José Miguel Cobián | 12 enero de 2016
Tribuna Libre.- Tiene días que vengo
leyendo y escuchando a los pregoneros de Acción Nacional señalando al gobierno
de Enrique Peña Nieto por la baja de los precios del petróleo y por la
devaluación del peso frente al dólar. Una y otra vez desde sus pequeños lacayos
hasta la dirigencia nacional que preside el joven maravilla Anaya se han
dedicado a acusar a Peña por las cifras negras. Hoy me decidí a enviar un tweet
en contestación a uno del CDE del PAN en Veracruz, dónde les sugiero que
estudien un poco de economía y luego opinen al respecto.
Mi molestia se
origina debido a que ambos precios están fuera del control del gobierno
mexicano. Los que nos hemos dedicado a investigar un poco sobre las razones del
bajo precio del petróleo sabemos que las causas están fuera de nuestras
fronteras. Es más, jamás, bajo ningún gobierno, ni siquiera los de Fox o
Calderón los precios del petróleo estuvieron sujetos a la voluntad del gobierno
de México. Siempre han dependido de la cotización que se maneje en los mercados
internacionales, en particular del Brent del mar del norte y del West Texas que
son referencia para nuestro crudo ligero y pesado. Con esto puedo afirmar
tajantemente que el PAN y su dirigente el Sr. Anaya mienten descaradamente al
acusar a Peña de la baja del precio del petróleo.
En cuanto al valor
del peso mexicano. Éste se rige también por la oferta y la demanda. Esto
significa que cuando hay demanda de dólares y no de pesos, el precio de nuestra
moneda baja, y cuando sucede lo contrario sube. Gracias a la reducción drástica
del crecimiento económico de China, los mercados internacionales están
preocupados por una desaceleración del de por sí magro crecimiento de la
economía mundial, lo cual ha provocado una estampida a favor del dólar. Es
decir, los inversionistas han decidido refugiarse en bonos del gobierno
americano mientras pasan las turbulencias de los mercados. Sin embargo, de
manera constante el PAN y su dirigente el joven Anaya acusan al gobierno de
Peña (que no tiene absolutamente nada que ver) por la baja en la cotización del
peso frente al dólar.
Independientemente
de que nuestra economía está creciendo mientras que la mayoría de las economías
del mundo se estancan y las de países en vías de desarrollo (como el nuestro)
se estancan o decrecen. Es decir, independientemente de que a pesar de la
crisis mundial a México le está yendo mejor que a la mayoría de los países del
mundo, el problema principal y la razón por la cual me molesta la actitud de
Acción Nacional, es que con sus falsas acusaciones desvían la atención de los
verdaderos problemas, los problemas importantes de México que exigen una pronta
solución cuando ésta esta en manos del gobierno federal.
No sólo es
incómodo pensar que un partido serio, y que presume de valores morales y éticos
(demostrados con el ex gobernador Padrés en Sonora y su terrible
administración) mienta de manera tan descarada. Molesta aún más el hecho de que
sirva de distractor, es decir que se convierta en lacayo del gobierno federal,
para mantener a la opinión pública distraída con mentiras, haciendo que sus
seguidores (esos que no tienen conocimientos de economía), crean que los
problemas originados por el gobierno de Peña son el precio del peso y del
petróleo.
Así, los grandes
temas del país pasan a segundo término. Los verdaderos grandes defectos que
tiene la actual administración federal dejan el centro de atención y con ello,
su posible solución -si es que la hubiera-, queda relegada al olvido.
Baste nada más el
tema del combate a la impunidad y a la corrupción, ese debería de ser el tema
principal día con día de todos los partidos de oposición. Carnita hay mucha,
sólo recordar a OHL o a HIGA hace que se nos revuelva el estómago.
Acción Nacional
tiene temas dentro de su propio ideario político, cuya ausencia de la gran
discusión nacional, haría llorar de tristeza a Gómez Morín una vez más. Temas
como la ética en la administración pública, los valores que como sociedad cada
día son más escasos, la transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Todos ellos son temas que debieran ser prioritarios para Acción Nacional. Y no
lo son.
Cuando me atrevo a
pensar que el primer partido de oposición del país está sirviendo como patiño
para el partido en el poder, la razón es muy clara. Despotricar públicamente en
contra del gobierno federal emanado del PRI con ¡¡¡¡mentiras!!!!! Acusar con
mentiras, señalar con mentiras. Eso le permite al gobierno federal manejar la
agenda de la opinión pública a su antojo. Desviar la atención a los precios del
petróleo y del dólar, es muy fácil. Pero más fácil aún es para el gobierno
federal explicar –cuando así convenga-, que no depende de ellos y que la
acusación es una falacia.
Vimos a Felipe
Calderón apoyar a Enrique Peña Nieto y dejar en el olvido a su candidata
Josefina Vázquez Mota. Hoy vemos a su esposa, desestabilizando lo poco que
queda de verdaderos panistas en su partido, chantajeando para ser la candidata
–cómoda para el PRI- en el 2018. Vemos a neo panistas apropiándose de los
comités directivos estatales y municipales. Vemos como cuando hay una elección
se busca que los representantes de casilla no lleguen a aquélla en la que deben
realizar la defensa del voto. Vemos, en pocas palabras, un partido político que
pudo darle mucho a México y que hoy es propiedad de algunos negociantes, que
buscan lograr beneficios económicos y políticos sirviendo a quienes ellos
consideran los dueños del país.
En pocas palabras,
vemos un juego en el cual se simula ser oposición, cuando en el fondo son
esquiroles de sus propias ideas. Por eso, cada vez más los verdaderos panistas,
abandonan el barco, para no ser cómplices de actos viles y serviles.