CINCO PRECISIONES SOBRE LA VERIFICACIÓN VEHICULAR
1. ¿Qué es?
José Luis Camba Arriola (*) | 19
abril de 2016
Tribuna Libre.- No es una prueba
para medir la emisión de contaminantes que producen los motores. No. Es una
prueba para medir la eficiencia en el consumo de un motor.
El Factor Lambda
(que es el nombre técnico de la prueba), fue diseñado por el Dr. Brettschneider
en 1979 para la compañía alemana Bosch. Su propósito era medir la riqueza de la
mezcla en una combustión. Por ejemplo, la relación entre oxígeno (comburente) y
gasolina (combustible). Es decir, para saber cuál es la combinación óptima de
los dos. Por cierto, que ninguno de ellos es contaminante. Éstas son las
variables medibles, las otras (el monóxido y los hidrocarburos) son constantes,
o sea, de contraste.
2. ¿Cuándo se
inventó?
En 1979. En esos
años, después de la crisis del petróleo del 79, en que el precio se disparó 2.7
veces, Jerry Brown Jr., hoy y entonces gobernador de California, conocedor de
las consecuencias de la crisis anterior, la del 73, alentó formas de ahorro de
combustible para su Estado. Bosch no desperdició la oportunidad y se sumó a la
convocatoria (la mayoría de los motores utilizaban componentes eléctricos o
electrónicos -bujías, distribuidores, cables, etcétera- fabricados por Bosch).
3. ¿Para qué se
inventó?
Para ahorrar
gasolina.
En aquellos años,
la mayoría de los motores funcionaban con carburador. No contaban con
computadoras que les ayudaran a combinar automáticamente el volumen de oxígeno
y gasolina; su relación dependía de factores barométricos (altitud y
temperatura). Esto impedía que se pudieran regular (en los aviones de
carburador, el aire y la gasolina se pueden controlar manualmente dependiendo
de estos factores -tienen dos “aceleradores”-, en los vehículos terrestres no).
Como resultado de
lo anterior, el gobierno californiano subvencionó (típica actitud demócrata) a
las estaciones locales de análisis de eficiencia en el consumo de combustible.
Se pretendía, atinadamente, que dependiendo de la época del año y del nivel del
mar, es decir, de los factores barométricos, los ciudadanos pudieran saber si
tenían que enriquecer o empobrecer la mezcla de aire y gasolina (esto se
consigue abriendo o cerrando la esprea -que es un tornillo- del carburador).
El siguiente
gobernador, Deukmejian, lo hizo obligatorio (típica actitud republicana)
bienalmente para los vehículos de más de seis años y matriculados de 1976 en
adelante (los carburadores anteriores no se pueden regular pues carecen de
esprea variable).
La prueba recibió
el nombre de “Smog Check” puesto que se medía a través del tubo de escape
(“smog pipe”) y medía (como sigue midiendo) el balance ideal entre oxígeno y
gasolina después de la combustión.
4. ¿Por qué la
usamos en la Ciudad de México?
Fácil, para
recaudar dinero.
Es un impuesto y
nada más. De hecho, el impuesto ideal: los contribuyentes lo pagan pensando que
ayudan (contribuyen) a mejorar el ambiente. Es una especie de penitencia por
“contaminar”. En un mundo ideal, nos deberían devolver todas las verificaciones
que hemos pagado inútilmente para algo que no es lo que dicen que es (sin
contar con que los dueños de los Verificentros se han llevado parte de la
tajada -mejor sería que Tesorería lo cobrara anualmente, y ya, sin trámites ni
intermediarios).
Lo que los
contribuyentes no saben es que cuando su automóvil emite más oxígeno de lo
normal, no pasa la verificación (significa que la mezcla es demasiado rica y
desperdicia oxígeno, por lo tanto consume mayor combustible); por el contrario,
cuando emite más dióxido de carbono que el ideal, tampoco pasa (la mezcla es
demasiado pobre y desperdicia gasolina, por lo tanto consume mayor oxígeno del
necesario).
Ahora bien, si la
prueba Lambda fue diseñada para establecer el óptimo consumo de oxígeno y
gasolina de un motor, lo correcto sería que la prueba se llevara a cabo,
atendiendo a las características específicas del motor y no a las del año de
fabricación. Por lo que el error más grande es que una prueba que determina el
funcionamiento de un motor específico, sea aplicada de manera general a todos
los vehículos que circulan en la ciudad.
5. ¿Su
endurecimiento a partir de julio ayudará a que solamente circulen los vehículos
menos contaminantes?
Simplemente: no.
Los
“contaminantes” medidos por el Factor Lambda son el oxígeno, producido por las
plantas, y el dióxido de carbono, por la combustión de cualquier tipo (los
animales lo producimos al respirar -una forma de combustión). En exceso, un ser
humano sometido a la verificación no la pasa (demasiado dióxido de carbono);
una planta cualquiera, de las verdes, tampoco (demasiado oxígeno).
El valor Lambda
ideal es 1.000. Si su auto, como el mío, arroja 1.010 significa que consume el
1% más de combustible de lo que idealmente debería. Si su valor es por debajo,
por ejemplo 0.950 es que consume 5% más del oxígeno deseable. Aunque en ninguno
de los dos casos significa que uno u otro contaminen, pues como ya aclaré: el
oxígeno no contamina y el dióxido de carbono tampoco.
Por otro lado, el
factor A/F (oxígeno/combustible) de las gasolinas es de 14.71. En la medida que
su vehículo se acerque a este número (por ejemplo, el mío es 14.72) será más
eficiente (por cierto, que mi automóvil es 2006). Eso significa que sólo que no
permitan un margen de uno por ciento en el valor Lambda y 0.01% en el factor
A/F, mi vehículo pasará, pero el gobierno no sabrá, ni yo tampoco si contamina
más o menos que los demás. A propósito, ese número varía según la marca de la
gasolina y la temperatura ambiental.
En fin, que la
verificación no mide ni medirá la emisión de contaminantes que producen los
vehículos. Ni siquiera, cuando el gobierno la “endurezca”, en el próximo mes de
julio. Seguirá recaudando dinero, y mucho, que para eso la usa nuestra tan
eficiente administración pública. Pero para nada más. Sin importar que lo haga
conscientemente o por ignorancia, que un gobierno engañe a sus ciudadanos en
algo tan relevante como su salud o sus impuestos es, al menos, deplorable. Hay
mejores aproximaciones para reducir la contaminación y formas más honestas de
recaudar dinero.
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En resumen, el
método para calcular Lambda (Balance de Oxígeno y Combustible) parte de la
medición del óxido de carbono, el dióxido de carbono, los hidrocarburos sin
quemar y el oxígeno sin consumir en el escape (si se utiliza, como en México,
un analizador de 4 gases, debe medirse el nitrógeno -aunque su efecto es
prácticamente nulo, sólo 0.05% del oxígeno utilizado). La ecuación compara todo
el oxígeno en el numerador y todas las fuentes de carbono e hidrógeno en el
denominador para calcular el contenido de oxígeno y combustible; y obtener el
valor Lambda para saber la relación hisométrica entre aire y combustible (A/F).
“Bosch Technische Berichte”, Vol. 6 (1979) No. 4, páginas: 177-186.
(*) Sociólogo y politólogo