el rasgo social que quiso ver y hacer
fue “Ayotzinapa” en particular, pues en 2015 estaba especialmente sensible al
tema de la Justicia Social. “Se juntó todo: los 100 años de José Revueltas, y
la marcha de las madres de los desaparecidos en Ayotzinapa, fue algo muy
fuerte, lo que sentí.
“Antes había
trabajado mi obra siempre sobre cuestiones formales, estéticas, pero ahora
considero que sí es importante que las piezas que yo elaboro tengan un
referente social; como fue alineados al tema de Ayotzinapa”.
Como profesora
explica que alienta a sus alumnos a participar en las convocatorias, como la
del FINI, porque aparte de que los alinea a un tema, los hace ordenados y
cumplir con fechas, plazos y requisitos: “Con mis alumnos nos organizamos para
atender una convocatoria, que considero súper importante que lo trabajen y ya
hemos tenido logros de visibilización del trabajo de los muchachos”.
Respecto a las
técnicas alternativas que el FINI impulsa afirma: “A mí me encanta esta
evolución de técnicas; yo me formé en La Esmeralda con maestros que se habían
educado a la tradición técnica, tengo control sobre todos esos procesos
tradicionales: madera, linóleo, metales, litografía y serigrafía; ya en la
Academia de San Carlos (una maestría en la FAD-UNAM, San Carlos) empecé a aventurarme
en el campo digital y comencé a combinar procesos tradicionales con procesos
digitales. Y para mí ha funcionado muy bien, porque me da las necesidades de
imagen que requiero, pero que sigue siendo gráfica, independientemente del
medio, y que lo resuelvo digitalmente; en matrices virtuales paso de lo virtual
a lo material, otra vez a lo virtual, y al final en lo material: en las
impresiones, sigo trabajando”.
Dibuja, trabaja en
la computadora y hace impresiones en su casa; pero en otro taller, talla,
imprime, manipula sus grabados, como cuando graba con ácidos y el trabajo se
hace más físico, más rudo, acude a un taller que le gusta mucho, ‘La trampa
gráfica’ o al de la Escuela de Iniciación Artística No. 2, donde da clases
(también imparte en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado
de Morelos)
Coral Revueltas
Valle estudió la Licenciatura en Grabado en La Esmeralda, Ciudad de México;
especializándose en Grabado con el maestro Juan José Beltrán. Asimismo, cursó
la Maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la UNAM y es
candidata a doctorado en la Universidad de la Ciudad de México.
En México, ha
participado en las exposiciones colectivas “Ubérrima”, en el Museo de la Ciudad
de México (2005); “Fragmentación mural”, Museo Mural Diego Rivera (2003);
Concurso Nacional de Grabado José Guadalupe Posada, Aguascalientes (2002-2003);
Bienal Nacional de Dibujo y Estampa Diego Rivera, Guanajuato (2001);
Transgresiones (1999).
Ha formado parte
de varias ediciones del Salón Nacional de Artes Plásticas y del Concurso
Nacional de Miniestampa, en cuya primera entrega –1988– obtuvo mención
honorífica. Ha expuesto en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce de
Morelia, así como en multitud de exposiciones colectivas.
En el ámbito
internacional, participó en ARCO 2005 con la exposición “Conjeturas de
Vecindario”, en el Museo de América, España. Además, obtuvo el Premio a la
Joven Estampa en La Habana, Cuba (1993).
Dice Coral
Revueltas que el FINI le permitió dimensionar su obra, no sólo materialmente,
por el tamaño de la impresión, sino por cómo se ve respecto a la obra de otros
artistas de otras latitudes. “Me parece súper importante el carácter
internacional del concurso, tanto de participantes y jurados. Es un intercambio
y retroalimentación muy enriquecedores”.
La convocatoria
para participar en el FINI 2016, que organizan la Universidad Autónoma del
Estado de Hidalgo y su Patronato, cierra este 29 de enero y el registro es
gratuito. La VI edición del Concurso Internacional de la Imagen, dedicado a la
“Educación” tiene dos categorías: Profesionales y estudiantes/amateurs y cuatro
géneros para participar: a) Fotografía (análoga y digital); b. Técnicas
Alternativas (estampa digital, montaje o collage); c. Video Documental (largometraje
y cortometraje), y, d. Cartel o póster (técnica libre)..