José Miguel Cobián | 26 febrero de 2016
Tribuna Libre.-Todos los días hay
rumores infundados. Rumores que sólo nacen cuando hay contienda electoral, y ni
así aprendemos los ciudadanos. Cada día
me llaman amigos, me mandan chats preguntando si es verdad tal o cual noticia
que ha sido publicada en portales de más dudosa veracidad que El Deforma. Una y otra vez les comento que si les mandan
algo por chat sin poder verificar el origen de la información, eso significa
que alguien los considera idiotas susceptibles de creer cualquier mentira sin
capacidad de discriminar lo cierto de lo falso en función de la fuente. Lo mismo sucede con los correos electrónicos
que muchos exhiben como prueba plena… ¿De qué?
De que a alguien se le ocurrió escribir algo, y no por eso es verdad o
es mentira. Es preferible seguir a ciertos columnistas o a
ciertas fuentes, hasta comprobar que son siempre confiables, y entonces
comenzar a creer únicamente lo que esas fuentes digan.
Nadie se ha preguntado la razón por la cual
problemas de 2014 y 2015 apenas salen a la luz, curiosamente cuando hay campañas electorales. Marchas, plantones, protestas, que debieron
de haberse realizado hace un año o más, apenas surgen de manera ¨espontánea¨ para defender ciertos derechos, o para
reclamar ciertos actos. La razón es muy
sencilla, se busca distraer o engañar al
respetable público. Es decir, cual niños
ante un acto de ilusionismo, quienes así actúan piensan que nos engañan a
todos, aunque debo reconocer que sí, sí engañan a algunos…. O a muchos.
Les pongo un ejemplo amables lectores. Los resultados de la Auditoría Superior de la
Federación respecto de Veracruz. Todos
creemos que algunas de esas observaciones no podrán ser solventadas. Pero quienes hemos trabajado en auditoría o
con auditores, sabemos que una cosa son las observaciones y otra las verdaderas
faltas cometidas. Con esto quiero decir
que el gobierno de Veracruz tiene treinta días para realizar las aclaraciones
correspondientes y si éstas no fueran a satisfacción de la Auditoría Superior
de la Federación, tendría que devolver el dinero, o defender las denuncias que
se presentaran ante la autoridad judicial correspondiente.
Sin embargo, al público en general se le
informa con bombo y platillo sobre las observaciones de la ASF, sin explicarle
el procedimiento de solventación que va a aplicarse. Con lo cual se juega con
la ingenuidad de muchos, que como buenos mexicanos, odian al poder, y por lo
tanto, estarán felices de la caída del poderoso en turno, debido a agravios
reales o imaginarios. También se juega
con el corazón de la oposición, pues muchos consideran triunfador a su
candidato, tan solo por lo que se publica en la prensa, y también consideran ya
castigado y fuera del puesto al gobernador o a su equipo, cuando en realidad el
proceso para llegar a algo así es todavía muy largo y escabroso. Al final lo único que logran aquéllos que no
informan correctamente, es minar aún más la confianza en las instituciones de
parte del mexicano promedio.
Apenas surgió el rumor de que el gobernador
sería sustituido. Así nada más. Y más de uno echó las campanas al vuelo. Hasta algún precandidato reaccionó con
celeridad publicando un video con su forma de pensar. Sin embargo, por lo menos hasta la fecha en
que esto se escribe, esa información resultó falsa. Y el público engañado una vez más.
Si de por sí, la información en México es muy
difícil de verificar y comprobar. En tiempos electorales la situación se vuelve
dramática. Quienes no queremos ser
manipulados por ningún partido político debemos estar muy atentos, para no
serlo. Las noticias deben de pasar por
un tamiz muy complicado. Lo primero que
yo me preguntaría es si quien acusa, pudo haberlo hecho en una instancia judicial
en lugar de en los medios. En segundo
lugar, me pregunto la fecha en que ocurrieron los hechos, y si ya pasó tiempo,
de inmediato trato de entender porque hasta ahora (en pleno período pre
electoral o electoral) surge la queja, protesta o denuncia. Es decir, quien no denunció en tiempo, se
guardó el dato para usarlo como arma electoral.
Y como no me gusta que me manipulen, prefiero entender el origen de la
noticia y evitar ser manipulado.
La seriedad de los medios es fundamental. Todos sabemos que medios están a favor de tal
o cual candidato, y en función de ello, debemos matizar las noticias que
publiquen. Dejarse llevar por el odio,
la esperanza o el resentimiento, lo único que logra, es convertirnos en la
burla de quienes manipulan nuestras emociones con fines electorales.
Es sabido que algunos portales de noticias y
periódicos están al servicio del gobierno del estado, otros están al servicio
del candidato del PAN. Algunos al servicio de la izquierda aunque ahora tienen
que definir si la izquierda es el PRD o es Morena. Y así por el estilo, pues incluso hay políticos
que son propietarios de medios de comunicación por internet y que los usan para
sus propios fines.
Quien reenvía el chat o el mail de un asunto
político que no está confirmado acaba convirtiéndose en tonto útil, para los
fines e intereses de quien creó esa información. Incluso, resulta ridículo leer declaraciones
de altos funcionarios o grandes políticos, que en un acto dicen una cosa y en
el siguiente acto en el que tienen acceso a la prensa dicen otra cosa. Como también ridículo resulta defender a
capa y espada a algún funcionario que aspira a un puesto de elección popular,
cuando se conocen públicamente sus antecedentes, y me refiero a todos, de todos
los partidos.
Total, esperemos que pronto pase el primer
domingo de junio, y entonces habrá de sorprendernos que la lluvia de denuncias,
difamaciones, engaños, mentiras, verdades (completas y a medias) desaparezca de
un día para otro, hasta la siguiente elección.
Debemos entender que las denuncias de lo que está mal se deben hacer en
el momento en que se conoce lo que está mal, y no guardarlas para cuando
convenga al apóstol de la democracia en que se convierte el denunciante ante la
opinión pública.
Mientras tanto, no nos queda más que decidir
si seremos tontos útiles, nos divertiremos con las declaraciones, denuncias,
acusaciones y ataques de cada candidato, o creeremos a pie juntillas lo que
diga nuestro santo patrono y candidato, hasta que nos desilusione y dejemos de
creerle una vez más, y comencemos el ciclo de nuevo, de ataque, difamación,
desquite y así una y otra vez, hasta el infinito y más allá. (Como dice Buzz
Lightyear)
Espero ver algún
día unas elecciones en dónde la discusión sea de las propuestas, de los
proyectos y compromisos, como en cualquier país civilizado. Y no de lodo, kaka y mugre.