José Miguel Cobián | 04 abril de 2016
Tribuna
Libre.- En la zona centro de Veracruz hay tres municipios
significativos por su conurbación y por sus constantes discusiones sobre cuál
es el mejor. Supongo que en todo el
mundo dos ciudades casi colindantes y la que queda en medio siempre traen algo
de competencia entre ellas.
En primer lugar está Orizaba, la cual lleva tres
alcaldías dedicadas a mejorar el municipio, con el Emperador Juan Manuel Diez,
Hugo Chaín y de nueva cuenta el Emperador.
En Córdoba el único que ha repetido ha sido Paco Portilla, y ahora las
comparaciones con Orizaba se vuelven muy álgidas, como si el actual alcalde
fuera el responsable de las diferencias en desarrollo y belleza estética entre
ambos municipios. En medio de ellas está
Fortín, a quien únicamente usaremos como referencia, ya que no se compara ni en
tamaño ni en desarrollo, ni en presupuesto con las otras dos.
Sin embargo no se puede ni se debe comparar a
Orizaba con Córdoba, pues cada municipio tiene características propias y muy
disímbolas con respecto del otro. Por ejemplo: Orizaba cuenta con 28 kilómetros
cuadrados de fundo legal, y todo el municipio está ocupado por la mancha
urbana. Orizaba ya no va a crecer, y todo su presupuesto lo puede ocupar para
la prestación de servicios del ayuntamiento y para mejorar la infraestructura
existente, pues ya no demanda más obras.
Por su lado, Córdoba es un gigante territorialmente
hablando si lo comparamos con Orizaba, pues es cinco veces mayor, tiene 139
kilómetros cuadrados de superficie, con enormes extensiones rurales, lo cual
significa que es una ciudad en crecimiento, con infinidad de demandas actuales
y futuras de nueva infraestructura, razón por la cual, las prioridades del
manejo de su presupuesto son diferentes.
Otra diferencia importante es la densidad de
población, pues mientras Orizaba cuenta con 4,321 habitantes por kilómetro
cuadrado, mientras que Córdoba cuenta con 1,342. Es decir, la población de
Córdoba esta mucho más dispersa, lo cual implica mayores costos para llevar
servicios de agua, drenaje, pavimento, etc., mayor cantidad de metros cuadrados
y lineales para poder llegar a todos los pequeños centros de población del
municipio.
El presupuesto de Orizaba, Córdoba y Fortín para
2016, es de 462, 494 y 113 millones de pesos respectivamente. Si se hace un análisis por habitante
obtenemos los siguientes resultados:
Orizaba cuenta con $3,850.00 por habitante, Córdoba $2,520.00 y Fortín
$1,883.00 per cápita en su presupuesto
2016.
Si hacemos el análisis en función de presupuesto
por kilómetro cuadrado de superficie, Orizaba cuenta con 16.5 millones de
pesos, Córdoba con $3.5 millones de pesos y Fortín con 1.6 millones de pesos.
Si consideramos que Orizaba ya no crece en
servicios municipales, y consideramos la cantidad de dinero por kilómetro
cuadrado con que cuenta en su presupuesto anual, podemos entender claramente
que con el correr de los años, será una ciudad embellecida y con excelentes
servicios, mientras que Córdoba seguirá luchando por atender las demandas que
su propio crecimiento poblacional le exijan.
Independientemente de dejar aclarado que ambas
ciudades no se pueden comparar, como no se puede comparar el ingreso y gasto de
un preparatoriano con el de un profesional ya maduro, también surgen otros
cuestionamientos y análisis interesantes de estas cifras.
El primero es que la desigualdad de asignación de
presupuesto es brutal en todo el país. Hay ciudades que reciben muchísimo
presupuesto en función de su territorio o de su número de habitantes, mientras
que otras ciudades, son discriminadas y reciben mucho menos. Lo cual lleva a reflexionar y hacer ver a los
diputados federales que la fórmula de asignación de presupuesto es inequitativa
para todos los municipios de México, y a su vez genera una ampliación en la
brecha de desigualdad entre unos y otros.
La mencionada fórmula debiera considerar la
superficie, el número de habitantes, y el crecimiento potencial. Y no se trata únicamente de dañar a Orizaba o
quitarle recursos, sino que acorde a la filosofía del federalismo, no es
correcto asignar un presupuesto excedido a una ciudad que de por sí ya es bella
y tiene satisfechas las necesidades básicas de su población, mientras que hay
municipios que carecen de lo indispensable. Y pienso de entrada en Naranjal,
que no tiene una eficiente red de agua potable, no tiene dinero ni para
adquirir una bomba para su sistema de bombeo, no tiene todas sus calles
pavimentadas y es un municipio con muchas necesidades.
Además llegado el momento, cuando ya se no se tenga
en que gastar el presupuesto de un municipio rico, se puede llegar a extremos
como gastarlo en lo superfluo debido a la obligación de aplicar todo el ingreso
a gasto en cada ejercicio.
El nivel de vida de Fortín es inferior en cuanto a
calidad y servicios que el de Córdoba que a su vez es inferior al de Orizaba, y
resulta que no hay más de 20 kilómetros entre uno y otro.
Espero que esta colaboración acabe las dudas y
competencias entre ciudades hermanas, ya que no es posible comparar peras con
manzanas, salvo en la mente de personas desinformadas.